Una familia argentina, hinchas de Independiente de Avellaneda, tuvo que abandonar de urgencia su casa en Chile y regresar a su país tras vivir una pesadilla de amenazas, ataques armados y violencia desatada luego del partido entre el Rojo y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana.
El diario Uno de Mendoza relató la angustiante historia de este grupo familiar que, en diálogo con Radio Nihuil, contó haber recibido amenazas de muerte y disparos en el frontis de la casa.
Maxi, uno de los integrantes del clan, fue el encargado de contar el dramático momento que atraviesan. Con temor a represalias, evitó dar demasiados detalles, pero confirmó que los hechos ocurrieron en la Cuarta Región, donde vivían desde hace una década.
Allá habían echado raíces con casa propia, trabajo estable y un entorno tranquilo… hasta ahora.
“Somos una familia de hinchas de Independiente de Avellaneda de hace más de 100 años. Todos nos conocen porque siempre lo hicimos visible y jamás tuvimos un problema. No somos delincuentes, somos una familia de trabajadores“, explicó Maxi, con la angustia a flor de piel.
Todo cambió la noche del miércoles en que se jugó el encuentro copero. Tras los graves incidentes ocurridos en el estadio, comenzaron las represalias con agresiones, amenazas y ataques a hinchas argentinos.
“Hace 10 años nos fuimos a vivir a Chile por trabajo. Pero después del partido por la Copa Sudamericana se la agarraron con nosotros ese mismo miércoles (20 de agosto) a la noche“, relató.
El nivel de violencia escaló rápidamente
El blanco principal fue la casa de sus padres, identificable por una camioneta con calcomanías de los títulos del club de Avellaneda.
“Fueron a la casa de mis padres, le dispararon al frente y a su camioneta“, contó con crudeza. “También recibimos amenazas por Instagram que apuntaban a mi hijo y a mi mujer”.
La visibilidad de su pasión por Independiente, algo que nunca había generado conflicto en Chile, de repente se convirtió en un peligro.
“Siempre visibilicé que soy hincha de Independiente, pero jamás hubo problemas ni nada hasta lo que pasó esto con el partido”, agregó. La gravedad de la situación fue tal que se vieron obligados a borrar todas sus redes sociales.
“Tengo un hermano con discapacidad”, expresó Maxi, subrayando que la situación fue aún más delicada por la condición de salud de su hermano, quien además depende del programa Teletón para su tratamiento.
La denuncia fue hecha al día siguiente por el padre de Maxi. Sin embargo, mientras él se encontraba en la comisaría, vecinos comenzaron a enviarle videos del frente de la casa en los que se veían a personas pasando y profiriendo amenazas.
“Mi papá les dijo que estaba la posibilidad que nos fuéramos un par de días, y el Carabinero le dijo que era mejor“, detalló Maxi. La señal final fue que había que irse para preservar la vida.
Según les informaron allegados con vínculos en el mundo de las hinchadas, hubo un pacto violento entre barras de Colo Colo, La U y Universidad Católica para “vengarse” de los argentinos tras los incidentes.
“Dicen que se juntaron para vengarse de los argentinos y dijeron que a personas con cualquier camiseta de Argentina les iban a pegar igual”, sostuvo.
La familia dejó todo atrás. Cruzaron la cordillera de regreso a Mendoza y ahora se resguardan en la casa de parientes en Las Heras, intentando procesar lo vivido y pensando cómo rehacer su vida.
“A nosotros nos gusta el fútbol, somos todos hinchas de Independiente de Avellaneda y no lo ocultamos, porque nunca hicimos problema“, concluyó Maxi, aunque reconoció que su esposa no quiere ni oír hablar de volver a Chile.