Causa y Efecto: La cadena nacional por el Presupuesto marcada por las alusiones a Kast
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Pablo Orellana

Periodista. Editor de contenido audiovisual

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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El discurso del presidente Gabriel Boric en cadena nacional generó controversia por las alusiones sin nombre a José Antonio Kast, criticando sus propuestas en un momento probablemente inapropiado. Se cuestiona la politización del debate en plena campaña electoral y la carga que esto impone al ministro encargado de negociar el presupuesto. Este episodio beneficia a la campaña de Kast y desplaza a Jeannette Jara en la discusión electoral.

Luego del discurso del presidente Gabriel Boric el martes en la noche en cadena nacional, generó polémica las alusiones sin nombre que el mandatario hizo respecto de José Antonio Kast y la pertinencia de estas.

Es natural que el Presidente tenga opinión sobre las propuestas de los candidatos, ha ocurrido antes, pero el problema es el cómo, el dónde y el cuándo. Que sea en una cadena nacional es extraño.

Hay un aspecto que es casi de eficacia. Lo que hizo el Presidente de hacer opiniones políticas al hablar del Presupuesto, es politizar aún más el debate en medio de una época de campaña electoral.

Es complejo para el Ejecutivo, ya que al ministro que va a negociar el Presupuesto le pusieron una mochila pesada en su espalda. Se lo van a recordar a cada rato.

La cadena nacional y Jeannete Jara

Además lo realizado por Gabriel Boric le da insumo a la campaña de Kast en un momento donde el gobierno no tiene una buena evaluación. Es complicado ya que el gobierno pone como su principal contricante al candidato del Partido Republicano, hecho que además empuja a un costado a Jeannette Jara, un hecho que pareciera no servirle.

El mensaje no fue en vivo, pasó por varios filtros. No fue un exabrupto, fue pensado, digitado y orquestado respecto al mensaje que se quería entregar.

Mientras ocurre todo esto, al andar por las calles de la capital no se ve una fiebre electoral. Una de las probabilidades es el hastío de la población respecto a la clase política por un lado y por el otro esa sensación de que ya está todo jugado.

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