A 30 años del primer Mundial Sub 20 en que La Roja clasificó en cancha, Chile aún recuerda un escándalo que cambió la historia de su fútbol juvenil.
Todo se remonta a Qatar 1995. Lo que parecía el inicio de una era dorada, luego de un histórico tercer lugar de la Sub 17 en Japón 1993, terminó en vergüenza nacional.
El torneo se vio envuelto en un escándalo de apuestas ilegales que afectó a varias selecciones, incluyendo a la chilena. Cuatro redes asiáticas operaban en las sombras, ofreciendo incentivos económicos a jugadores para que, supuestamente, “jugaran mejor y fueran a ganar”. Esa fue la excusa.
De acuerdo a reportes de la época, el exfutbolista de Magallanes, Washington Arriola, fue el intermediario local. Se alojó en el mismo hotel que la delegación chilena, y allí contactó a Frank Lobos y Francisco Fernández, ambos jugadores de Colo Colo. Les ofreció 5 mil dólares por vencer a Japón y Burundi.
No obstante, La Roja empató ambos partidos (2-2 y 1-1), y el dinero nunca se entregó. Pero el daño ya estaba hecho.
“Si alguien jugó para atrás, lo reviento a combos”
Tras una dura derrota frente a España por 6-3, y con los rumores circulando en pasillos y medios, el entonces capitán Sebastián Rozental estalló. “Si sé que hay alguien que jugó para atrás, lo voy a reventar a combos“, lanzó en el camarín, según testimonios del momento.
La tensión ya era insostenible. Una comisión investigadora confirmó lo que todos temían. Según el entonces vicepresidente de la ANFP, Darío Calderón, Lobos recibió el dinero y entregó la mitad a otro compañero.
Otros dos jugadores habrían estado involucrados, pero no alcanzaron a recibir el incentivo.
Aunque no hubo pruebas de que los jugadores bajaran su rendimiento, en el fútbol chileno cualquier incentivo económico externo es sancionable, ya sea para ganar o perder.
Sanciones, promesas rotas y un legado incómodo
A su regreso al país, Lobos y Fernández fueron sancionados con 10 partidos de suspensión, una medida simbólica que buscó cerrar el caso, pero que dejó muchas preguntas sin respuesta.
El rendimiento en cancha fue decepcionante: dos empates y una derrota que dejaron a La Roja fuera en fase de grupos. El golpe fue duro. La generación que debía consolidar el recambio terminó marcada por la duda y la polémica.
Y Lobos estuvo lejos de aprender la lección. El 2006 se vio involucrado en lo que se denominó la ‘mafia rusa’ en el balompié nacional.
En agosto de ese año, cuando ya estaba fuera de la actividad, Frank fue acusado de actuar como intermediario de empresarios rusos para intentar sobornar a jugadores de Santiago Morning, buscando que se dejaran perder ante Universidad Católica.
Así, el Tribunal de Disciplina de la ANFP le dio un castigo de 10 años sin poder ejercer ninguna actividad ligada al fútbol profesional, lo cual puso fin a cualquier intento por retornar a la actividad.
Hoy, tres décadas después, el fútbol chileno vuelve a mirar a su Sub 20 con esperanza y más aún al ser el organizador de la Copa del Mundo. La Roja debutó ayer con una agónica victoria por 2-1 ante Nueva Zelanda, en el Estadio Nacional.