Muchos sueñan con tener la vida de un futbolista. Se ve la de los más famosos y la elite, que son un porcentaje muy bajo y es muy lejano de la realidad que se vive en el fútbol profesional. Muchos no reciben sueldos millonarios y no se habla de la presión sicológica que en algunos casos, lamentablemente, los ha llevado hasta atentar contra su propia vida.

Si bien en los últimos años cada vez se habla más de este factor, aún falta mucho, según confirman expertos. Además, ha sido tema obligado en la pandemia con el suicidio de Santiago el ‘Morro’ García en Argentina. La última estrella en hacer público que sufrió depresión fue el volante de River Plate Nicolás de La Cruz. El ejemplo más emblemático en Chile es el del ‘Mumo’ Tupper.

En otros deportes el escenario no es muy distinto: Monfils se puso a llorar tras perder en primera ronda del Abierto de Australia y cumplir casi un año sin victorias; y en plena pandemia Kyrgios habló abiertamente de la depresión que sufrió.

¿Cómo trabajar esto en el fútbol?

Un estudio de FIFPro del 2015, en el que se evaluó a futbolistas de 5 países europeos, arrojó que cerca de un 38% reportó haber mostrado síntomas de depresión y/o ansiedad. Al igual que todas las personas, con la pandemia los futbolistas también sufrieron mentalmente.

El sicólogo deportivo Ricardo González, que trabaja con las divisiones inferiores de la Universidad de Concepción, comenta a BioBioChile que “habría que ver bien el tipo de instrumento para hacer esa medición. No es lo mismo un instrumento clínico a otro que sea netamente para medir la ansiedad en el deporte”.

Pero no niega el gran porcentaje de síntomas de depresión o ansiedad en los futbolistas en comparación con el resto de las personas.

“Si hablamos a nivel profesional existe una presión mayor porque hay una presión mediática, también a nivel del equipo, del entorno del deportista y que también va a depender de la situación del club, como por ejemplo en una instancia decisiva vs alguien que no está compitiendo en algo en específico”, argumenta.

El también sicólogo deportivo, que ha trabajado hace 22 años con varios planteles de primera división y primera B, Rodrigo Cauas, complementa en entrevista con BioBiChile que “en general la vida de un deportista, y más la de un futbolista al ser un poco más profesional que el resto, es muy estructurada”.

Cauas sabe de momentos de alta tensión en los futbolistas, ya que trabajó con el Cobresal campeón de 2015 y también en el ascenso de 2018. Sobre cómo los jugadores han vivido la pandemia, explica que “en el fondo lo que pasa es que cuando se acaba la certeza, paramos los entrenamientos, las competencias, no sabemos cuándo vamos a jugar, etc., empieza el cerebro a generar un problema. El principal enemigo del cerebro es la incertidumbre. Pero diría que es algo más reactivo que un trastorno”.

Por su parte, González, que tiene un Magister en sicología del deporte y la actividad física de la Universidad Autónoma de Madrid, añade que “Cuando se habla de presión es la interpretación que le da el deportista a la situación que tiene que enfrentar. Por ejemplo un partido: quizás para un deportista una final es un partido más, sobre todo para los que tienen más experiencia y mayores recursos sicológicos, lo puede hacer ver como un partido más. Pero vs alguien que no ha tenido esa experiencia evidentemente la evaluación que va a hacer de ese partido es distinta”.

Se ha avanzado, pero falta…

Ambos especialistas coinciden que se ha avanzado en los últimos años en trabajar el tema sicológico, pero que también falta mucho por hacer.

Cauas afirma que “Cuando empiezo a trabajar con un equipo de futbol entrevisto a todos los jugadores para contarles qué es lo que se va a hacer y al principio me decían ‘mira yo no creo mucho en esto’ o de repente me decían ‘nunca he trabajado con sicólogo’. Y en los últimos 3 ó 4 años que me ha tocado trabajar con equipos, el 95% de los jugadores ya tiene trabajo sicológico previo. Entonces está más naturalizada la información”.

