Con 97 votos a favor se despachó la Reforma Constitucional que resguarda la infraestructura crítica

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La sala de la Cámara de Diputadas y Diputados despachó a ley -con 97 votos a favor y sólo dos respaldos de Apruebo Dignidad- la Reforma Constitucional que permite el despliegue militar para resguardar la llamada “infraestructura crítica”.

En el oficialismo criticaron duramente la medida y reconocieron que existe preocupación por el eventual uso permanente de esta herramienta.

O estaban ausentes, o votaron en contra o se abstuvieron. Ninguno de los parlamentarios de Apruebo Dignidad, con la excepción de Jaime Mullet y Félix Bugueño, votaron a favor del proyecto de Reforma Constitucional de infraestructura crítica, que se convertirá en una nueva herramienta de despliegue militar para el presidente Gabriel Boric.

Desde el jueves de la semana pasada en una reunión de oficialismo y Gobierno, se comenzaron a dar señales de que el término de la comisión mixta era muy amplio en su definición de infraestructura crítica, y que en el futuro, podía convertirse en una herramienta peligrosa.

Eso sí, más de un parlamentario destacó que hubo posibilidad de explicar los argumentos y que la diferencia entre el ejecutivo y su bloque no fue en malos términos, pero lo cierto es que en materias de seguridad, se podría estar constituyendo una tendencia.

El ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, hablando en un tono alejado de la controversia de la votación, recordó que éste no es un proyecto del gobierno, que es una moción parlamentaria de oposición y que no formó parte del acuerdo de la Comisión Mixta.

De los 35 parlamentarios de Apruebo Dignidad, 10 fueron los que votaron derechamente en contra, y lanzaron una advertencia al ejecutivo sobre lo que esto podría significar, si es que el 4 de septiembre no se aprueba la nueva constitución.

La diputada independiente de Convergencia Social, Marcela Riquelme, fue uno de los votos en contra, y señaló que hoy es Gabriel Boric quien dispondrá del instrumento, pero perfectamente pudo ser otro, como José Antonio Kast.

‘Es un mal proyecto. Lo era antes y lo sigue siendo. También será una mala ley’. Así de categórica fue la parlamentaria, que lamentó que se aprobara con el apoyo de la derecha, y auguró el fin del Estado de Emergencia como herramienta en la Macrozona Sur.

En todo caso, hay que decir que la otra parte del foco es que hubo 97 votos a favor de la medida, y la abstención casi total de la bancada del Partido Republicano.

Desde el Partido Socialista hasta la UDI, pasando por todas las fuerzas de centroizquierda, dieron respaldo a la medida, que es valorada por no restringir libertades individuales, tener un plazo más amplio que el Estado de Emergencia, y no poner a fuerzas militares en control de orden público.

El jefe de bancada del PS, Marcos Ilabaca, fue consistente con la posición que tuvo su colectividad en la mixta y en el Senado, y dijo que se han puesto a disposición del gobierno para entregarle todas las facultades en seguridad que necesite.

Tal como lo plantearon diputados de oficialismo, una vez más una propuesta del ejecutivo se aprobó con el apoyo mayoritario de la oposición, que respaldó la iniciativa pensando en que por su amplitud, permitirá al gobierno complementar la función del despliegue militar actual.

Uno de los argumentos centrales es la eficacia de la propuesta, que según plantean en Renovación Nacional, es clave porque permita a efectivos de Carabineros concentrarse en temas de orden público, mientras se asegura el abastecimiento o funcionamiento de este tipo de infraestructura.

Esto lo planteó el jefe de bancada de la colectividad, Andrés Longton.

Así las cosas el paso siguiente es la tercera votación y renovación del Estado de Excepción Constitucional de Emergencia para la Araucanía y el Biobío.

Parlamentarios del Frente Amplio explicaron la tarde del lunes que la diferencia entre la extensión de 15 días de la medida y una reforma constitucional permanente, hace pensar que no dan por descontado seguir apoyando la medida.

El problema que enfrenta el ejecutivo, es que en la UDI mantienen que la abstención o el voto en contra aumentará en su colectividad y en toda la derecha, elevando también la necesidad de que Apruebo Dignidad, este miércoles, muestre una cara distinta a los solo dos votos que otorgó para el proyecto de infraestructura crítica.

