Los hechos delictuales del último semestre dan cuenta de la urgencia que el país requiere para hacer frente al crimen organizado.
“Ya no actúan en la periferia, disparan a matar y ostentan de sus privilegio”, esto dijo El Mercurio respecto al “nuevo” perfil del delincuente chileno, uno que actúa en todo el territorio nacional, y deja con una sensación de impotencia al ciudadano común.
Para un análisis (incluyendo posibles soluciones) conversamos con Jorge Araya, experto en seguridad pública que trabajó como asesor de la Subsecretaria de Prevención del Delito el año 2002.
“Es muy pertinente lo que señala el artículo porque la delincuencia en Chile cambió: el ladrón antes se dedicaba a robar, con un código de ética donde no robaba en su entorno y no usaba armas. Esto fue reemplazado en las últimas dos décadas por este crimen organizado, con grupos de delincuentes coordinados de margen mayor” reflexiona al respecto de la situación actual, donde convergen temas complicados tanto en la zona norte como en la zona sur.
“Tenemos una delincuencia que es más peligrosa en tiempos democráticos donde han convergido la delincuencia común y los actos de terrorismo en el sur” afirma.
En su opinión, en los últimos 20 años, ha faltado voluntad política para crear acuerdos coordinados que beneficien a tod la población.
“El estado chileno siempre pensó que era un tema menor, que Chile era más tranquilo y que el tema era una exageración. La criminalidad en Chile ha ido creciendo, cada vez más sofisticada y más poderosa. Los homicidios en un 90% estaban ligados a temas pasionales, las riñas afuera de cantinas; hoy, tenemos el fenómenos de los sicariatos o cualquier conflicto se resuelve con armas”
También, acusa la falta de profesionalidad de aquellos encargados de velar por el bien común: “las policías no han estado a la altura. Hace años atrás la PDI concluyó que habían miles de puntos de venta de drogas en el país. El sistema de justicia criminal no ha estado a la altura para reunir las pruebas suficientes y acatar los protocolos pertinentes”
“Efectivamente uno podría decir que hubo un sistema político que se equivocó en las prioridades, centrando la atención en ellos postergando los temas de seguridad. Actualmente el presupuesto de prevención del delito, ha disminuido su presupuesto en casi 10 mil millones” enfatiza.
Respecto a la falta de convicción del mundo político y sacar provecho en lugar de realizar un plan común para crear una estructura que combata el narcotráfico, el experto asegura que tanto la derecha como la izquierda han carecido de altura de miras.
“El acuerdo nacional actual es primordial para crear un nuevo pacto social que beneficie a la ciudadanía. Gastamos el 1,8 de nuestro PIB para el tema de seguridad, siendo un tema delicado que requiere más recursos, de lo contrario no es posible abordar este tema”.
Solución
Para el experto, los recursos son primordiales pero también enfrentar la falta de credibilidad y confianza nula que tienen los habitantes del país con las instituciones que deberían velar por su bienestar. El camino, según nos cuenta, estaría en crear un policía de élite que funcione con inteligencia y desbaraten a las bandas criminales.
“Efectivamente se debe dar señales de tranquilidad y control, se tiene que organizar una brigada especial en materia de investigación policial, una brigada conjunta que se especialice y esté a cargo de forma exclusiva a las bandas de narcotraficantes y el comercio ilegal”.
“Si armas una brigada nueva, de carácter temporal, puede tener el apoyo suficiente de la población para que coopere. La mano dura debe ser en respeto de ley y protegiendo los derechos, una brigada especial que cumpla con los protocolos puede traer resultados a corto plazo, en dos o tres meses”.