Una investigación publicada por The Washington Post ha desatado una nueva polémica en torno a la campaña de Estados Unidos contra presuntos narcotraficantes venezolanos en el Caribe y el Pacífico oriental, tras revelarse que el secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, habría ordenado matar a todos los ocupantes de una embarcación sospechosa en el primer ataque del 2 de septiembre.
El incidente, descrito por siete fuentes con conocimiento directo de la operación, comenzó cuando aeronaves de vigilancia estadounidenses siguieron una lancha con 11 personas a bordo, presuntamente vinculadas al transporte de drogas.
Tras un primer impacto con misiles frente a la costa de Trinidad, dos hombres lograron sobrevivir al incendio. Sin embargo, de acuerdo con la investigación, un comandante de Operaciones Especiales ordenó un segundo ataque para cumplir la directriz inicial de eliminar a todos los ocupantes.
Y es que, según las mismas fuentes, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dio una orden verbal perentoria: “La orden era mátenlos a todos”.
El reportaje de The Washington Post detalla que este segundo ataque fue ejecutado, pese a que los supervivientes no suponían una amenaza inmediata y se encontraban en el agua, aferrados a los restos de la embarcación. De hecho, según las fuentes citadas por el prestigioso periódico estadounidense, los dos sobrevivientes fueron despedazados en el agua por el ataque.
Expertos advierten posibles crímenes de guerra
Expertos en derecho internacional han calificado la acción como potencialmente ilegal, llegando incluso a equipararla con homicidio o crímenes de guerra.
Todd Huntley, exabogado militar y ahora director del programa de derecho de seguridad nacional en la Universidad de Georgetown, afirmó al medio que, incluso si existiera un conflicto armado —cuestión que muchos expertos rechazan—, una orden de “no dar cuartel” sería una violación directa de las leyes de guerra.
Mientras tanto, el Pentágono ha negado rotundamente la veracidad del trascendido. Su portavoz, Sean Parnell, calificó toda la información como “completamente falsa” y defendió la eficacia de las operaciones contra el narcoterrorismo.
Aun así, The Washington Post documenta que, desde este primer ataque, Estados Unidos ha ejecutado al menos 22 operaciones similares, con más de 80 personas fallecidas.
En informes internos revisados por el periódico, el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC) justificó el “doble golpe” del 2 de septiembre como un intento de hundir la lancha y evitar un peligro para la navegación. Sin embargo, esta explicación ha generado malestar entre algunos legisladores estadounidenses que consideran que el Pentágono no ha sido transparente.
El congresista Seth Moulton, expresó que la idea de que los restos de una pequeña embarcación representaran un riesgo en mar abierto era “absurda”, y advirtió que las acciones podrían acarrear futuros procesos judiciales.