Desde el viernes 1 de agosto, la tarjeta de coordenadas dejó de ser un método válido para aprobar transacciones bancarias.
Esto luego de la entrada en vigencia de una normativa de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el regulador chileno que, con esta medida, apunta a que las compañías usen métodos más efectivos de seguridad, incluyendo claves tipo Pass y procesos biométricos, como la huella digital o inclusive el rostro.
Con todo, la mencionada tarjeta, ahora convertida en solo un plástico del recuerdo, podría haber dado una cierta seguridad en algunos sectores de la población, aún no adaptados del todo al uso de dispositivos digitales.
Además, de no contar con la suficiente seguridad en un dispositivo, también cae la posibilidad de que las transacciones puedan verse afectadas por terceros maliciosos.
Recomendaciones del Sernac por fin de la tarjeta de coordenadas
Considerando lo anterior, el Servicio Nacional del Consumidor aconseja a los usuarios de aplicaciones bancarias que se informen sobre los métodos de autenticación de transacciones disponibles con los bancos o emisores de tarjetas.
También recomienda activar sistemas complementarios de seguridad, más allá de la clave Pass, como la mencionada verificación con huella o rostro, u otro ofrecido por el banco.
Y siempre, siempre recordar que las claves, códigos enviados desde el banco para aprobar transacciones y los datos personales no se comparten. Esto incluso aunque los pida “alguien que se identifique como parte del banco”.
Por último, el Sernac llama a exigir “canales de atención inclusivo si tienes dificultades tecnológicas”.
Como deber de las entidades financieras -bancos, cooperativas o emisores de tarjetas- está la entrega de información clara, veraz y oportuna, por lo que el Servicio también llama a implementar estrategias diferenciadas para aquellas personas que puedan presentar más problemas para incorporar los nuevos mecanismos.
Riesgos versus beneficios
Teniendo en cuenta el cambio de modalidad en el uso de aplicaciones bancarias que puede conllevar esta decisión, es que el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) compartió consejos al respecto, y resaltó algunos riesgos que pueden surgir.
Sobre lo último, el Sernac afirma que se debe considerar que “las personas mayores o sin acceso a smartphones pueden quedar excluidas si no se les ofrecen alternativas”, a lo que se suma que “algunas personas aún no saben que deben migrar a nuevas opciones o no comprenden cómo hacerlo”.
Respecto a los riesgos -que de igual forma son transversales a todo medio de pago-, está el hecho de que si todos los factores de autenticación -clave, aplicación de seguridad u otros- se encuentran en el mismo celular, “se podría vulnerar el principio de independencia de múltiples factores de autenticación”.
Y “en zonas con mala conectividad o ante problemas en aplicaciones bancarias, las y los consumidores pueden quedarse sin posibilidad de operar”.
Sin embargo, cabe resaltar que con la normativa de CMF las exigencias suben y las operaciones se deberán elevar a los estándares internacionales exigidos en zonas como Europa. También cada transacción deberá tener su propio código de autenticación, lo que reduce las posibilidades de que la clave sea usada otra vez y dificulta también la suplantación de identidad.