Complementa que, además, “Hace ya cerca de un año por norma FIFA obliga a los clubes a tener nutricionista y sicólogo dentro de su staff de divisiones menores”.

En tanto, Ricardo González valora los avances, pero cree que “estamos en pañales, nos falta mucho para abrir el campo. Soy bien crítico, cuando uno compara la realidad chilena con la de España, por ejemplo, nos falta mucho todavía. En chile se habla mucho de lo mental pero ¿Qué han hecho o hicieron para trabajar ese aspecto?”.

“También hay que desmitificar el rol del sicólogo deportivo, que se le sigue viendo como el sicólogo clínico y éste ve patologías. El sicólogo deportivo va a entrenar distintas habilidades sicológicas para mejorar el rendimiento deportivo. Es necesario educar más, nos falta todavía, esperemos que siga este crecimiento”, añade.

Las redes sociales

Uno de los temas que han aparecido debido a la gran cantidad de tiempo que usan los niños y profesionales en las redes sociales son los estados de ánimo que cambian por ver comentarios sobre ellos en las plataformas.

En ese sentido, González asegura que “Cuando se está disputando una instancia importante creo importante que el deportista no tenga mucha exposición en las redes sociales porque los va a sacar del foco de la competición”.

Afirma que los jóvenes “Tienen que saber discernir que muchas de esas cosas no tienen nada que ver con ellos ni con el equipo. En la previa de los partidos en la concentración uno trabaja ejercicios de visualización, de relajación y en el fondo uno busca que el deportista logre esa autorregulación de pensamientos, emociones o conductas para una mejor performance”.

Cauas, por su parte, cuenta su experiencia. “Lo que hemos hecho en los clubes, sobre todo con las divisiones inferiores es educar en cómo utilizar las redes sociales, porque cuando son menores las utilizan sin filtro, publican todo. Entonces de repente hay que educarlos y entender, sobre todo en jugadores que empiezan a formar parte de planteles profesionales, que son redes que la gente utiliza para poder criticarlos básicamente”.

“El cerebro siempre va a estar potenciando el hecho de criticar y encontrar todo malo, esto es producto de que nuestro cerebro es un órgano que nos ayuda a sobrevivir entonces como mecanismo defensivo empieza a encontrar que todo lo de afuera está mal y funciona mal. Entonces la gente usa las redes para criticar a las personas y no alabarlas”, añade.

¿Cómo darse cuenta cuando los deportistas necesitan ayuda profesional?

Además de tener experiencia en el fútbol, Rodrigo Cauas ha trabajado con varios deportistas de distintas disciplinas. De hecho, publicó un libro llamado “Prepara tu mente parar la maratón” en el que habla de coaching y neurociencia.

Sobre cómo darse cuenta de que los deportistas necesitan ayuda, comenta que “cuando empiezas a percibir cosas que no estás acostumbrado y esas situaciones además empiezan a cambiar las formas de comportarte, es bueno empezar a consultar. Si por ejemplo actividades habituales ya no me generan placer, o cosas que hago siempre ya me cuestan más, o tengo actividades que no estaba acostumbrado y eso me generan conductas que yo no quiero, hay que consultar”.

En la misma línea y pensando en evitar tragedias como las del ‘Morro’ García o el ‘Mumo’ Tupper, González complementa que “Cuando hay rasgos suicidas o rasgos de personalidad, o riesgos suicidas, es importante ya trabajarlo a nivel clínico. Por ética, el sicólogo deportivo, si no tiene la expertis para trabajar este tipo de situaciones, es importante que lo derive a un colega que sí lo maneje”.

“A veces uno ve a los deportistas lentos o descoordinados y muchas veces no es porque estén fatigados ni poco activos, sino que a veces el estrés los lleva a que muscularmente estén más rígidos y que sus movimientos sean más descoordinados. Uno en el fondo los va entrenando en todos los aspectos y les va entregando todas las herramientas para que ellos mimos puedan regularse solos”, explica.