Pablo Ovalle Isasmendi | Agencia UNO

Chile Vamos descarta que nueva Constitución deba ser parte del debate para modernizar instituciones

Por Emilio Lara
La información es de Tomás Celedón

06 junio 2019 | 16:17

En el marco de las reuniones que está sosteniendo el ministro del Interior, Andrés Chadwick, para llevar adelante el acuerdo nacional con el objetivo de modernizar las instituciones que anunció el presidente Sebastián Piñera en su cuenta pública, la idea de una nueva Constitución volvió a aparecer en la agenda.

El miércoles, tras las reuniones que tuvo Chadwick con las mesas de la Cámara y el Senado, en el Congreso, el presidente de la segunda instancia, Jaime Quintana, señaló que la discusión de una nueva carta magna debería ser central dado el descrédito actual de las entidades públicas.

Sin embargo, el jefe de Interior le puso freno a estas intenciones señalando que se debe poner el foco en cosas más precisas para poder avanzar de manera más rápida.

Desde Chile Vamos fueron más directos que Chadwick. Es así que el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma, señaló que ciertos sectores de la izquierda tienen una “obsesión” con una nueva Constitución y pidió darle otro enfoque a la discusión.

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Por su parte, el diputado y vicepresidente de Evópoli, Francisco Undurraga, fue menos directo que Coloma.

Más en la línea del ministro del Interior, Undurraga señaló que los parlamentarios deben concentrarse otras cosas, como en modernizar el Estado, actualizar el funcionamiento de ambas cámaras del Congreso y avanzar en una figura que permita la reelección de los presidentes de turno.

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Desde el Senado, su vicepresidente, Alfonso de Urresti (PS), aclaró que la disposición para dialogar con el Gobierno sobre la modernización de las instituciones está.

Sin embargo, enfatizó que una reforma a las entidades debe ir de la mano con una nueva Constitución.

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Para el futuro quedará ver si la idea de este documento se transforma en una piedra de tope para el Ejecutivo en su intención de llevar adelante la agenda de modernización de las instituciones.

En cuanto a las próximas reuniones que sostendrá Chadwick, para el viernes 6 quedó agendada su cita con el Partido por la Democracia.

El lunes 10, en tanto, se reunirá con la Democracia Cristiana, en el Palacio de La Moneda.

Bachelet

La postura de Chadwick al respecto no es nueva. De hecho el 15 de marzo, a solo cuatro días que Sebastián Piñera retornara a la primera magistratura, el titular de Interior anunció que el Gobierno no avanzaría en el proyecto de Nueva Constitución que la expresidenta Michelle Bachelet envió al Congreso previo al término de su gestión.

Chadwick lo dio a conocer durante el foro “¿Cómo viene el 2018?” de Icare, donde el secretario de Estado transparentó que el Ejecutivo esperaba que la discusión de tal medida no prosperara.

A su juicio, según dijo, una Constitución “no es un juego”, ya que tal escrito es clave para fijar “reglas de convivencia”. El anuncio fue recibido entre aplausos.

Pero el mismo Piñera también criticó la idea de Bachelet. En conversación con El País de España, horas antes de asumir por segunda vez la Presidencia, aseguró que la idea no la conocía “prácticamente nadie”, ni siquiera partidos de la extinta Nueva Mayoría.

Esa misma mañana, Piñera mencionó que buscarían perfeccionar la Constitución a través de “un gran acuerdo”.

El proyecto de Bachelet, en específico, pretendía reconocer la existencia de diversos tipos de familias, a los pueblos originarios como parte del orden constitucional y asegurar su participación en el Parlamento, además de establecer que tanto la Salud como la Educación estarían “afectadas por tributo”.

A lo anterior se sumaba el fortalecimiento de derechos tradicionales, como la igualdad y la no discriminación, agregando el “libre desarrollo de la personalidad”, la “igualdad entre hombres y mujeres”, “los derechos de los niños, niñas y adolescentes”, la participación en “asuntos públicos”, el acceso a la información “en los órganos del Estado” y el reconocimiento de “las aguas como bienes nacionales de uso público”.

El proyecto también eliminaba los quórum supra-mayoritarios en el Congreso, por lo que sólo existirían la mayoría simple y absoluta, el punto criticado por Chadwick ante los empresarios.