Roma tuvo su auge hace más de 1.500 años, en Imperio y República. Y aunque parezca demasiado antiguo, existen actividades cotidianas que muchos consideran modernas pero que, en esa época, ya se realizaban.

Históricamente, los romanos podrían considerarse cercanos a nuestra sociedad. No sólo porque el español viene del latín, sino también porque sentaron bases para construir sociedades. Eso sí, afortunadamente, en otros aspectos estamos bastante lejos: sin lucha de gladiadores ni períodos de imperialismo.

El suplemento Verne del diario español El País recogió algunas costumbres de los romanos que, se podría pensar, aparecieron en tiempos recientes. Pero no, son incluso más antiguas que el descubrimiento de América.

Graffitis

Caminar por las calles de cualquier ciudad es encontrarse con rayados en las paredes cada ciertos metros. Nos parezca o no, es parte de la cultura popular actual. Aunque esto comenzó mucho antes, pues los romanos ya pintaban graffitis.

“Debió ser bastante habitual en las grandes ciudades”, aseguró al portal Ana Mayorgas, académica de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid.

Y es que se encontraron rayados en Pompeya, una ciudad que quedó sepultada por la erupción del volcán de Vesubio cuando tenía no más de 20 mil habitantes, en el año 79. Tras ser analizada, se descubrieron cerca de 11 mil graffitis.

Los escritos recurrentes estaban relacionados con textos cortos y directos de anuncios de venta, elecciones, también con tintes amorosos y sexuales.

Uno de los escritos encontrados en Pompeya, publicado en Twitter, reza: “Me admiro, pared, de que no te hayas derrumbado, teniendo que soportar tantas tonterías escritas sobre ti”.

Admirar a famosos

En la época también existían celebridades, aunque estaban más relacionadas con el mundo del deporte. Los romanos eran férreos admiradores de los gladiadores y los aurigas, quienes conducían los carros en los circos.

De hecho, de aquí vendría la reconocida frase “Pan y Circo”, pues Juvenal, poeta romano que vivió cerca del siglo 100 d.C. escribió en su Sátira X: “este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo”.

“Comida rápida”

Sólo las clases sociales altas podían cocinarse en sus propias casas. Era común que aquellos que tenían menos recursos vivieran de inquilinos en apartamentos con espacios pequeños, que dejaban poco espacio para comer.

Para ellos existían dos posibilidades: sentarse en un bar o una taberna, o comer comida en algún puesto de la calle. Porque ya existían.

Estos eran denominados termopolios y consistían en un mostrador con agujeros en los que estaban dispuestos los recipientes de barro que contenían comida fría y caliente para llevar.

Ser sofisticado con el vino

Los romanos habrían sido una de las primeras civilizaciones que se preocuparon de la calidad del vino. De dónde venía, cuántos años tenía de añejado y sus variedades.

Si bien se cree que uno de los vinos más sofisticados fue el del monte Falerno (cerca de Nápoles) que fue bebido por los emperadores Julio César y Calígula, había licor para todos los gustos.

Pompeya fue uno de los centros vinícolas más relevantes de la época, convirtiéndose en fuente principal para abastecer a la ciudad de Roma.