Detalle d ela portada de Iluminación artificial, de Cristofer Vargas Cayul, Provincianos Editores.

Iluminación artificial de Cristofer Vargas Cayul: Pobreza y marginalidad con ojos de niño

13 mayo 2025 | 10:46

“El fin del mundo pasó hace rato y no nos dimos cuenta.”

En cien páginas, Cristofer Vargas Cayul (Santiago, 1993) nos entrega un relato en primera persona de un niño que vive en condiciones extremas. Es un relato sensible, donde sentimientos, observaciones y reflexiones entregan una mirada desde el interior de una toma.

Iluminación artificial

El protagonista, de trece años, vive con su abuela y su hermano, Gabriel, de allegados donde un tío. Al padre lo han visto unas cuantas veces. La madre se fue a vivir a San Antonio y, en la práctica, los abandonó. Es 1999 y muchos -en especial en la televisión- anuncian el fin del mundo…

En ese contexto, muere el tío atropellado. A la mami, que es como llaman a la abuela, no le queda otra solución que participar de una toma de terrenos en Peñalolén. Un lugar colindante a un gran basural, donde la policía trata -violentamente- de desalojarlos, son hostigados por funcionarios municipales y rechazados por los vecinos.

Una vivienda muy precaria que se llueve, la ausencia de electricidad, un hermano menor con problemas que salud, conductuales, que los especialistas no logran determinar… Esas son solo parte de las condiciones en las que el protagonista, en esa frágil y compleja edad entre niño y adulto, debe desenvolverse.

“De vez en cuando le devuelvo los pelotazos que revientan en los latones de su casa, pero nada más porque al rato sale el Rodrigo y lo entra a chuchás o lo manda a comprar cigarros o lo que sea. Entonces la rabia se transforma en otra cosa parecida a la tristeza. No lo puedo explicar bien, pero es lo que me pasa al mirar al Juan, a la Leslie y al Mati que cada vez que lo veo anda con los mocos colgando.” (p. 31)

Marginalidad sin caricaturas

Iluminación artificial muestra una realidad cruda desde una mirada compleja, que transita entre la candidez, la ingenuidad, y observaciones adultas, incluso lúcidas, productos de las duras vivencias que ha debido experimentar.

“La oscuridad sobrecarga el pensamiento, pero por ahora no me puedo permitir tener miedo.” (p. 30)

Cristofer Vargas Cayul, con humor negro, ácido, sin caer el lugares comunes o miradas paternalistas, entrega una mirada sensible, a ratos cargada de ternura, de una realidad dura, incómoda.

“Detrás del mostrador parece una caricatura de Mickey Mouse, en los capítulos donde pelean los perros y los gatos, y siempre hay una carnicería que los animales asaltan porque incluso en los dibujos animados existe el hambre.” (P. 90)

Iluminación artificial muestra una realidad donde los derechos, en especial de niños, ancianos y personas con discapacidades, se vulneran. Donde los conceptos de justicia, mérito, esfuerzo, parecieran no existir. Incluso, donde toda noción de futuro se agota en un presente incierto.

“Por una vez junté las manos, pero no pude rezar.”</strong> (p. 51)


Iluminación artificial

Cristofer Vargas Cayul
Provincianos Editores

Valparaíso, diciembre de 2021