El libro “Lihn. Ensayos Biográficos”, de Roberto Merino, es de esos textos que dan ganas de leer lentamente, en forma pausada, imaginando escenas, situaciones, ambientes, luces, olores. Es acercarse a Enrique Lihn a través un amigo y observador privilegiado.
Merino escribe muy bien, tanto por oficio como por actitud, porque lo hace de manera vívida, con pasión y con cariño, y a ritmo de conversación sin límites. En este libro, para bien, lo hace sobre su amigo Enrique Lihn invocando recuerdos que tiene de él, de conversaciones que ha sostenido sobre él con amigos y conocidos, además de sus conocimientos sobre este poeta tan importante para nuestra poesía como para tantos escritores que crecieron bajo su influencia.
En “Lihn. Ensayos Biográficos” entrega antecedentes y muchos hechos sobre Lihn que permiten entenderlo mejor. Merino hace una selección precisa para lograr un texto conciso, en el que no sobran palabras pero que despierta la curiosidad –y la necesidad- por saber más de Enrique Lihn.
“Lihn. Ensayos Biográficos”, de la Universidad Diego Portales, muestra a un Merino comprometido, que escribe sobre alguien que conoce de cerca, que quiere y admira. En este sentido, sin endiosarlo, Roberto Merino nos muestra un Lihn vivo, lleno de pasión, de inquietudes, con torpezas y contradicciones.
Los temas que estructuran el libro son una buena muestra de la forma en que Merino se aproxima a Lihn: sus –largas- caminatas, sus relaciones familiares (nada fáciles y con 3 ex-mujeres que se turnaron para cuidarlo antes de su muerte), su vida escolar (en un duro y casi traumático liceo Alemán), las peleas que tanto lo atrajeron y en las que se vio envuelto (incluido el duelo fallido con Tellier), su particular forma de hablar y su atracción por los animales, incluidos loros.
Leer “Lihn. Ensayos Biográficos” es estimulante y desafiante. Un ensayo entrañable que, posiblemente, será referencia necesaria para conocer al poeta.
