Jaime Valenzuela | DG Medios

Kraftwerk en Chile: Así fue el exuberante y robótico paso del mito electrónico alemán por Santiago

28 mayo 2023 | 06:00

La histórica banda alemana Kraftwerk se presentó en Chile por cuarta vez en un espectáculo que repasó su imponente legado en la música electrónica y en la cultura.

En el marco de una breve gira por Latinoamérica, la legendaria banda alemana Kraftwerk concretó el jueves su cuarta visita a Chile en un reducido pero repleto Movistar Arena, que a la mitad de su superficie habitual fue testigo de un show que repasó las cinco décadas de los “padres de la electrónica moderna” en su ecuación predilecta: una performance sonora y visual que pone en contexto su propio mito y legado, que en este caso es tan palpable y concreto como enorme y aún enigmático.

Bajo la dirección de Ralf Hütter (único integrante-fundador del cuarteto que introdujo el concepto hombre/máquina al imaginario electro-pop), los oriundos de Düsseldorf presentaron un espectáculo que cruzó los 100 minutos y que arrancó con una sutil partida en falso: en “Numbers”, la primera de la lista, cuando un desperfecto técnico hizo que Hütter desapareciera ante la vista impaciente del público.

Kraftwerk en Chile

De vuelta, segundos después, con los cuatro envueltos en sus célebres trajes de luz, a “Numbers” se sucedieron versiones de “Computer World” y “Computer World 2”, en su primera intervención de la noche, y luego “It’s More Fun to Compute” y “Home Computer”.

Las imágenes de computadoras vintage y la estética de código binario quedan atrás en “Spacelab”, donde la masa acompaña el deambular de una nave aeroespacial que llegará a posarse, incluso, a las afueras del recinto capitalino que colinda con el Parque O’Higgins, tal como lo hizo a las afueras del Teatro Caupolicán en su visita de 2016.

Kraftwerk en Chile

El primer hito de la noche destella con “The Man-Machine”, que presenta por primera vez los icónicos tonos rojos y negros al mismo tiempo en que las letras de “m-a-c-h-i-n-e” repercuten en un coro hipnótico, colectivo y autómata, a imagen y semejanza del arquetipo tejido por los alemanes en la época de oro de su catálogo (10 álbumes de estudio si consideramos su era “pre-Kraftwerk”, muy distinta a la posterior saga conceptual).

El viaje de un Volkswagen por un radiante paisaje de cromas en “Autobahn” agita a la audiencia cuando Hütter entona las líneas líricas y suscita una masiva respuesta; fiato que se repite en “Computer Love”. La perla del set, “The Model”, con imágenes de cine en blanco y negro, convierte al Arena en una discoteque y motiva que incluso los cuatro robots en escena delineen su único paso permitido: una marcha silenciosa y precisa con la planta del pie.

La iconografía de neón y las alarmas de radioactividad brillan y contrastan en “Neon Lights”, “Geiger Counter” y “Radioactivity”, pero todo se detiene cuando la masa pedalea por una impecable exhibición del “Tour de France”, en formato meadley, que incluye “Étape 1”, “Chrono” y “Étape 2”.

A la ruta de más de casi diez minutos de valles, montañas, pistas y carreteras proyectadas en pantalla, junto con el registro de los ciclistas y la fiesta alrededor, viene un trasbordo cortesía de Kraftwerk al “Trans Europe Express”, con “Metal on Metal” y “Abzug”.

Kraftwerk en Chile

El cierre, antes de su primer y único “encore”, es a lo grande: “The Robots” y “Robotronik”, con la retrospectiva estética de “Die Mensch-Maschine” corriendo de fondo y miles otra vez en modo discoteca.

“Planet of Visions” y “Boing Boom Tschak” enlazada a “Music Non-Stop” marcan el fin de la presentación del colectivo europeo, que es ovacionado uno a uno cuando se retiran del escenario al estilo que dicta su impronta: meticulosamente. El último en hacerlo en Ralf Hütter, quien levanta el brazo en señal de triunfo en su primer acto arquetípicamente humano de la noche.