Gobierno deberá tomar decisiones en materia de seguridad y su propuesta de Estado Intermedio

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En las próximas horas, el Gobierno debe tomar una decisión entre el ingreso de la propuesta de Estado Intermedio, recurrir al Estado de Excepción Constitucional, o dilatar la presentación de medidas hasta conseguir acuerdo total en su bloque.

El Comité político de esta mañana aparece como el momento clave en que las fuerzas de oficialismo serán informadas, y el respaldo sigue dividido entre las dos coaliciones de gobierno.

Parlamentarios de derecha llaman a cumplir lo adelantando, y presentar una reforma propia en el parlamento, si el ejecutivo no llega con su plan esta misma jornada.

Se viven horas intensas para el gobierno, tras un fin de semana de reuniones entre parlamentarios, ministerios sectoriales y coordinaciones con la comisión mixta de infraestructura crítica, en el marco de una decisión con efectos para la Macrozona sur, pero también, para la unidad de las coaliciones de gobierno.

Se trata del ‘Estado Intermedio’ y las reacciones que han retrasado su ingreso en dos ocasiones. Pese a que el ejecutivo sostiene que tienen hasta este fin de semana para avanzar en la materia, por el compromiso de 15 días sostenido con gremios de transporte, es en el Congreso en donde la paciencia se acaba.

El ejecutivo reconoce que debe satisfacer las dudas de parlamentarios del Frente Amplio y el Partido Comunista, y ser capaz de dar señales en dos direcciones, y a dos tiempos: En el corto plazo, dar respuesta a la crisis; en el mediano, dar garantías de un diálogo social amplio que respalde la promesa de este ejecutivo desde que arribó al poder.

El ministro de la SEGPRES, Giorgio Jackson, no descartó ninguna medida -incluyendo el Estado de Excepción Constitucional- y refrendó que el objetivo es dual.

El miércoles en la tarde, el jefe de bancada de la UDI, Jorge Alessandri, fue de los que más criticó al gobierno por no llegar con una propuesta, y se sumó al llamado de la DC, a presentar una reforma constitucional como parlamentarios, si el gobierno no llega con nada.

Por ahora la comisión mixta está sin efecto, luego de una llamada directa del Presidente Boric al senador DC, Matías Walker, bajo el argumento de ‘contar con más espacio para llegar a un acuerdo.

Alessandri insiste en que lo único que quieren los habitantes de la zona, es que lleguen las Fuerzas Armadas, sin importar qué camino lleve a este resultado.

El encuentro que marcó el tono de estos últimos cuatro días, fue el que ocurrió la tarde noche del jueves en La Moneda. Fue en esa reunión que reflotó decretar Estado de Excepción Constitucional, una medida que este ejecutivo eliminó de las opciones desde su primer día.

No alcanza para hablar de relaciones rotas, pero sí de parlamentarios presentes que se retiraron profundamente molestos, y también sorprendidos, de que por ejemplo, en Revolución Democrática, y también en el Partido Comunista, se han abierto a este camino.

Gael Yeomans, diputada de Convergencia Social, el partido del Presidente de la República, sostiene que la resistencia no solo pasaba por el Partido Comunista, y advirtió que si el gobierno se queda solo en medidas de seguridad, se va a quedar corto.

Ocurre algo curioso: En su amplia mayoría, el Partido de la Gente, la Democracia Cristiana, el PPD y el Partido Socialista, apoyan al gobierno y le han dado carta blanca para que elija el camino que menos perjudique al bloque.

La sensación desde las fuerzas del socialismo democrático, en privado, es de decepción, por el desorden interno que tiene el Frente Amplio y el PC.

El diputado Jaime Naranjo, uno de los diputados socialistas más alineados con Gabriel Boric, llamó a ambas coaliciones a ponerse de acuerdo, augurando de lo contrario un resultado fatal.

En la derecha más radical, están por un Estado de Excepción Constitucional, y pese a que solo ha sido un rumor de pasillo, la percepción externa es que podrían votar en contra del Estado Intermedio para dejar sin opciones al gobierno.

También hay quien cree que la fórmula que use Gabriel Boric, será apoyada sí o sí por el Partido Republicano, si contiene despliegue militar.

El diputado de la colectividad, e integrante de la comisión de Seguridad, Cristian Araya, dijo que este gobierno sufre un trauma ideológico.

Bien, las opciones: El Estado de Excepción duraría 15 días que darían oxígeno al gobierno y solo necesita la mitad del parlamento para su apoyo, pero el ejecutivo está consciente de no dañar las relaciones con sus propias fuerzas.

El camino intermedio debe tener más sustancia. La semana pasada Gabriel Boric anunció un importante aumento de presupuesto para la restitución de tierras, pero internamente hubo comentarios de que fue un anuncio aislado e inconexo, que pudo ser manejado de manera más contundente.

En el oficialismo, se pueden encontrar posiciones a favor y en contra de la presencia militar en todas las colectividades. Algunos, pase lo que pase estarían por votar en contra, y la percepción, por ejemplo, es que Jorge Brito, parlamentario de Revolución Democrática que está en la Comisión Mixta, actuaría con un voto díscolo y rechazaría la propuesta.

