Señor director:
En el deporte del ajedrez, un “gambito” es, aquella jugada qué consiste en entregar o sacrificar una pieza para obtener una ventaja de posición que conduzca a ganar la partida. Dicha jugada debe ser calculada y analizada fría y profundamente, a su vez ser prácticamente invisible como estrategia a los análisis del rival.
Para que un gambito sea efectivo debe realizarse analizando profundamente la posición, calculando fríamente una estrategia, tener mucha paciencia en el transcurso de la partida e ir jugada a jugada concretando el plan final.
La reforma de pensiones que presenta el gobierno de Gabriel Boric, sin duda, es la mejor analogía con esta audaz y efectiva jugada de ajedrez.
El gobierno presentó a la oposición una reforma de pensiones en la que, en apariencia, le entrega todos los principios o ítems que la propia oposición exigía para aprobar dicha reforma. Precisamente este es el gambito, la jugada brillante, que consistió en entregar el principio de pensiones más importante, algo así como sacrificar la Dama en el ajedrez.
Entonces entrega los puntos de cotizaciones del trabajador a la oposición para que sean de capitalización individual y no de reparto, como ellos siempre lo han deseado. Con esto la oposición se ve obnubilada y con altos niveles de endorfina, que envuelven una inmensa felicidad por haber derrotado a su rival, obligándolo a rendirse y entregar la partida.
Lamentablemente para la oposición, no se tomaron el tiempo de analizar el porqué de tan importante sacrificio, ¿por qué el rival entrega la dama? Eso no ocurre tan solo porque sí, tan solo por un error. Es aquí donde nos encontramos con ese 1% llamado Bono de Tabla, que es reparto y va a compensar a las mujeres al momento de jubilar.
Esta jugada el gobierno la refuerza con la futura creación del Inversor Estatal, produciendo entonces la tan deseada, anhelada y soñada grieta en el sistema de pensiones de capitalización individual y AFP. Una grieta muy pequeña, casi imperceptible, pero que con el tiempo se hará más grande y más grande, hasta lograr derrumbar el sistema y misión cumplida la partida la ha ganado la izquierda.
Una reforma de pensiones sólida y que realmente solucione el problema de los pensionados, implica medidas impopulares, no debe ser realizada en tiempos de crisis económica y mucho menos en un año electoral.
Por Pablo Letelier Nicolai