Pese a quedarse a centésimas de romper la marca de Usain Bolt, el atleta estadounidense se colgó el oro en su pecho y aseguró estar enfocado en quitarle el récord en los 200 metros planos.

El estadounidense Noah Lyles, con un tiempo de 9.83 segundos, se proclamó campeón del mundo de los 100 metros planos en Budapest y se convirtió en el nuevo rey de la velocidad internacional.

El atleta de 26 años se encargó de calentar, a su llegada a la capital húngara, la previa de este Mundial de Atletismo, asegurando que aspira a “lograr tres medallas de oro (100, 200 y relevo 4×100) y batir el récord del mundo de Usain Bolt en los 200 metros. Correré en 9.65 los 100 y los 200 en 19.10″.

Un comentario que enfadó a su compatriota Fred Kerley, que en el pasado certamen mundial ganó el oro, aunque cayendo eliminado en Hungría en las semifinales junto a otro aspirante al podio, el italiano Marcell Jacobs, que esta temporada ha estado mermado por las lesiones.

El primer objetivo de Lyles, el de ganar los 100 metros, lo consiguió en la segunda jornada del Mundial, aunque no con el récord de Usain Bolt (9.58) en Berlín el 16 de agosto de 2009. Sin embargo, venció en el Centro Nacional de Atletismo de Budapest con 9.83, la mejor marca mundial del año y también la suya propia, que estaba en 9.86.

El segundo cajón del podio fue para el atleta de Botsuana, Letsile Tebogo, que paró el crono en 9.88, misma marca pero que con mejores milésimas que el británico Zharnel Hughes, que se colgó el bronce.