Tensiones globales: La dura guerra comercial entre Estados Unidos y china

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El director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad del Desarrollo advierte sobre las consecuencias de la escalada arancelaria y la competencia global.

En una reciente entrevista con Tomás Mosciatti, Yun Tso Lee, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad del Desarrollo, analizó la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, destacando la complejidad de las relaciones comerciales internacionales en un contexto de creciente tensión.

Lee enfatizó que, en la guerra arancelaria, “no hay ganadores”. A pesar de la percepción de que algunos podrían beneficiarse, el director del centro de estudios considera que “a la larga, si de seguir esta tendencia, el que más se va a perder es Estados Unidos”. Explicó que, aunque China puede relocalizar rápidamente sus exportaciones hacia otros mercados, los consumidores estadounidenses se verán afectados por la falta de productos asequibles. “¿Dónde va a comprar calcetines, poleras, zapatos? No veo a un norteamericano cociendo calcetines para abastecer al mercado norteamericano”, comentó.

La reciente decisión de Trump de elevar los aranceles a productos chinos a un 125% ha generado preocupación. “La consecuencia inmediata de esto es que las empresas de ambos países empiezan a buscar alternativas fuera de sus mercados, lo que va a producir una rápida reubicación forzada de producción, incrementando necesariamente los precios y la ineficiencia”, advirtió Lee.

En cuanto a la estrategia de Trump, Lee la describió como la de un “hábil comerciante”, pero también subrayó que “los chinos también son buenos comerciantes”. A medida que la escalada de tensiones continúa, el director del centro de estudios prevé que “si seguimos así, todo va a ir al carajo”, sugiriendo que esto podría llevar a una gran depresión económica tanto en Estados Unidos como a nivel internacional.

Lee también abordó la competencia entre China y Occidente, señalando que “no estamos aquí para edulcorar las cosas”. A pesar de la naturaleza competitiva de las relaciones internacionales, enfatizó la importancia de la cooperación. “Si hay diferencias, hay que conversar para buscar soluciones”, instó, criticando las medidas unilaterales de Trump como actos hegemónicos y arbitrarios.

Finalmente, Lee destacó que China, con su vasta población, no está compitiendo con nadie en particular, sino que está en un proceso de desarrollo que ha sido impulsado por el liberalismo. “La economía china creció y sigue creciendo gracias al liberalismo, no precisamente gracias a la economía planificada”, concluyó, dejando claro que el futuro de las relaciones comerciales dependerá de la capacidad de ambos países para encontrar un terreno común en medio de la competencia.

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El director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad del Desarrollo advierte sobre las consecuencias de la escalada arancelaria y la competencia global.

En una reciente entrevista con Tomás Mosciatti, Yun Tso Lee, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad del Desarrollo, analizó la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, destacando la complejidad de las relaciones comerciales internacionales en un contexto de creciente tensión.

Lee enfatizó que, en la guerra arancelaria, “no hay ganadores”. A pesar de la percepción de que algunos podrían beneficiarse, el director del centro de estudios considera que “a la larga, si de seguir esta tendencia, el que más se va a perder es Estados Unidos”. Explicó que, aunque China puede relocalizar rápidamente sus exportaciones hacia otros mercados, los consumidores estadounidenses se verán afectados por la falta de productos asequibles. “¿Dónde va a comprar calcetines, poleras, zapatos? No veo a un norteamericano cociendo calcetines para abastecer al mercado norteamericano”, comentó.

La reciente decisión de Trump de elevar los aranceles a productos chinos a un 125% ha generado preocupación. “La consecuencia inmediata de esto es que las empresas de ambos países empiezan a buscar alternativas fuera de sus mercados, lo que va a producir una rápida reubicación forzada de producción, incrementando necesariamente los precios y la ineficiencia”, advirtió Lee.

En cuanto a la estrategia de Trump, Lee la describió como la de un “hábil comerciante”, pero también subrayó que “los chinos también son buenos comerciantes”. A medida que la escalada de tensiones continúa, el director del centro de estudios prevé que “si seguimos así, todo va a ir al carajo”, sugiriendo que esto podría llevar a una gran depresión económica tanto en Estados Unidos como a nivel internacional.

Lee también abordó la competencia entre China y Occidente, señalando que “no estamos aquí para edulcorar las cosas”. A pesar de la naturaleza competitiva de las relaciones internacionales, enfatizó la importancia de la cooperación. “Si hay diferencias, hay que conversar para buscar soluciones”, instó, criticando las medidas unilaterales de Trump como actos hegemónicos y arbitrarios.

Finalmente, Lee destacó que China, con su vasta población, no está compitiendo con nadie en particular, sino que está en un proceso de desarrollo que ha sido impulsado por el liberalismo. “La economía china creció y sigue creciendo gracias al liberalismo, no precisamente gracias a la economía planificada”, concluyó, dejando claro que el futuro de las relaciones comerciales dependerá de la capacidad de ambos países para encontrar un terreno común en medio de la competencia.