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En las próximas horas, el Gobierno debe tomar una decisión entre el ingreso de la propuesta de Estado Intermedio, recurrir al Estado de Excepción Constitucional, o dilatar la presentación de medidas hasta conseguir acuerdo total en su bloque.

El Comité político de esta mañana aparece como el momento clave en que las fuerzas de oficialismo serán informadas, y el respaldo sigue dividido entre las dos coaliciones de gobierno.

Parlamentarios de derecha llaman a cumplir lo adelantando, y presentar una reforma propia en el parlamento, si el ejecutivo no llega con su plan esta misma jornada.

Se viven horas intensas para el gobierno, tras un fin de semana de reuniones entre parlamentarios, ministerios sectoriales y coordinaciones con la comisión mixta de infraestructura crítica, en el marco de una decisión con efectos para la Macrozona sur, pero también, para la unidad de las coaliciones de gobierno.

Se trata del ‘Estado Intermedio’ y las reacciones que han retrasado su ingreso en dos ocasiones. Pese a que el ejecutivo sostiene que tienen hasta este fin de semana para avanzar en la materia, por el compromiso de 15 días sostenido con gremios de transporte, es en el Congreso en donde la paciencia se acaba.

El ejecutivo reconoce que debe satisfacer las dudas de parlamentarios del Frente Amplio y el Partido Comunista, y ser capaz de dar señales en dos direcciones, y a dos tiempos: En el corto plazo, dar respuesta a la crisis; en el mediano, dar garantías de un diálogo social amplio que respalde la promesa de este ejecutivo desde que arribó al poder.

El ministro de la SEGPRES, Giorgio Jackson, no descartó ninguna medida -incluyendo el Estado de Excepción Constitucional- y refrendó que el objetivo es dual.

El miércoles en la tarde, el jefe de bancada de la UDI, Jorge Alessandri, fue de los que más criticó al gobierno por no llegar con una propuesta, y se sumó al llamado de la DC, a presentar una reforma constitucional como parlamentarios, si el gobierno no llega con nada.

Por ahora la comisión mixta está sin efecto, luego de una llamada directa del Presidente Boric al senador DC, Matías Walker, bajo el argumento de ‘contar con más espacio para llegar a un acuerdo.

Alessandri insiste en que lo único que quieren los habitantes de la zona, es que lleguen las Fuerzas Armadas, sin importar qué camino lleve a este resultado.

El encuentro que marcó el tono de estos últimos cuatro días, fue el que ocurrió la tarde noche del jueves en La Moneda. Fue en esa reunión que reflotó decretar Estado de Excepción Constitucional, una medida que este ejecutivo eliminó de las opciones desde su primer día.

No alcanza para hablar de relaciones rotas, pero sí de parlamentarios presentes que se retiraron profundamente molestos, y también sorprendidos, de que por ejemplo, en Revolución Democrática, y también en el Partido Comunista, se han abierto a este camino.

Gael Yeomans, diputada de Convergencia Social, el partido del Presidente de la República, sostiene que la resistencia no solo pasaba por el Partido Comunista, y advirtió que si el gobierno se queda solo en medidas de seguridad, se va a quedar corto.

Ocurre algo curioso: En su amplia mayoría, el Partido de la Gente, la Democracia Cristiana, el PPD y el Partido Socialista, apoyan al gobierno y le han dado carta blanca para que elija el camino que menos perjudique al bloque.

La sensación desde las fuerzas del socialismo democrático, en privado, es de decepción, por el desorden interno que tiene el Frente Amplio y el PC.

El diputado Jaime Naranjo, uno de los diputados socialistas más alineados con Gabriel Boric, llamó a ambas coaliciones a ponerse de acuerdo, augurando de lo contrario un resultado fatal.

En la derecha más radical, están por un Estado de Excepción Constitucional, y pese a que solo ha sido un rumor de pasillo, la percepción externa es que podrían votar en contra del Estado Intermedio para dejar sin opciones al gobierno.

También hay quien cree que la fórmula que use Gabriel Boric, será apoyada sí o sí por el Partido Republicano, si contiene despliegue militar.

El diputado de la colectividad, e integrante de la comisión de Seguridad, Cristian Araya, dijo que este gobierno sufre un trauma ideológico.

Bien, las opciones: El Estado de Excepción duraría 15 días que darían oxígeno al gobierno y solo necesita la mitad del parlamento para su apoyo, pero el ejecutivo está consciente de no dañar las relaciones con sus propias fuerzas.

El camino intermedio debe tener más sustancia. La semana pasada Gabriel Boric anunció un importante aumento de presupuesto para la restitución de tierras, pero internamente hubo comentarios de que fue un anuncio aislado e inconexo, que pudo ser manejado de manera más contundente.

En el oficialismo, se pueden encontrar posiciones a favor y en contra de la presencia militar en todas las colectividades. Algunos, pase lo que pase estarían por votar en contra, y la percepción, por ejemplo, es que Jorge Brito, parlamentario de Revolución Democrática que está en la Comisión Mixta, actuaría con un voto díscolo y rechazaría la propuesta.