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Ley Karin y el fin de la cultura del abuso

31 julio 2025 | 09:30

Podemos tener distintas opiniones sobre su implementación, su reglamento o su alcance. Podemos debatir sobre su ritmo de puesta en marcha, los desafíos institucionales o los recursos que aún faltan. Pero hay algo que nadie puede desconocer: la Ley Karin ha destapado una realidad cruda y naturalizada en nuestro país.

En Chile, por años, se cultivó la cultura del abuso en los espacios de trabajo. La verdadera avalancha de denuncias por acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo en los primeros meses de vigencia de la norma no es casual. Es la consecuencia de haber creado por fin un marco que otorga confianza a trabajadoras y trabajadores para denunciar lo que antes se callaba.

¿Ha habido problemas en su implementación? Por cierto. ¿Hay que mejorar procedimientos y fortalecer la fiscalización? Sin duda. Pero quiero dejar una pregunta abierta: que haya personas que no pagan sus impuestos… ¿Hace inútil la ley tributaria? Lo mismo ocurre aquí.

Que algunas denuncias no prosperen o que falten recursos, no invalida el objetivo de esta ley. Al contrario: reafirma que debemos seguir empujando por un cambio estructural.
Porque lo que busca la Ley Karin es prevenir. No solo castigar. Desde su origen se planteó como una herramienta para impulsar un cambio cultural profundo en nuestros espacios laborales. Para que entendamos que al final, todo se resume en una palabra: respeto.

Y como toda transformación cultural, esta ley también ha sido víctima de desinformación y fake news. Se ha dicho que solo beneficia a mujeres, que perjudica el empleo femenino, que cualquier broma puede considerarse acoso. Se ha sembrado miedo con la amenaza de denuncias falsas, como si la realidad fuera una caricatura.

Revisemos los datos, no los prejuicios

En los primeros seis meses de la Ley Karin, la Dirección del Trabajo recibió 21.864 denuncias en el sector privado. De ellas, el 42% cumplía con los criterios de la ley. Sin embargo, en el 72% de los casos tramitados no se comprobó la vulneración denunciada, lo que demuestra que hay un sistema que evalúa, analiza y no sanciona sin fundamentos.

En tanto en el sector público hubo 5.214 denuncias por acoso laboral. Y es evidente: tenemos que avanzar hacia ambientes laborales sanos, donde se promueva el respeto, se capacite a equipos directivos y se fortalezcan las áreas de recursos humanos. Distinguir entre acoso, violencia y conflictos interpersonales requiere formación, no solo reglamentos.

Ley Karin: un avance que vale la pena defender

Hoy, con más de 10.000 atenciones psicológicas activadas por la Mutual de Seguridad, de las cuales 8.000 están vinculadas al acoso y violencia laboral, queda claro que la salud mental ya no puede ser un tema secundario. La Ley Karin ha impuesto un nuevo modelo de trabajo en Chile, donde el respeto no se negocia.

Nuestra ley es pionera en derechos laborales y ya es estudiada en otros países. Claro que falta camino por recorrer. Pero ya dimos el paso más difícil: decir en voz alta lo que durante años se silenció.

Y eso, sin ninguna duda, es un avance que vale la pena defender.