I´m Still Here o Aún Estoy Aquí, hizo historia en los Premios Oscar al ser nominada en categorías como mejor película, mejor película extranjera y mejor actriz.
Es que, desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Venecia, ya se veía bien encaminada, los elogios al filme y a la actuación de Fernanda Torres le permitieron conseguir el premio al mejor guion.
Y no solo eso, también fue nombrada una de las cinco mejores películas internacionales de 2024 por la National Board of Review y considerada una de las mejores películas del año por las revistas especializadas BBC y Sight & Sound.
I’m Still Here (originalmente llamada Ainda Estou Aqui) es dirigida por el brasileño Walter Salles, quien se basó en las memorias de Marcelo Rubens Paiva plasmadas en el libro ‘Ainda Estou Aqui’.
Una película biográfica-política, que trae a la pantalla el Brasil de 1971 bajo la dictadura, época donde acontece la historia de la familia de Eunice Paiva (interpretada por Fernanda Torres) quien busca sobrevivir a la ausencia y a la pérdida provocada por un acto de violencia del Estado, creando formas de resistencia que le permiten proteger a su familia, en un enfrentamiento con algo que parece ser más grande que ella.
Por esta gran historia, la galardonada cinta, que se estrenó en los cines chilenos el 6 de febrero, resuena fuerte entre las candidatas a llevarse la estatuilla dorada en los Óscar el próximo 2 de marzo.
BioBioChile conversó con Walter Salles Jr, director de Aún Estoy Aquí, sobre sus lazos con la historia de la vida real detrás de la película, las dictaduras en Latinoamérica y las nominaciones al Oscar.
Aún Estoy Aquí, el reflejo de la resiliencia de Latinoamérica
La película nos muestra una realidad que vivida en varios países de Latinoamérica, que fueron víctimas de la dictadura durante los años 70’ y 80’, donde incluso se siguen buscando a personas desaparecidas como consecuencia. “Compartimos una tragedia común: la de ver democracias derrocadas por las armas”, comentó Salles.
“Debido a que tenemos un pasado de pérdidas, pero también compartimos formas comunes de resistencia”, asegura. “Al ver las magníficas “Machuca”, de Andrés Wood, y la trilogía de Patricio Guzmán, sobre los desaparecidos y el olvido, tuve la impresión de que esos relatos también eran nuestros, en Brasil”, declaró.
Relatos en común que le permitieron a la película trascender las fronteras de su país de origen, ya que acaba de ser estrenada en Chile, Argentina, México, Perú, Uruguay y Colombia y, a pesar de las “cicatrices compartidas”, tuvo un recibimiento rotundamente bueno.
Para el director, “recibir una reacción crítica tan positiva en Latinoamérica es una alegría para todos los que hicimos la película. Si hay un continente que es importante para nosotros y en el que nos reflejamos, es Latinoamérica”
La “olvidada” historia de Brasil
La película aborda una parte fundamental de la historia reciente de Brasil, centrada en la lucha por la verdad y la justicia. La historia de un país que, de acuerdo a Walter, no se abordó como debería porque no es menor 21 años de dictadura militar.
En sus palabras, cuando la extrema derecha comenzó a crecer en el país en 2017, quedó claro lo frágil que era la memoria de los brasileños sobre ese período. “Para muchas generaciones, la dictadura militar de los años 70 es una idea lejana, y por eso la visión azucarada vendida por la extrema derecha sobre ese periodo encontró al principio una forma de eco” explicó.
La película contribuye a que las nuevas generaciones comprendan mejor ese pasado y, de esta manera, eviten repetir los mismos errores en el futuro. En este contexto, el cine, al igual que la literatura o la música, puede ser una herramienta poderosa contra el olvido.
El rol del director al trabajar con fuertes historias reales
Rubens Beyrodt Paiva fue un ingeniero civil y político brasileño que se opuso al golpe militar de 1964 en Brasil y, en su rol como congresista, denunció la instauración de la dictadura militar. Tristemente, en 1971, fue detenido, torturado y asesinado por agentes del régimen.
Fue así entonces, como Walter Salles se encargó de conocer de primera mano a la familia Paiva, para ser testigo de la historia y, entre responsabilidades y desafíos, adaptarla correctamente.
En ese sentido, Salles declaró que el primer reto para él fue escuchar a la familia Paiva y a sus cercanos desde finales de los años 60 hasta 2014, que tienen un lugar en el libro de Marcelo.
“Una de las cosas más extraordinarias del libro de Marcelo Paiva es que la memoria de su familia se reconstruye a partir de los recuerdos de alguien que tenía solo 11 años cuando comenzó la historia”, señaló el brasileño. “Marcelo fue un compañero de viaje excepcional, un consultor artístico del proyecto que permaneció cercano durante todo el proceso”, agregó.
Esta extensa investigación explica los largos años de preparación del proyecto: siete en total. Para el productor y director, “retratar un país conlleva una gran responsabilidad, pues implica representar una cultura en un momento clave de su historia, y éramos plenamente conscientes de ello”.
Los galardones inesperados
“La película tiene tres nominaciones al Óscar. Cuando la grabaron, ¿esperaron que ocurriera algo así?” preguntamos al guionista. Sorprendentemente, su respuesta fue “Sinceramente, no”.
No pensó ser galardonado porque nunca fue lo que buscó con su proyecto. “Cuando cuentas una historia tan personal, el enfoque se centra en honrar la memoria de las personas que tuviste la suerte de conocer, la memoria de un país y su cultura. No anticipar las reacciones a la película”, explicó.
Sin embargo, “cuando llegamos a los festivales, nos sorprendió esta increíble recepción”, esta reacción continuó en el mismo lugar para el que la película fue hecha: las salas de cine.
“Recibimos premios del público en países como Francia, Estados Unidos, Canadá y en la Muestra de Cine de São Paulo, lo que indica que esta historia resuena más allá de nuestras fronteras”, mencionó. Esto se debe, en parte, a la trayectoria política y simbólica de Eunice Paiva, pero también a la excelencia de las actuaciones de Fernanda Torres y Fernanda Montenegro
La influencia de Fernanda Torres
Torres marcó historia con su nominación a mejor actriz, e incluso logró algo más allá de lo que hizo su madre, quien también tuvo una nominación histórica para Brasil. “Esa doble coincidencia hizo que el hecho de que ella haya recibido el Globo de Oro como mejor actriz fuera particularmente conmovedor, porque resonaba con lo que había sucedido con su madre en ‘Central do Brasil’ en 1999”, mencionó.
Para Aún Estoy Aquí, era imprescindible trabajar con una actriz que supiera decir mucho con poco, “que tuviera el deseo y la valentía de trabajar en la sustracción, en la economía de los gestos, en esa búsqueda de la esencia que nos movió a lo largo de todo el proceso”, comenta refiriéndose al enfoque minimalista y sutil en la actuación de Torres.
Walter aseguró que la película no hubiera sido posible sin ella o sin Fernanda Montenegro, Además, fue Torres quien le ayudó a entender cuál era el lugar que le interesaba en el mundo del cine.