El entrenador de la selección chilena, Eduardo Berizzo, se mostró autocrítico con el nivel de La Roja en la derrota 2-0 ante Marruecos en España:

El entrenador de la selección chilena, Eduardo Berizzo, esbozó este viernes una fuerte autocrítica a la hora de analizar la derrota del combinado nacional por 2-0 ante el mundialista Marruecos, en amistoso jugado en Barcelona.

El ‘Toto’ calificó el juego del ‘Equipo de Todos’ como “previsible” y que, debido al buen juego de los africanos, carecieron completamente de “peso ofensivo”.

Apuntar que Chile solo sumó una llegada a fondo en cada tiempo y ambas terminaron con el balón pegando en el palo tras intentos de Ben Brereton y Arturo Vidal.

Al momento de comentar el encuentro, el estratega de origen argentino declaró que “el trámite del partido no nos era favorable. Nuestra circulación de pelota era previsible, lenta, no encontramos los espacios. La única ocasión que hilvanamos fue en la ocasión de Ben (Brereton), y en el segundo tiempo la de (Arturo) Vidal. En líneas generales, la organización del rival nos impidió tener peso ofensivo”.

“No encontramos conexión con nuestros jugadores, se nos hizo difícil prosperar en el campo (…) Nos costó jugar y fuimos superados por un rival con velocidad, con gente técnica que generó mucho peligro”, complementó.

Consultado sobre qué sacó al limpio tras este duelo en España, Berizzo apuntó que “necesitamos un mediocampo más dinámico, con situaciones de pase más claras (…) Tenemos que reconocer lo que nos pasa, encontrar fórmulas, con movimiento, posiciones que nos den un juego de mediocampo que nos permita atacar con más claridad que hoy”.

Además, el exseleccionador de Paraguay admitió que ante Marruecos “nuestro equipo no fue profundo, ni variado, ni inteligente para encontrar los mejores movimientos. Nuestro partido no fue bueno, nuestros movimientos fueron controlados por el rival. Hay que seguir trabajando, estamos en el inicio del proceso”.

El próximo partido de Chile está programado para el martes 27 de septiembre ante Qatar, anfitrión del Mundial, en Viena, Austria.