A falta de 168 días para su comienzo, el Mundial de Fútbol Femenino de 2023 es sacudido por una polémica extradeportiva.

Polémica en el balompié femenil. Las federaciones de Nueva Zelanda y Australia, países que organizan el mundial de fútbol femenino de 2023, expresaron su rechazo ante un posible auspicio de Arabia Saudí, aún no confirmado por la FIFA.

El torneo, que se celebrará en estos países entre el 20 de julio y el 20 de agosto, podría ser patrocinado por Visit Saudi, ente turístico del país -con un historial de violaciones a derechos humanos descrito por Amnistía Internacional como “espantoso”-, según reveló el diario deportivo The Athletic.

“Si esta noticia resulta correcta, nos sorprende y decepciona escucharlo, ya que la FIFA no ha consultado a la federación de Nueva Zelanda en absoluto sobre este asunto”, apunta un comunicado emitido por el ente rector del fútbol neozelandés.

Como coanfitriones del Mundial femenino, las federaciones de Nueva Zelanda y Australia “han escrito conjuntamente a la FIFA para aclarar la situación con urgencia”, subraya el escrito.

“No podemos expresar con suficiente fuerza las repercusiones potenciales y las consecuencias que podrían resultar de esta decisión”, señalan los directores de ambas federaciones en la misiva enviada a la FIFA, según consignó el diario The Guardian.

A su vez, tanto Australia como Nueva Zelanda, remarcaron que en sus países han “dado la máxima importancia a la igualdad de género”.

En este aspecto tan importante, vale recordar que hasta 2018, las mujeres no podrían acceder a los estadios de fútbol en Arabia Saudí. También, la homosexualidad sigue siendo considerada ilegal, entre otras vulneraciones de los derechos humanos cometidas por la nación árabe, que en 2020 puso en marcha su primera competición de fútbol femenino y en 2021, creo su selección nacional femenil.