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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

En un emocionante encuentro de la Champions League 2025/2026, Liverpool venció 3-2 al Atlético de Madrid en Anfield. Los ingleses tomaron ventaja rápidamente con dos goles en los primeros minutos, pero el Atlético reaccionó con un doblete de Marcos Llorente. Sin embargo, en el tiempo de descuento, Virgil van Dijk marcó de cabeza el gol de la victoria para los "reds". El partido estuvo marcado por la intensidad y emoción hasta el último minuto, con ocasiones para ambos equipos.

Liverpool derrotó 3-2 al Atlético de Madrid, en un partidazo válido por la primera fecha de la Champions League 2025/2026.

Una ráfaga en los primeros minutos dejó 2-0 arriba a los ingleses, pero un doblete de Marcos Llorente frustraba a todo Anfield. Así fue hasta que, en el 90+2, Virgil van Dijk conectó un certero cabezazo para el triunfo ‘red’.

Minuto tres y medio. El primer golpe. Apenas 210 segundos de partido, apenas el primer ataque, una falta al borde del área para Salah y un golpe fatal que se transformó en un rebote decisivo. Primero en Andy Robertson, después en Pablo Barrios, directo a la portería de Oblak.

El 1-0 en contra fue mala suerte. El 2-0 ya no lo fue. Hundido el Atlético en torno a su área, con tres líneas compactadas en diez metros entre sí al borde del área, le dio a Liverpool más espacio que ninguno de sus adversarios hasta ahora en la Premier League. Una concesión que aprovechó de inmediato. De nuevo Gravenberch, de nuevo Salah.

Y de nuevo un Atlético sobrepasado por la velocidad y la combinación de dos de los futbolistas más lúcidos del equipo ‘red’.

Todo en 5 minutos y 34 segundos. Si ya de por sí es un desafío tremendo la visita a Anfield, dos goles en contra tan pronto, de forma tan repentina, pero también tan descorazonadora, son una carga insoportable.

No sólo era una derrota parcial, sino también un riesgo extremo. Más aún en Anfield y con el Liverpool, acostumbrado siempre a ir a por más, tan voraz como remarcó Simeone en la víspera.

Raspadori, novedad y sorpresa del once, probó a Alisson con un remate flojo. Y nadie alcanzó un centro de Gallagher. Lo único del Atlético allá por el minuto 20, mientras crecía de medio campo hacia adelante.

En un nivel mucho más real que la sucesión de hechos iniciales, fortuito el primero y concluyente el segundo, el Atlético incidió el ataque. Le faltó el último pase, el último remate, el último toque, hasta casi el descanso, cuando Pablo Barrios vio a Raspadori, el italiano conectó con Llorente y el actual lateral derecho tocó lo justo fuera del alcance de Alisson Becker.

Antes, el Atlético superó un ejercicio de supervivencia. A Salah le sobra clase y gol, imparable por momentos para Galán. Lo dribló de nuevo por la derecha. Su rosca al segundo palo se fue fuera. Un alivio para Oblak, que paró otra más ante el egipcio, tras un error de Pablo Barrios.

Aún tembló más el Atlético unos segundos superada la media hora, cuando el árbitro Maurizio Mariani vio penal y mano donde no había ni lo uno ni lo otro. El VAR lo corrigió.

No la había tocado aún Isak, el fichaje más caro del verano, 150 millones de traspaso desde el Newcastle, en su debut con el Liverpool, aún faltó de ritmo y adaptación. Su primera ocasión fue allá por el minuto 39. Un disparo flojito. Sin tino.

Reabierta la esperanza, el Atlético insistió en la segunda parte. Un horizonte desconocido todo el encuentro apareció delante suya, con una ocasión de Raspadori. El atacante italiano regateó, giró, alcanzó la línea de fondo y soltó un derechazo.

Simeone incluyó luego a Sorloth por Griezmann y a Nahuel Molina por Gallagher, con el paso de Llorente al medio, con Barrios más liberado a la izquierda.

Aún dispuso Marcos Llorente de la ocasión del empate, por encima de la portería de Alisson. Otro impulso más para el Atlético, con Marc Pubill como sustituto de Nico González, tan vivo en el tramo final, demasiado tarde o no, porque Llorente, de nuevo, como en aquel 2-3 en Anfield en 2020, se vistió de héroe para el empate, que golpeó de forma decisiva en Mac Allister y que supuso el 2-2. Otra proeza… hasta el 3-2 de Van Dijk.