“Ya no podía más con mi conciencia porque no se puede vivir con la mentira a cuestas”. Con esas palabras el portero Roberto Rojas sorprendió al mundo del deporte al admitir su culpa por el bochorno del ‘Maracanazo’ del 3 de septiembre de 1989.

Recordemos que el Cóndor Rojas simuló haber sido alcanzado por una bengala que cayó a la cancha para que el partido -al menos- fuera anulado y jugado en otro lado ‘neutral’. Incluso se autoinflingió heridas con un bisturí que llevaba en el guante. Un escándalo.

Era 26 de mayo de 1990 cuando La Tercera publicó una entrevista con el golero. El ‘Cóndor’ sabía que la verdad estaba cerca de salir a luz, y prefirió confesar la ‘trampa’ con la que intentó que Chile obtuviera un cupo al Mundial de Italia.

“¡Soy culpable!”, así de contundente fue el titular de la nota que pasó a la historia. En la misma, Rojas, en ‘su verdad’, además filtró otros dos ‘cómplices’ de su plan: el defensor Fernando Astengo y al kinesiólogo del plantel, Alejandro Kock.

Romper su silencio no fue gratis. Una crónica recopilatoria del diario La Cuarta dio a conocer que Rojas -sin equipo y con deudas como consecuencia de su error- recibió 6 millones por hablar.

“Me corté con un bisturí que me pasó el kinesiólogo Kock” y “dos días antes del match hice un pacto secreto con Astengo”, fueron los otros subítulos que destacaban en la página principal del matutino.

El ‘León’ Astengo, con el paso de los años, juraría inocencia y hasta revelaría que sí hubo conversaciones, pero de Rojas con otros integrantes del plantel. Prefirió omitir nombres, eso sí.

La Tercera
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De la broma al escándalo mundial

La nota del citado diario reveló además que la idea de Rojas partió de una broma del propio seleccionador Orlando Aravena. “A la primera, allá te das vueltas y nos vamos de la cancha…”, habrían sido las palabras del DT.

Con el paso de los días, en Juan Pinto Durán, todo fue tomando forma, según Rojas. El arquero detalló en la entrevista cuál fue el pacto al que llegó con Astengo: “Si le pasaba algo, al equipo lo retiraba yo. Si me pasaba a mí, lo hacía él”.

Y así fue. Tras la caída de la bengala y el corte que se propinó el ‘Cóndor’, Astengo, segundo capitán, sacó al equipo de la cancha. En el túnel, luego de consultar a los demas compañeros, redobló la apuesta y acabó retirando al equipo, siempre con el respaldo de los dirigentes presentes.

“Maestro, está todo listo”, afirmó Rojas que le dijo el kinesiólogo. Esas palabras significan una sola cosa -dijo el meta-, que el bisturí ya estaba pegado al guante. “Me lo puse en la pierna izquierda, al lado de la canillera, y jugué así el primer tiempo”, admitió.

“Mi idea y la de Astengo era aprovechar un momento en que la pelota saliera por detrás del arco. Entonces iba a correr hacia el balón y simular que me daban una pedrada”, detalló.

Sin embargo, con el paso de los minutos, se dio cuenta de la bengala que cayó e intentó aprovechar el momento. “Sólo la vi, sentí la explosión, me tiré y me corté”, acotó a La Tercera, haciendo hincapié en que “aproveché la caída de bengala para cortarme en la frente”.

Diferencias más o menos con Astengo, lo cierto es que ambos coinciden en una cosa: el escenario fue planificado antes del viaje. Una trampa que no resultó y le salió cara a todos: Rojas no pudo volver a jugar de manera oficial, Astengo estuvo cuatro años suspendido por retirar al equipo y la selección chilena no pudo commpetir en las Clasificatorias a Estados Unidos.

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