Fue protagonista de una polémica que no generó. El argentino Juan Carlos Loustau pasó a la historia del deporte mundial como el árbitro del Maracanazo chileno protagonizado por el ‘Cóndor’ Rojas.

Recordemos que el exarquero se cortó con un bisturí que llevaba entre su guante durante un duelo ante Brasil un 3 de septiembre en 1989, con lo que buscó que el juego fuera suspendido y pelear los puntos -o al menos un nuevo cotejo en cancha neutral- en el escritorio.

Sin embargo, con el paso de las semanas la FIFA comprobaría que todo se trató de un fraude. Las sanciones tampoco demorarían en llegar: Rojas sin poder a volver a la actividad de manera oficial, mientras que La Roja no pudo disputar las Clasificatorias a Estados Unidos 1994.

“Recuerdo que la pelota estaba en juego y estaba en poder de, si mal no recuerdo, Astengo, pero veo la bengala que viene cayendo y que cae cerca de Rojas, pero no tenía certeza de si había impactado en alguna parte del cuerpo de él”, admitió el exreferí a Bío Bío Deportes.

A 30 años del suceso, Loustau reconoce que “pensé que, a lo mejor como él se quedó tirado en el piso y tuve que detener el juego, que algún desprendimiento de la bengala podía haber impactado su cuerpo y lo podía haber lastimado”.

En relación al mismo bochorno, el trasandino también sentencia que los jugadores de La Roja no lo dejaron hacer bien su trabajo. “Me acerqué pero no obtuve digamos la posibilidad inmediata de ver lo que sucedía porque inmediatamente fue rodeado por sus compañeros. Yo pedí permiso para ver qué pasaba, pero bueno, los jugadores no se corrían y yo no puedo de ninguna manera empujar o sacar a los jugadores, por más que sea la autoridad”.

“Entonces miré, por mi estatura por arriba, que lo estaban atendiendo el médico y el colaborador y vi que había sangre. O eso supuse, porque tenía la cara y la camiseta toda con rojo. Hice entrar a la camilla, pero ellos se negaron a ocupar la camilla“, reveló.

El ‘show’ del representativo chileno continuaría. “Lo llevaron al vestuario, estuve esperando hasta que en un momento dado algunos de los veedores que había enviado de Europa FIFA, va al vestuario, porque le dije que se fijara qué pasaba. Me dicen que el futbolista no podía continuar y que no estaban psicológicamente sus compañeros para jugar el partido, y recién ahí sí lo suspendí”, aclaró el hombre de negro.

A tres décadas del escándalo mundial, Loustau lamenta la fuera ‘la mancha’ más grande de su carrera y mira, con sana envidia, el arribo del videoarbitraje al balompié. “Con el paso del tiempo va a ser una ayuda importantísima”, puntualiza.

“Nadie puede estar en contra de la tecnología cuando se ocupa en todos los niveles. Lo que pasa es que hay que tener paciencia, porque todavía entre los de la cabina no hay decisión unánime… el VAR para mi es un hecho importantísimo en forma positiva para que se arbitre con mayor precisión y justicia”, concluyó.