El Estadio Diego Armando Maradona se silenció en cosa de segundos. Kevin De Bruyne acababa de marcar de penal por el Nqpoli contra el Inter, el 1-0 parcial, pero la euforia se desvaneció cuando el belga se llevó la mano al muslo derecho con gesto de dolor.
Intentó seguir, pero minutos después pidió el cambio y se marchó entre aplausos y preocupación. Incluso, el experimentado volante dejó escapar unas lágrimas al saber que estará fuera de las canchas un largo período.
Las primeras evaluaciones médicas apuntan a una posible lesión muscular en los isquiotibiales, la misma zona que ya lo hizo sufrir en su etapa con el Manchester City.
Aunque el club aún no ha publicado un parte oficial, los pronósticos hablan de entre tres y cinco semanas fuera de los terrenos de juego.
En Nápoles, la alarma es total. De Bruyne no solo había recuperado su magia, sino que era el motor de un equipo que empezaba a soñar con grandeza bajo el mando de Antonio Conte.
Su ausencia llega en el peor momento, específicamente con la Serie A al rojo vivo y los compromisos europeos a la vuelta de la esquina.
El belga aterrizó en Italia con la misión de liderar un proyecto ambicioso, y su influencia se notó desde el primer minuto. Sin él, el Nápoles pierde creatividad, ritmo y esa ya elogiada visión de juego.
Las pruebas médicas dirán cuánto tiempo estará fuera el cerebro del Nápoles.
Finalmente, el Napoli se impuso por 3-1 a los neroazzurros y es el líder de la Serie A 2025-2026 con 18 puntos.