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La sala de la Cámara de Diputadas y Diputados despachó a ley -con 97 votos a favor y sólo dos respaldos de Apruebo Dignidad- la Reforma Constitucional que permite el despliegue militar para resguardar la llamada “infraestructura crítica”.

En el oficialismo criticaron duramente la medida y reconocieron que existe preocupación por el eventual uso permanente de esta herramienta.

O estaban ausentes, o votaron en contra o se abstuvieron. Ninguno de los parlamentarios de Apruebo Dignidad, con la excepción de Jaime Mullet y Félix Bugueño, votaron a favor del proyecto de Reforma Constitucional de infraestructura crítica, que se convertirá en una nueva herramienta de despliegue militar para el presidente Gabriel Boric.

Desde el jueves de la semana pasada en una reunión de oficialismo y Gobierno, se comenzaron a dar señales de que el término de la comisión mixta era muy amplio en su definición de infraestructura crítica, y que en el futuro, podía convertirse en una herramienta peligrosa.

Eso sí, más de un parlamentario destacó que hubo posibilidad de explicar los argumentos y que la diferencia entre el ejecutivo y su bloque no fue en malos términos, pero lo cierto es que en materias de seguridad, se podría estar constituyendo una tendencia.

El ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, hablando en un tono alejado de la controversia de la votación, recordó que éste no es un proyecto del gobierno, que es una moción parlamentaria de oposición y que no formó parte del acuerdo de la Comisión Mixta.

De los 35 parlamentarios de Apruebo Dignidad, 10 fueron los que votaron derechamente en contra, y lanzaron una advertencia al ejecutivo sobre lo que esto podría significar, si es que el 4 de septiembre no se aprueba la nueva constitución.

La diputada independiente de Convergencia Social, Marcela Riquelme, fue uno de los votos en contra, y señaló que hoy es Gabriel Boric quien dispondrá del instrumento, pero perfectamente pudo ser otro, como José Antonio Kast.

‘Es un mal proyecto. Lo era antes y lo sigue siendo. También será una mala ley’. Así de categórica fue la parlamentaria, que lamentó que se aprobara con el apoyo de la derecha, y auguró el fin del Estado de Emergencia como herramienta en la Macrozona Sur.

En todo caso, hay que decir que la otra parte del foco es que hubo 97 votos a favor de la medida, y la abstención casi total de la bancada del Partido Republicano.

Desde el Partido Socialista hasta la UDI, pasando por todas las fuerzas de centroizquierda, dieron respaldo a la medida, que es valorada por no restringir libertades individuales, tener un plazo más amplio que el Estado de Emergencia, y no poner a fuerzas militares en control de orden público.

El jefe de bancada del PS, Marcos Ilabaca, fue consistente con la posición que tuvo su colectividad en la mixta y en el Senado, y dijo que se han puesto a disposición del gobierno para entregarle todas las facultades en seguridad que necesite.

Tal como lo plantearon diputados de oficialismo, una vez más una propuesta del ejecutivo se aprobó con el apoyo mayoritario de la oposición, que respaldó la iniciativa pensando en que por su amplitud, permitirá al gobierno complementar la función del despliegue militar actual.

Uno de los argumentos centrales es la eficacia de la propuesta, que según plantean en Renovación Nacional, es clave porque permita a efectivos de Carabineros concentrarse en temas de orden público, mientras se asegura el abastecimiento o funcionamiento de este tipo de infraestructura.

Esto lo planteó el jefe de bancada de la colectividad, Andrés Longton.

Así las cosas el paso siguiente es la tercera votación y renovación del Estado de Excepción Constitucional de Emergencia para la Araucanía y el Biobío.

Parlamentarios del Frente Amplio explicaron la tarde del lunes que la diferencia entre la extensión de 15 días de la medida y una reforma constitucional permanente, hace pensar que no dan por descontado seguir apoyando la medida.

El problema que enfrenta el ejecutivo, es que en la UDI mantienen que la abstención o el voto en contra aumentará en su colectividad y en toda la derecha, elevando también la necesidad de que Apruebo Dignidad, este miércoles, muestre una cara distinta a los solo dos votos que otorgó para el proyecto de infraestructura crítica.