EFE | Agencia UNO

Washington y el cobre

22 julio 2025 | 11:10

Desde un punto de vista de la posición internacional de Chile, su eje estratégico ha girado hacia el Este de Asia y, sobre todo, hacia China.

Como hace más de medio siglo, el poder de Estados Unidos se ha cruzado con el cobre y con la economía chilena. Un impasse que podría llegar a constituirse en colisión.

El proceso que llevó a la nacionalización del cobre comenzó a constituirse gradualmente desde los años 50 y culminó el 15 de julio de 1971, día en que el presidente Salvador Allende firmó el decreto respectivo, después que el Congreso aprobara de manera unánime la Ley 17.450, destinada a estatizar la minería del cobre. Fue un momento excepcional en que todas las fuerzas políticas del país se unieron en una decisión que resultó trascendental.

Como bien lo ha reconstruido la historiografía referida a las relaciones entre Estados Unidos y Chile, esta decisión desató no solo la ira del presidente Richard Nixon, sino que la voluntad de Washington por intervenir aún más decididamente en la política chilena, con el propósito de terminar anticipadamente con el gobierno de la Unidad Popular. El resultado de dicha intervención es ampliamente conocido.

Los aranceles de Trump

El 8 de julio de 2025, el presidente de Estados Unidos anunció aranceles del 50% para las importaciones de cobre. Medios especializados, como el The Wall Street Journal y The Economist, publicaron notas fundamentadas sobre el impacto mundial de esta decisión, todas las cuales apuntan al alza en el precio del cobre y la consiguiente incertidumbre global respecto de este mercado.

Para Chile esta decisión supone efecto importante porque pone incertidumbre en una exportación muy relevante para nuestro país. Sin embargo, ya no estamos en los años 70, cuando el cobre era la “viga maestra” de nuestra economía.

Hoy el mercado de Estados Unidos representa alrededor del 15% del total de nuestras exportaciones y, coincidentemente, en torno al 15% de nuestras exportaciones de cobre. A su vez, este producto representa solo el 10% de nuestro Producto Interno Bruto.

En este contexto, todo indica que la política arancelaria de Estados Unidos no solo no se condice con los cambios que las cadenas globales de valor han experimentado en los últimos 30 años, sino que ignora que ella solo acelera la fase final de su decadencia, como sostuvo Ricardo Hausmann, académico de la Universidad de Harvard, en una entrevista a CNN el 4 de julio pasado.

El eje estratégico ha girado hacia el Este de Asia

Desde un punto de vista de la posición internacional de Chile, su eje estratégico ha girado hacia el Este de Asia y, sobre todo, hacia China. En la actualidad, este país representa el 40% del total de las exportaciones de Chile y explica más del 50% de nuestras exportaciones de cobre.

La consecuencia general de esta política arancelaria, basada en el unilateralismo y en la amenaza, ha incidido en un ajuste muy rápido de los intereses nacionales, de modo que países que hasta hace poco se miraban con desconfianza han comenzado a alinear sus agendas y a buscar acuerdos.

La tendencia muestra un gran esfuerzo por reducir la dependencia e interdependencia de Estados Unidos. Por todo lo planteado se trata de un alivio, pero también de una mala noticia. Este vecino del norte hace parte de una trayectoria vital de nuestro país, en una relación en la que también hemos encontrado a un aliado para insertarlos en el mundo y, como en el pasado, para defender nuestros derechos humanos.