Este martes 2 de septiembre se cumplen 30 años del escándalo más grande en la historia del fútbol.

Todo aquel que sepa de este deporte sabrá de lo que estamos hablando: el tan manoseado “maracanazo” de 1989 protagonizado por el arquero nacional Roberto ‘cóndor’ Rojas.

El escenario era el siguiente: La Roja visitaba el estadio Maracaná para enfrentar a la poderosa selección de Brasil y debía ganar para poder clasificar al Mundial del año siguiente.

El ambiente estaba enardecido porque en el duelo de ida, que terminó igualado 1-1 en el Nacional, hubo varios incidentes. Los brasileños estaban furiosos y no recibirían con los brazos abiertos a La Roja.

El partido inició y a los 49 minutos Careca marcó el primero del partido. Chile quiso adelantar sus líneas pero no lograba hacer daño. Hasta que a los 69′ cayó una bengala en el área del ‘cóndor’ Rojas.

El artefacto cayó a un costado del portero y este se autoinfringió una herida con un bisturí, simulando un golpe.

Rápidamente los jugadores corrieron hasta donde se encontraba el portero y furiosos, se negaron a continuar jugando.

El partido se suspendió y la historia ya la conoce. El tiempo confirmaría el fiasco.

Todos se quedan con lo que sucedió en Brasil, pero al momento del ‘impacto’, en Chile se vivía una situación completamente diferente.

Los ataques a la embajada de Brasil

Resulta que apenas se supo en nuestro país de los incidentes en el Maracaná, la gente salió furiosa a las calles.

A las 18:00 horas del 3 de septiembre, cerca de cuatro mil personas fueron a manifestarse a la embajada de Brasil, en plena Alameda en Santiago.

La gente no podía creer lo que estaba sucediendo a miles de kilómetros de distancia, y un grupo de personas atacó el frontis de la embajada, que terminó con 44 vidrios rotos.

Eso fue solo el comienzo, ya que los incidentes se prolongaron por cerca de cinco horas. Además las oficinas de la línea aérea brasileña Varig, en calle Miraflores, también sufrieron daños.

Las autoridades llamaron a la calma pero las declaraciones del almirante José Toribio Merino, miembro de la Junta Militar, no ayudaron mucho.

Calificó a Brasil como un ‘país primitivo’…

La prensa tampoco contribuyó demasiado a la calma, y a través de polémicas portadas criticaron el supuesto acto vandálico.

Por ejemplo Deporte Total tituló “Justicia”, mientras que La Cuarta se aventuró y publicó en su portada “Negros Patudos”.