Aquellos que aún creen que esto es cultura y “parte de nuestras tradiciones”, minimizan las consecuencias físicas que tienen estas prácticas en los mal llamados “perros de carrera” a lo largo de su cruel entrenamiento: desgarros musculares, quebraduras de huesos, inflamaciones de órganos por los esteroides y drogas, choques, heridas y, por supuesto, el asesinato una vez que ya no les son útiles a su dueño porque no corren lo suficiente o ya no están en edad de competir. Esa es la crueldad a la que son sometidos los perros utilizados en las carreras clandestinas. Crueldad que quisimos terminar con los proyectos de Ley que hemos presentado año a año, y que sin duda seguiremos presentando.
CAPTURA
La falsa tradición de las carreras de perros
Por Tomás Hirsch
19 agosto 2024 | 10:10