Raúl Ruiz, foto de Gabriel Pérez Mardones

Retrato Hablado: 30 años en 90 retratos del fotógrafo Gabriel Pérez Mardones

09 octubre 2025 | 18:55

A Gabriel Pérez le obsesiona la memoria. Dejar el registro visual de un momento en la historia de este país, y la de personajes que arrastran parte de esta narración.

Como, por ejemplo, el retrato de Francisco Coloane, en una esquina casi fuera de la foto, como atento en la proa de un barco, navegando en su océano de recuerdos australes.

Retrato Hablado

El fotógrafo Gabriel Pérez Mardones (Santiago, 7 de junio de 1968) presentó hace poco su libro Retrato Hablado (editorial 8 libros, 2025). Es una especie de foto cuento donde el mismo relata la anécdota detrás de cada foto.

Retrato Hablado reúne 90 retratos realizados a través de varios años. Las fotografías no fueron pensadas para un libro, pero según su autor, las cosas se fueron dando naturalmente. Son 90 personajes públicos, gente destacada en distintas áreas, desde escritores, deportistas, cantantes, políticos, etc.


Cada foto tiene su historia. Y, como si se tratara de un caso policial, el autor realiza un bosquejo de la persona investigada. Como es un testigo, puede dar una descripción, su propia versión con los recuerdos que tiene, muchas veces encuentros fugaces y fortuitos. Son conversaciones, encuentros accidentales, porque este libro también tiene algo de azar. Fueron momentos que el autor quiso rescatar, para así, tal vez, aproximarnos más al personaje.

También muchos de los personajes responden a un gusto personal, como el amor por el baloncesto que se tradujo en los retratos de Magic Johnson o Kareem Abdul-Jabaar. Están los expresidentes Frei, Lagos, Piñera y Bachelet, además de personajes variopintos, como diría el autor, como Jaques Chirac u Ornella Mutti.


El fotógrafo

Gabriel Pérez ha publicado sus fotografías en diversos medios nacionales y extranjeros. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en museos, galerías y centros culturales. Además, ha publicado otros libros, como Pasos Distantes (2017) y Archipiélago de Juan Fernández, historia y biodiversidad en latitud 33° Sur (2015). Un título largo pero que encierra muchos años y muchos viajes a la isla Robinson Crusoe, una pasión que se ha traducido en un archivo de más de 250 mil imágenes en más de 40 viajes.

“La cámara es un ojo estático, no tiene miopía ni astigmatismo, un ojo que, inquieto, no es un ojo, pero es un ojo. Como el de los ciegos.”

Gabriel Pérez es un viajero incansable, un autodidacta, siempre con su cámara buscando un instante determinado, esperando ese “Sonido mágico que detiene un pedazo de historia”.


Parra y el electrón

El mismo relata con detalle sus encuentros con Nicanor Parra, y uno en particular que le cambió la forma de ver la fotografía. Fue precisamente cuando lo estaba fotografiando en el living de su casa de La Reina que, mientras instalaba unas luces, recibió una valiosísima recomendación.

“Tú sabes que yo soy físico, y cuando un físico quiere fotografiar un electrón tiene que iluminarlo. Con lo cual ya no es un electrón, sino más bien un electrón iluminado. Lo mismo sucede con el sujeto, porque tú miras a través de un objetivo y la cámara obtura a una determinada velocidad, que no necesariamente grafica lo que el receptor de esa imagen está queriendo transmitir”.

Después se dedicó a realizar experimentos con un espejo para demostrar lo que decía. Como siempre, Parra sabía de lo que hablaba, y las enseñanzas de esas conversaciones se han mantenido a través de los años. Hoy sus fotos aparecen en las portadas de los libros Hojas de Parra y Temporal.


Retratados

Los puristas pueden decir que una foto habla por si sola, que no necesita texto ni explicación. Pero en este caso, sí resulta la anécdota detrás de cada foto, más bien el contexto y el estado de ánimo de cada retratado.

Como la fotografía de Bernardo Leyton, 4 meses antes de morir en su residencia en Santiago, en una habitación oscura. Había quedado con graves secuelas después del atentado que sufrió en Roma junto a su esposa por órdenes de la Dina. Nunca se recuperaron, vivieron muchos años con secuelas y la foto retrata parte de ese dolor.

Otras han sido accidentales, como la de Gustavo Cerati, que se lo encontró en la calle cuando este vivía en Chile, estacionando su Fiat Uno en Providencia. A Bob Dylan lo fotografió en un concierto, escondiendo la cámara en partes para armarla después, justo al comenzar el concierto. Formas poco ortodoxas, estaba prohibido, los guardias registraban y requisaban las cámaras en la entrada, pero la juventud es transgresora y rebelde.


A José Donoso se lo encontró en un almacén de barrio, hablaron y quedaron en hacer una sesión de fotos. El día estipulado llegó, pero lo primero que le dijeron lo dejó congelado. “Debiste haber venido ayer, pasó Gabo con su mujer y estuvieron toda la tarde”. García Márquez había hecho un viaje privado a Laguna San Rafael y, de paso por Santiago, había decidido pasar a ver a su amigo Pepe. Después de salir de la estupefacción se dedicó a tomar fotos.

Seguramente que, en el enorme registro que tiene Gabriel Pérez, hay algún personaje importante que debió haber estado en el libro, en vez de alguno que, si está. Pero esta es su visión del Chile de los últimos 30 años, y de mucha gente que ha ayudado a construirlo.