Desde postulaciones fallidas a más de veinte millones de inversión propia, el documentalista y periodista chileno Rubén Martínez inició "1100 fotos de un mundial imposible", un proyecto desde una caja, que contenía, hasta ahora, una colección inédita de registros de la Copa Mundial de Fútbol de Chile de 1962. Sesenta y dos años después, su gesta reclama financiamiento y mayor apoyo, uno que encontró en Europa y muy poco, en su propia tierra.

“Fotos que no tienen precio. Imágenes atemporales que trascienden el valor material. En definitiva, testigos del pasado”. Con esa nostálgica y significativa frase, el Sportski žurnal de Serbia presentó a Rubén Martínez como gestor de un sueño y del regreso de la identidad gracias a la donación de fotos de la Selección de Yugoslavia en la Copa Mundial de Fútbol de 1962.

Pero, ¿qué hace un chileno en Europa de Este? Esa fue la pregunta que los locales se hicieron al llegar y a su vez, la que motivó al documentalista a perseguir una ilusión, una que parte desde nuestro país con un tesoro que llegó a sus manos.

Un sobre gigantesco, “como el de Marty McFly en Volver al Futuro”, dice Martínez que le llegó desde el entretecho de cuñada, Filomena Bravo, en la localidad de San Sebastián en Cartagena.

Dicha caja, de zapatos, contenía un tremendo material histórico entregado por Claudio Luco, cuyo autor fue su padre Juan Luco Valenzuela, fotógrafo de la cita mundialista en 1962.

Brasil campeón Mundial 1962 Rubén Martínez
Brasil campeón del Mundial 1962 | Juan Luco (restaurada por Rubén Martínez)

Más de mil fotografías (aproximadas a 1.100), muchas de ellas inéditas y nunca antes publicadas, estaban en manos de Rubén Martínez. A partir de ahí, empezó el rescate: digitalización y una inversión del propio bolsillo del realizador chileno.

“He gastado unos veinte, veintitrés palos, y sigo. Llevo toda mi contabilidad. Cuando miro lo que he gastado, me digo a mi mismo: ‘Quizás donde estaría con estas lucas"”, contó el documentalista.

Fue un “rescate moral”, añadió, debido a que en vez de responder a la necesidad monetaria del heredero, lo convenció para poder cederle los derechos y así, preservar el valor patrimonial del material.

“Le dije que no podía desencarnar el valor que tiene eso en su padre, ser quien tiene la mayor colección inédita de negativos del Mundial de Fútbol de 1962. Decidí hacer un contrato correspondiente y así, tener la legalidad para poder usar los elementos”, apuntó.

Su proyecto en Chile: acercamiento a las leyendas y ‘portazos’ y el rumbo a Europa

Con el material en las manos y las revelaciones, a cargo de Samuel Salgado y Constanza Bravo en el Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico (Cenfoto) de la Universidad Diego Portales, a Rubén Martínez se le abrió otro horizonte: el financiar su proceso y por qué no, llevarlo al extranjero.

Eso sí, primero había que empezar el proyecto local. Fue así que, poco a poco, Martínez logró contactarse con las leyendas que lograron el hito de poner a Chile como tercero del mundo en 1962.

“No es el protagonismo del periodista. Son ellos los que hablan, uno tiene que guardar silencio al ver un humor, que te cuenten una convivencia muy sana. Hicimos el ejercicio con leyendas como Carlos Campos, ‘Chita’ Cruz, Manuel Rodríguez, Jorge Toro, Sergio Navarro y Leonel Sánchez. Fui el último periodista que entrevistó a Leonel“, comentó al respecto.

Al mismo tiempo, el jefe del Departamento de Derechos Intelectuales (DDI) del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Claudio Ossa le validó su colección como la más grande -jamás vista en Chile- del evento que marcó una época.

Sin embargo, su investigación se contradecía con su postulación a fondos públicos.

“Pensé que tenía un tesoro mundial, pero la recepción en los Corfo, en los Fondart… Postulé a todo, jamás gané nada. Jamás. Alguna falla tuve que haber hecho, pero de dos a tres años, lo intenté y me cansé. Empecé a buscar financiamiento particular”, aseveró.

