El PSG de Luis Enrique abrillantó su corona europea con una nítida victoria este miércoles en el Parque de los Príncipes ante el Atalanta (4-0) por Champions League, en la que sobresalieron los goles del georgiano Khvicha Kvaratskhelia y el portugués Nuno Mendes.
Los parisinos, que se habían adelantado en el 3′ gracias al brasileño Marquinhos y que cerraron la cuenta con Gonçalo Ramos (91′), iniciaron con este triunfo su defensa de la Champions -lograda por primera vez el pasado mayo ante el Inter de Milán- con notable alto.
A pesar de las bajas por lesión de dos de sus jugadores con más calidad, Ousmane Dembélé y Desiré Doué, el PSG no tembló en su primer partido europeo con la estrella de campeón y demostró que es uno de los más sólidos favoritos este año.
La salida en tromba de los de Luis Enrique tuvo recompensa mientras muchos espectadores aún se acomodaban.
Fabián Ruiz y su zurda de seda pusieron el balón en la boca de gol. El capitán Marquinhos sólo tuvo que empujar. Que el central del equipo estuviese en un puesto normalmente reservado a un delantero centro dice mucho del revolucionario sistema del extécnico de la selección española.
Pasado el vendaval francés, el Atalanta tomó aire y se atrevió a incomodar al meta Chevalier, hasta que Khvicha Kvaratskhelia, el mago georgiano del PSG, dijo basta. Una carrera en diagonal de la izquierda hasta el balcón del área terminó con un chute inapelable para el portero Marco Carnesecchi.
“Kvaradona”, como los hinchas de su exequipo del Napoli apodaron al extremo comparándole con Maradona, hizo honor a su fama.
La renta antes de irse al descanso podría haber sido más abultada. El VAR vio un penal sobre Marquinhos que había pasado desapercibido para toda la grada y Barcola lo lanzó, displicente, a las manos de Carnesecchi.
Tras el descanso, el PSG volvió a apretar. Nuno Mendes demostró por qué es seguramente el mejor lateral zurdo de la actualidad. A pase de Barcola, eliminó a De Roon y, como si fuese un delantero de pura cera, marcó al palo corto de Carnesecchi.
El 3-0 en menos de una hora de juego fue un Everest demasiado grande para el Atalanta, que había reemplazado en el intervalo al delantero Daniel Maldini, hijo del legendario Paolo Maldini.
Aparte de la incursión de un espontáneo al terreno de juego, neutralizado con cierta dificultad por los agentes de seguridad, el último tercio del partido dejó pocas cosas reseñables, más allá del gol del portugués Gonçalo Ramos en el 91′ y de la enorme diferencia entre el vigente campeón europeo y un Atalanta que, bajo la dirección de Ivan Juric, está en plena reconstrucción.