Por primera vez desde el regreso a la democracia, Argentina tendrá un militar a cargo del Ministerio de Defensa, dejando atrás el paradigma de “demonización” a las Fuerzas Armadas heredada de la época de la última dictadura entre 1976 y 1983.
Se trata del teniente general Carlos Alberto Presti (59), actual jefe del Ejército, quien asumirá como ministro a partir del 10 de diciembre próximo, fecha en la que Luis Petri, el hoy funcionario a cargo de Defensa, pasará a la Cámara de Diputados tras haber sido electo con más del 53% de los votos en las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Lo mismo sucederá con Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que se mudará al Senado y tendrá como reemplazante a Alejandra Monteoliva.
“Por primera vez desde el regreso de la democracia una persona con intachable carrera militar, que ha llegado al más alto rango en su escalafón, estará al frente del ministerio que estará encargado de la defensa nacional y de las Fuerzas Armadas, inaugurando una tradición que esperamos que la dirigencia política continúe de aquí en adelante y dando por finalizada la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados”, resaltó el gobierno de Javier Milei sobre la llegada de Presti al gabinete.
Desde 1930, Argentina sufrió seis golpes de Estado impulsados por las Fuerzas Armadas: 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. Fue el último el que dejó la marca más profunda y dolorosa, no solamente por el tiempo que se extendió, sino por los crímenes de lesa humanidad: asesinatos, torturas, desapariciones forzadas, robos de bebés y un sistema clandestino de represión que operó bajo la órbita del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y las policías provinciales. Se estima que 30.000 personas fueron desaparecidas por el aparato represivo.
El último uniformado militar que ocupó el Ministerio de Defensa fue el contraalmirante Norberto Couto, desplazado en diciembre de 1981, cuando el gobierno de facto decidió ceder esa cartera a un civil en medio del derrumbe político y económico.
Asumió entonces Amadeo Frúgoli, abogado y hasta ese momento ministro de Justicia. Su gestión duró apenas nueve meses: fue reemplazado por otro civil, Julio Martínez Vivot, quien sostuvo el cargo hasta la entrega del mando constitucional el 10 de diciembre de 1983 al presidente electo Raúl Alfonsín.
El perfil del militar que comandará el Ministerio de Defensa en Argentina
Formado en el Colegio Militar de la Nación, Carlos Presti egresó en 1987 y se consolidó en el arma de Infantería, un sector históricamente influyente dentro de la estructura castrense. Bajo su mando como jefe del Estado Mayor General del Ejército quedaron 55.000 hombres y mujeres, y su recorrido operativo exhibe destinos clave: comandó el Regimiento de Asalto Aéreo 601, lideró la IV Brigada Aerotransportada y dirigió el Colegio Militar, además de contar con aptitud de comando, una certificación central para ascender en la línea histórica de las FFAA.
También integró la misión de paz en Haití y se desempeñó como agregado de Defensa en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019).
Su designación como jefe del Ejército por parte de Milei, en enero de 2024, provocó un temblor interno: 22 generales pidieron el retiro en cadena, exponiendo así tensiones de vieja data y, al mismo tiempo, dejó en claro la sintonía política de Presti con la nueva conducción libertaria. Ahora, la sintonía se plasma en el nuevo cargo al frente del Ministerio de Defensa.
Las organizaciones de Derechos Humanos, siempre exhibiendo críticas a las políticas de Milei, objetan que Presti es hijo de Roque Carlos Presti, militar acusado de delitos de lesa humanidad cuando estuvo al frente del Regimiento de Infantería 7 de La Plata durante la última dictadura. A eso se suma su decisión de no renunciar a su condición de militar en actividad para ocupar el cargo político.
¿Con qué se encontrará el nuevo ministro militar en Defensa? La obra social del personal de las FFAA, llamada Iosfa, acumula una deuda de 200.000 millones de pesos argentinos (unos $133.000 millones de chilenos).
En tanto, los salarios de oficiales y suboficiales quedaron por debajo de la línea de pobreza y la deserción de efectivos, unas 18.000 bajas en los dos años de la gestión Milei, encendió alarmas internas que el Gobierno intenta atribuir al pasado kirchnerismo.
En paralelo, Presti deberá pilotear la modernización militar más ambiciosa de los últimos años en Argentina: el 5 de diciembre llegarán los primeros seis F-16AM/BM Fighting Falcon adquiridos usados a Dinamarca, parte de un contrato por 24 aeronaves más un avión adicional ya en el país para entrenamiento técnico. La operación implica inversiones superiores a los 300 millones de dólares, además de la adecuación de la infraestructura en el Área Material Río Cuarto y en la VI Brigada Aérea de Tandil.