Archivo | Agencia UNO

Por un sistema político más coherente, estable y democrático

15 julio 2025 | 10:26

La democracia chilena está enfrentando una de sus pruebas más exigentes: la fragmentación del sistema político ha generado un escenario de inestabilidad e ingobernabilidad que daña profundamente la confianza ciudadana en las instituciones.

Hoy, en el Congreso, se vuelve cada vez más difícil lograr acuerdos sustantivos que respondan con eficacia a las demandas urgentes de la ciudadanía. Esta realidad, que se vive de manera especialmente crítica en la Cámara de Diputados, no puede seguir normalizándose.

La proliferación de candidaturas independientes, muchas de ellas sin proyecto político ni arraigo territorial, ha convertido al Parlamento en una suma dispersa de intereses personales. A ello se suma el fenómeno preocupante de parlamentarios que, tras ser electos en una lista o partido, abandonan esa identidad política, apenas asumen sus cargos, debilitando los compromisos adquiridos con la ciudadanía y distorsionando la representación democrática. Esta práctica no solo es inaceptable: es una verdadera burla a los votantes y una amenaza a la legitimidad del sistema.

Reforma al sistema político: una necesidad impostergable

Valoro la propuesta del Gobierno que apunta a ordenar y fortalecer el sistema político, en la misma línea de una moción parlamentaria que ya impulsamos desde el Senado. Es urgente establecer que si un parlamentario es electo bajo el alero de un partido y decide renunciar a esa colectividad, entonces debe también dejar su escaño. El cargo no le pertenece individualmente: es del partido que lo postuló y que representa un proyecto político ante el país. Es el partido, entonces, el que debe reponer ese cupo, garantizando así coherencia y estabilidad al trabajo legislativo.

Otro aspecto esencial es el financiamiento de la política. Necesitamos reglas claras y transparentes que regulen el uso de recursos tanto en los partidos como en las campañas electorales. No puede permitirse que se formen partidos simplemente como vehículos para una candidatura personal, sin sustento ideológico ni anclaje territorial. Chile requiere partidos con representación nacional, que expresen visiones de país y no intereses individuales o locales.

La democracia no puede seguir siendo rehén de la fragmentación, del oportunismo ni del cortoplacismo. Nuestro país es una república unitaria, con tres poderes del Estado que deben funcionar en armonía y al servicio de toda la Nación. Es tiempo de fortalecer los partidos, ordenar el sistema político y devolverle a la ciudadanía la certeza de que el Congreso legisla con responsabilidad, visión de futuro y compromiso con el bien común.

Estas reformas no pueden seguir esperando. Chile necesita recuperar la gobernabilidad y fortalecer su democracia.