La novela corta (88 páginas) de Malú González Cortés (Viña del Mar, 1993) indaga en las relaciones fracturadas en un pasado que parece remoto, ajeno. Son los amores y amistades que se rompieron después del Golpe de Estado producto del miedo, de las desconfianzas instaladas.

Escrito desde distintas miradas y tiempos, Expropiación es un libro complejo, tanto para hilvanar y ensamblar las historias como para entender esa “incomprensión” entre las personas, de sus fracuturas (físicas y emocionales), desamparos, frustraciones, pérdidas…

Arriesgado y exigente, Expropiación parece ser el libro de una joven que busca desentrañar o espantar fantasmas de personas mayores, indagar en ellos, en sus afectividades, frustraciones. Y no es raro que pueda haber algunas similitudes o paralelos entre la autora y Rebeca, la joven que hace de nexo, que hila la historia.

La historia aborda la relación antigua entre Irene y Victoria que, clasualmente, se encuentran en un supermercado despúes de 40 años, años de separación, de rencores y culpas. En medio, aparece Rebeca, hija de Irene y profesora casual de Victoria. Así, Malú González habla de las relaciones entre personoas mayores -cada una con sus achaques, sus frustraciones, sus deudas-, entre jóvenes y entre individuos de ambos grupos. Esas relaciones -como la mala que tienen Irene y Rebeca- nos hablan de mundos distintos, diferencias generacionales abismales que la autora logra capturar y transmitir. Todo o anterior asumiendo lo que significó en las relaciones humanas los años de miedo y de desconfianza, eso que muchos niegan.

Expropiación es una buena aproximación temas presentes en muchas personas y familias de nuestro país, no exenta de problemas propios de la falta de experiencia, de oficio.

Expropiación

Malú González Cortés
Imbunche Ediciones
Chile, 2018