Una dolorosa ‘pesadilla’ que empieza a transformase en un feliz sueño. Eso es la que ha estado viviendo desde 2019 Leigh Nicol, jugadora escocesa que pertenece a los registros del Crystal Palace inglés.

Y es que la vida de la crack cambió de manera radical el mencionado año, cuando era considerada una de las grandes promesas deportivas de su país: fue víctima de un hackeo de su cuenta de iCloud y rápidamente se viralizaron videos e imágenes íntimas de ella.

De ahí en adelante no volvería a tener paz, al menos por un par de años. En entrevista con Sky Sports, Nicol afirmó que después de este episodio “puedo entender por qué la gente se suicida por cosas como esta”.

“El hecho de que jugara al fútbol hizo que las imágenes se difundieran rápidamente sin que yo pudiera controlarlo”, agregó.

La situación también afectaría su vida deportiva. Pese a ser seleccionada juvenil de su país, nadie quería ficharla porque “no querían que mi nombre se identificara con su club y con su marca”.

“Todavía recibo comentarios, al menos uno por noche”

Este difícil escenario provocó una profunda depresión en la jugadora, de la que ha podido escapar, poco a poco, pese al acoso diario de algunos desadaptados.

“Todavía recibo comentarios. Al menos uno por noche. Lo triste es que lo he ido normalizando. Es frustrante que me reconozcan sólo por eso”, lamentó.

Hasta su buen presente en la liga inglesa femenina le ha jugado en contra en algunas ocasiones. “Tengo sobrinas y sobrinos que están llegando ahora a los 18 años, que se sienten orgullosos de mí y que quieren buscarme en Google, pero es imposible hacerlo sin que mi nombre esté pegado a la suciedad…”, setenció.

Con todo lo mencionada en contra, Leigh destaca sus avances y hasta da la receta para quienes enfrentan u problema similar: “Fue necesario un cambio de perspectiva y rodearme de la gente adecuada. Sin ellos estoy segura de que todo sería diferente”.

Sin ir más lejos, confirmó que tiene en su casillero del vestuario la fotografía del árbol donde pensó quitarse la vida: “Ahora sonrío cuando lo miro. No me entristece. No tiene recuerdos negativos para mí… Incluso en un día de juego cuando hay muchos nervios sólo miro el árbol y me recuerda que he superado cosas peores”, remató.