Rubén Martínez documental Mundial del 62
@1100fotos | Cedida

Tres años de correos: financiamiento y ‘odisea’ a Europa

Fue así que de a poco, con más inversión propia, encontró auspiciadores como PF, Fruna y pudo irse a exhibir su trabajo al extranjero. Después de meses de tratativas por correo electrónico, pudo viajar a países como Italia y Serbia, siendo este último el mayor interesado.

Si bien en Italia se donaron fotografías en el histórico Museo del Calcio de Milán, como por ejemplo, la de la formación de la ‘Azzurra’ con Lorenzo Buffon en portería -​tío abuelo del legendario Gianluigi Buffon– en la península balcánica no solo fue un rescate histórico, sino también, motivo de un recibimiento “a lo rockstar”, en palabras del chileno.

Rubén Martínez Mundial 1962 en Serbia
Rubén Martínez, portada de diario serbio al rescatar imágenes de Yugoslavia en el Mundial 1962

“Hicimos la donación de seis fotos de la Selección de Yugoslavia. La necesidad de hacerse de la historia yugoslava por parte de los serbios es tan grande, que en un momento pregunté al presidente del fútbol serbio, Dragan Džajić: ¿Por qué estas fotos no causaron en ningún país la repercusión que sí causaron en Serbia?”

Prosiguió:

“Qué mas da una foto para los alemanes, para los italianos. Para nosotros es muy importante, es la reconstrucción de nuestra historia y tú nos las has devuelto, respondió”.

En esa línea, confesó que la fotografía más especial fue, precisamente, en el duelo entre Chile y Yugoslavia, donde La Roja ganó 1-0 y se coronó como tercera del mundo gracias al gol de Eladio Rojas.

“En ese gol, Eladio Rojas abraza a Milutin Šoškić, ese fue un instante único, son segundos. Él no tiene a quién abrazar y abraza al rival, Šoškić, un caballero, se lo devolvió. Juan Luco lo capturó y los inmortalizó haciendo un vals, lo llamamos ‘el vals del tercer lugar"”, recalcó.

En aquel cruce, Yugoslavia cayó y alcanzó el cuarto lugar de la Copa del Mundo, un hecho dorado que jamás borrará en su historia.

Eladio Rojas y Milutin Soskic en el Mundial de 1962
Eladio Rojas y Milutin Soskic en el Mundial de 1962 | Cedida

Un proyecto en suspensión: un llamado a colaborar

“Tras el paso en Serbia, salí en portadas de diarios, en radios y a partir de ahí, ellos me están ayudando a coproducir el documental, sin cobrarme absolutamente nada. Es un tremendo proyecto chileno que está siendo apoyado más en Europa que en su propio país”, sostuvo el realizador, que trabaja en su documental desde septiembre desde 2018.

Sin embargo, como contó, nada es retribuido hacia él.

“Yo necesito seguir trabajando aparte, mientras todo duerme y los herederos desconfían, quieren dinero. En el Museo de la FIFA, en Zurich, están haciendo un legal research (ver la procedencia de las fotos) para usar lo que quiero donar. Mientras, tengo que demostrarles a ellos que está todo bien con los herederos”, detalló.

Con un patrimonio aún por rescatar, el llamado es claro.

“Con o sin auspicios, lo vamos a terminar. Este documental llamado ‘1.100 fotos de un mundial imposible’, del cual ya tiene conocimiento el Ministro del Deporte, Jaime Pizarro, necesita de la colaboración de alguien para su realización, acogida bajo la Ley de Donaciones Culturales”.

Al mismo tiempo, Rubén Martínez insistió en que “yo no me puedo poner por delante de Juan Luco ni de su hijo Claudio, que confiaron en mí. Le agradezco enormemente a mi mujer, Marisol Moraga, que sin excepción me apoya”.

“Él organizó el sobre meticulosamente, con datos de partidos e incluso, con fotografías que no eran suyas. Él intercambió fotos con ese propósito. Se enfermó y murió el 22 de diciembre de 1964. Por algo las fotos estaban así, había una finalidad más“, sentenció.