Andrey Arshavin, el "Messi ruso" que maravilló a Europa, ilusionó a un país y hoy luce irreconocible

Hace tres semanas el nombre del exfutbolista Andrey Arshavin volvió a la palestra, luego de que se viralizara una fotografía donde el “Messi ruso” lucía irreconocible.

Tomando cerveza con amigos y vistiendo lentes y una gorra, la imagen del otrora volante está lejos de aquel promisorio jugador que ilusionó a todo un país y maravilló al mundo del fútbol con su talento.

Y es que Andrey no solo supo brillar en su tierra natal, sino que se lo pelearon los mejores equipos del mundo y el Arsenal inglés pudo aprovechar su efímera magia.

El chico de atrás con el vaso de cerveza, la gorra azul oscuro y las gafas, una vez le marcó 4 goles en Anfield al Liverpool. 🍺🇷🇺 pic.twitter.com/jlViPgOiIM

— Futbol de Inglaterra (@Mercado_Ingles) July 23, 2025

Irrumpe el ‘Mago’ Arshavin

Nacido en San Petersburgo en 1981, cuando la ciudad aun era conocida como Leningrado, Arshavin se enamoró de la pelota a corta edad.

Con solo siete años, un pequeño inquieto de mejillas coloradas ya era reconocido como el mejor jugador del Smena de Leningrado y, rápidamente, su nombre interesó en el Zenit.

A los ‘Artilleros’ llegó en 1999 y, en menos de un año, el ‘Mago’ fue sumado a las filas del primer equipo. Para agosto de 2000, según detalla Mundo Deportivo, Andrey ya había debutado en la Premier League de Rusia y su nombre acaparaba las portadas de los medios de su país.

Era cosa de mirar unos minutos de Arshavin en cancha para saber que no era un jugador cualquiera. Cada enganche, cada pase filtrado y cada gol tenía su distintivo: esa típica sonrisa de quien sabe que es bueno.

Pero así como el público se encantaba con el talento de aquel futbolista que apenas superaba los 1,70 de altura, también se desesperaban cuando no presionaba para quitar un balón.

Andrey era de esos jugadores que hoy no encajarían en un equipo de Pep Guardiola o Luis Enrique. Él no se tomaba muy en serio el fútbol, prefería divertirse en la cancha.

Ahí viene el mejor de Rusia

Andrey Arshavin pasó ocho años en el Zenit de San Petersburgo, mejorando en cada temporada. De cero goles pasó a cuatro, luego a cinco, hasta llegar a diez en su mejor ciclo.

También llegaron los títulos. Primero fue una Copa de Liga en 2003, hasta lograr en 2007 la primera Premier League desde 1984 para los ‘Artilleros’. Para entonces, el ‘Mago’ ya era un héroe en San Petersburgo.

Pero Rusia, por irónico que suene, le quedó chica al pequeño volante. Él quería más. Y lo demostró en la Copa UEFA -hoy Europa League- de la temporada 2007/2008.

Andrey lideró las goleadas al Bayern Múnich y al Bayern Leverkusen que pavimentaron su camino a la final, donde la estrella del Zenit sacó a relucir su magia ante el Glasgow Rangers y fue nombrado el MVP del duelo jugado en Manchester.

Meses después, los ‘Artilleros’ sorprenderían al Manchester United de Vidic, Scholes, Nani y Rooney arrebatándoles la Supercopa de Europa.

Monarca en su país y también del ‘Viejo Continente’, Arshavin pasaba por su mejor momento. Y lo extendió en la Eurocopa jugada en Austria y Suiza en 2008.

Una sólida fase de grupos y una indescriptible exhibición del crack del Zenit ante Países Bajos en cuartos de final ilusionó a toda Rusia.

“Heitinga todavía tiene pesadillas. Ooijer y Van der Sar terminaron desquiciados. Con Arshavin podías deducir lo que podía hacer, pero te lo hacía”, describió la revista Panenka la actuación de Andrey, que en ese duelo repartió dos asistencias y marcó un gol.

Solo la España de Casillas, Puyol, Iniesta y Xavi, que supo ganar todo a su paso, pudo frenar a la Rusia de Andrey.

Lo bueno va y viene

Con toda Europa a sus pies, los mejores equipos del mundo se pelearon por fichar al ‘Mago’. Pero en el último día del mercado de pases, Arshavin eligió al Arsenal de Inglaterra.

Pero al “Messi ruso”, como pasó a ser apodado luego de la Eurocopa 2008, le costó adoptarse a la Premier League británica. Demasiado balón largo, poco control y nulos espacios para encarar rivales y filtrar pases.

El ‘Mago’ jamás perdió su talento, pero la hinchada ‘gunner’, siempre exigente, no se conformó con sus pincelazos. Para la historia quedaron sus cuatro goles al Liverpool en Anfield, pero lo efímero volvió a ser la costumbre de Andrey.

Arshavin extrañaba su hábitat, los cánticos en ruso y el frío de San Petersburgo. Tuvo un breve regreso al Zenit durante su etapa en Londres y, en 2013, retornó definitivamente a su país.

No era el mismo. La magia y la habilidad seguía intacta en los pies del crack, pero esa sonrisa de quien sabe que es bueno ya no perduraba.

Andrey tuvo pasos por el fútbol de Kazajistán antes de colgar los botines y pasar definitivamente al olvido.

Así fue hasta hace tres semanas cuando, en el marco de la Eurocopa Femenina, se vio al otrora “Messi Ruso” disfrutando una cerveza junto a un par de amigos.

La fotografía se volvió viral y el comentario más repetido fue que aquel futbolista que maravilló a un continente, ilusionó a un país y destacó en la mejor liga del mundo, luce irreconocible.