Estaban cansados y aburridos de las falsas promesas del gobierno de Irán, por lo que decidieron, al igual que miles de compatriotas, salir a las calles. Sin embargo, los hermanos Vahid, Habib y Navid Afkari no imaginaban en lo que terminaría su protesta del 2 de agosto de 2018.

Aquel día, tal como venía siendo la tónica desde hace meses, los iraníes salieron en masa a manifestarse en contra de las políticas económicas del gobierno y los cambios en la políticas exteriores del país persa.

Navid era el más conocido de sus hermanos, ya que era campeón de lucha libre y su carrera auguraba un importante éxito. Los tres Afkari se convirtieron en activos protestantes, ya que consideraban injusto el escenario político y social que se vivía en su país.

Las manifestaciones eran masivas pero, en algunas zonas como Shiraz, Qahderijan y Tuyserkan, también se volvieron violentas. Los ataques a estaciones de policía y a personal del ejército se volvieron constantes y las repercusiones fueron cada vez mayores.

Hasta el momento, según consigna El Confidencial, 22 personas han muerto en el marco de las protestas, siendo uno de ellos un agente de seguridad. Su caso, precisamente, fue vinculado a los hermanos Afkari.

Crimen

El 2 de agosto de 2018, un agente de seguridad que custodiaba una compañía de agua apareció muerto. La causa de fallecimiento fue, según las autoridades de Irán, un doble apuñalamiento en la zona del cuello.

La investigación, rápidamente, apuntó a un grupo de tres hombres que llegó al lugar y que, aprovechando las manifestaciones, atacó al guardia y lo dejó herido a su suerte.

Un mes después, agentes de seguridad llegaron a la casa de los Afkari y detuvieron a los tres hermanos. Fueron acusados de desmanes y la muerte del malogrado guardia. Ellos y su familia alegaron inocencia desde el primer día.

Los tres hombres fueron enviados a la prisión de Chiraz, en la provincia de Fars. Ahí, según relataron los familiares de los aprehendidos, fueron víctimas de tratos vejatorios y torturas.

“Ellos no han tenido la oportunidad de defenderse”, suplicaba la madre de los Afkari, cuyo desgarrador testimonio motivó a organizaciones deportivas y de Derechos Humanos a seguir de cerca el caso.

La tensión aumentó mucho más cuando, luego de meses alegando inocencia, Navid reconoció ser el autor del crimen.

En un video que incluso fue transmitido por la televisión estatal, se veía a Afkari asegurando que le dio dos puñaladas al guardia, lo que coincidía con el último informe forense elaborado por el Poder Judicial iraní.

Para la familia del luchador, e incluso para autoridades internacionales, todo se trató de una confesión bajo tortura como a las que fueron sometidos sus otros dos hermanos: los golpes, latigazos y vejámenes fueron una constante para los Afkari.

Condena

La condena para Navid no pudo ser más severa: pena de muerte. El otrora campeón de lucha libre sería ahorcado por un crimen que, según sus hermanos, familia e incluso él en un principio, no cometió.

“Durante mis años de lucha libre, nunca me encaré con un rival que jugara sucio porque es un deporte de honor. Pero desde hace dos años, mi familia y yo nos estamos enfrentando a la injusticia contra el rival más cobarde”, reclamaba Navid desde prisión.

Al mismo tiempo, autoridades internacionales alzaban la voz ante el sospechoso caso de los Afkari.

“La UE se opone a la pena de muerte en cualquier caso y circunstancia, sin excepción. Es una sanción cruel e inhumana, que no es un elemento de contención y representa una negación inaceptable de la dignidad y la integridad humana”, exclamó Peter Stano, portavoz de la Unión Europea.

El Comité Olímpico Internacional (COI), por su parte, también se sumó a los públicos pedidos de clemencia a favor del luchador iraní.

“Hacemos una llamamiento esta semana al Líder Supremo y al presidente de Irán en sendas cartas. Pedimos clemencia para Navid Afkari”, indicó el COI mediante un comunicado.

“Es profundamente lamentable que los llamamientos de deportistas del mundo entero, y todo el trabajo del COI, con el Comité Olímpico Iraní, la Federación Internacional de Lucha y la Federación Iraní de Lucha, no hayan logrado su objetivo”, lamentaron luego de que sus solicitudes no fueran escuchadas.

Ejecución

Pese a los esfuerzos de su familia y entes deportivos, la suerte de Navid no cambió: fue ejecutado el sábado 12 de septiembre, luego de ser enviado a la horca.

El pesar entre quienes hicieron lo posible para evitar su muerte no fue secreto y, al igual como cuando pidieron por la abolición de su condena, se tomaron las redes sociales.

Incluso, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aprovechó la instancia para criticar a las autoridades iraníes.

“Lo de este muchacho fue una demostración antigubernamental en las calles, solo estaba protestando contra el empeoramiento de la situación económica y la inflación”, reclamó el mandatario.

Mientras, la familia Afkari, que además lamenta las condenas de 54 y 27 años de cárcel para los otros dos hermanos, tomó uno de los últimos mensajes que les dedicó Navid para honrar su nombre.

“Pero ahora estoy feliz, porque he aprendido las verdaderas aspiraciones de la humanidad gracias a ustedes, gente extraordinaria. Aspiraciones que son mucho mayores que los campeonatos internacionales de lucha libre”.

DW