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El 8 de diciembre de 1863, un incendio en el Templo de la Compañía de Jesús provocó la muerte de casi dos mil personas en la capital. La iglesia, ubicada en Bandera con Compañía, estaba repleta de madres e hijas de la elite capitalina que celebraban el Día de la Inmaculada Concepción. El templo estaba adornado con flores, tapices y miles de luces, entre lámparas colgantes y candelabros.

La celebración religiosa que terminó en desastre

A las siete de la tarde, el sacristán encendió la media luna de fuego que adornaba la imagen de la Virgen. La llama tomó los géneros, alcanzó las maderas y avanzó hacia el techo. El fuego llegó al altar mayor en cuestión de segundos y provocó pánico entre quienes intentaban escapar, mientras otras personas intentaban entrar sin saber lo que ocurría.

El diario El Ferrocarril relató cómo cientos murieron en los umbrales, a la vista de una multitud que no logró ayudarlos. El pintor Ramón Subercaseaux recordó la escena como el suceso más impactante de su infancia y describió el humo negro, las llamas que abrazaron la cúpula de madera y el caos en las calles.

Al comienzo se habló de 600 muertos, pero las labores posteriores confirmaron más de 1.800 víctimas. El intendente Francisco Bascuñán Guerrero cuestionó al clero por fomentar el desborde en torno al templo, en especial por el llamado buzón de la Virgen, donde los fieles dejaban cartas que el capellán Juan Ugarte respondía.

Años más tarde, el general Diego Dublé Almeida recordó que en Inglaterra creyeron que el incendio había sido intencional. Relató que encontró el buzón y lo llevó al cuartel para demostrar que esa práctica existía. Lo cierto es que la tragedia del Templo de la Compañía marcó para siempre la historia de Santiago.

En este video, Nibaldo Mosciatti narra la historia del incendio del Templo de la Compañía de Jesús ocurrido el 8 de diciembre de 1863.