Si eres fanático del metal, obviamente los conoces, porque son parte de la historia de este estilo musical, una especie de próceres dentro del thrash californiano. Es un hecho, Megadeth es una banda que se ha convertido en referente para muchas nuevas agrupaciones y un icono de la música dura de los 80 y 90.
Desde aquel incidente de abril del 83, cuando Dave Mustaine fue groseramente expulsado de Metallica, comenzó a gestarse esta máquina de guerra, en un sentido estrictamente musical… Bueno, quizás no sólo en lo musical, sino que también en las constantes peleas que ‘El Colorado’ mantuvo durante su adolescencia con otras bandas, otros miembros de su banda, y consigo mismo.
El mismo año que fue despedido, Mustaine conoció a su entonces vecino de departamento y ahora compañero casi fiel, David Ellefson, quien se convertiría en el sempiterno bajista de la agrupación, exceptuando por esa ‘pequeña pausa’ de una década tras la funesta edición del disco ‘World Needs a Hero’ en 2001.
Juntos, fundaron un camino de gloria, con altibajos que los han llevado a convertirse en una de las bandas más grandes del planeta para los fans del metal.
Se enamoraron de Argentina, pero también nos tienen mucho cariño, por eso suelen visitarnos muy a menudo. Este par de músicos son los miembros originales de la banda, y que ahora vuelven a las noticias tras la renuncia de los dos miembros más recientes.
‘MegaDave’
Es cierto que para muchos Megadeth es simplemente Dave Mustaine, y nosotros no somos quienes para decir lo contrario si, pese a que el pelirrojo rabioso hace lo que se le antoje, se ha mantenido vigente en la música por 31 años.
Durante su juventud fue conocido como un ebrio conflictivo, y ya más adulto, cambió totalmente su punto de vista de la vida, y se convirtió en… un religioso conflictivo. Bueno hay cosas que no cambian mucho.
Son 14 los discos que Mustaine ha sacado a la luz durante su carrera con Megadeth, y uno en su proyecto paralelo MD.45. Gran cantidad de material para un músico que nació de las cenizas y no ha mostrado verdaderas intenciones de rendirse, pese a los constantes cambios de formación en su banda.
De hecho Megadeth ha tenido hasta ahora 13 integrantes oficiales que ya han seguido su propio camino, sin contar el pequeño paso que tuvo de Kerry King durante la etapa previa al disco debut, “Killing Is My Business… And Business Is Good!”.
De las formaciones, las más recordadas son las de los primeros dos discos, con el fallecido Gar Samuelson en batería y el jazzista Chris Poland en primera guitarra; y la de la época dorada, con el batero Nick Menza y el ahora guitarrista más ‘kawaii’ del rock, Marty Friedman, dos grandes exponentes que ayudaron a dar vida al épico disco Rust in Peace y a las obras maestras ‘Countdown To Extinction’, ‘Youthanasia’ y por qué no decirlo, aunque un poco más comercial, ‘Cryptic Writings’.
Megadeth | Formación Rust in Peace
De la época dorada
Para muchos sería un sueño tener de vuelta a estos dos últimos, sin embargo es un sueño demasiado lejano, pues Friedman está prácticamente enamorado de Japón, convertido en una estrella del rock/pop que se codea con los grandes de la música nipona. Lo dijo durante su visita a Concepción en 2002, y lo ha reiterado durante años, entre tocar para un grupo de metaleros, y estar rockeando entre luces y chicas guapas, siempre se inclinará por la segunda opción… Y no es un crimen, es sólo el camino que decidió seguir.
Con Menza la historia es otra, se inició como técnico de batería de Chuck Behler en la época de ‘So far.. So Good… So What’, pasó sus años de gloria y finalmente fue expulsado por Mustaine durante la gira del Cryptic Writings, en un hecho que recuerda mucho a la propia salida del pelirrojo desde Metallica.
Durante años se mantuvo en silencio, pero cada vez que le recuerdan a su antigua banda, se refiere con nostalgia a los buenos tiempos, y omite enviar filosas palabras contra Mustaine, que ya varias veces le ha cerrado las puertas, incluso en 2004, cuando, debido a la presión ejercida por el contrato de EMI Music, estuvo a punto de retornar la formación más querida por los fans, pero el frontman consideró que Menza “aún no estaba preparado”.
La verdad es que como apuesta podríamos decir que, pese a estar en un proyecto con Chris Poland y James LoMenzo, y a haber descartado la posibilidad de regreso a Megadeth, las palabras de Menza si dejan un pequeño espacio de esperanza, aunque mínimo y casi surrealista.
“No llego al punto de hablar mal de los miembros de mi antigua banda y mirar en menos los grandes momentos que tuve con ellos. Tengo grandes planes en mi futuro y voy a trazar mi propio camino aunque no confío en destellos de una reunión”, fueron las últimas declaraciones que dio en julio de este año a la revista Blabbermouth, tras algunas críticas espetadas por Mustaine.
¿A suplir el vacío?
Pese a todo, hay dos nombres más ‘aterrizados’ que a los fans les gustaría tener como adhesiones a la armada de Megadeth, como el caso del baterista Dave Lombardo, que hace pocos meses salió definitivamente de Slayer debido a graves problemas con sus antiguos compañeros de banda. Incluso tras la salida de Shawn Drover, Lombardo se mostró abierto a la posibilidad de ser parte de la agrupación de Mustaine en el caso de recibir el afortunado llamado.
El otro es el Guitarrista Chris Poland, quien mantiene una buena relación con Mustaine, pero se encuentra enfocado en otros proyectos, incluyendo una banda con el baterista Nick Menza.
Es bueno recordar que Poland, pese a haber abandonado la banda por diferencias con Mustaine -como la gran mayoría-, retomó la relación años más tarde e incluso grabó varias pistas en el disco ‘The System Has Failed’ de 2004.
En este momento nadie sabe lo que pasa por esa cabeza colorada, pero de seguro la solución a las dudas de los fans ya está en camino, pues es una verdad perogrullada que Mustaine no tarda mucho en encontrar reemplazos para seguir adelante con la maquinaria musical que lo ha impulsado en sus 53 años de vida. (Ok, no toca desde los cero años, pero ustedes entienden que no se va a detener).
El incierto futuro
Muchos ya estarán con ganas de ‘colgar a un periodista’ por hacerlos esperar tantos párrafos para hablar de esto, pero no podíamos dejar de dar una pincelada a algunos puntos de la extensa historia de esta banda, una agrupación que se reinventa cada vez que cambia de formación, y es precisamente eso lo que nos deja en la incertidumbre.
Queda claro que Megadeth no se va a detener en algunos años, no es una opción para Mustaine, (y si lo hace tendré que tragarme mis palabras) pero estamos a la espera de ver qué es lo que viene.
Con su primera formación, con Chris Poland y Gar Samuelson, Megadeth se desenvolvía dentro de naciente thrash, con riffs veloces y rabiosos que mostraban a un grupo de jóvenes incursionando en un estilo que llegaba para dominar. Fue tan fuerte el impacto, que el mismo Scott Ian de Anthrax bautizó a Mustaine como “El padrino del thrash”.
Más tarde, con la llegada de Jeff Young y Chuck Behler, la banda comenzó a conocer su faceta melódica y a explorar otras temáticas en sus líricas. Era fácil darse cuenta de que estábamos frente a algo totalmente distinto a lo visto en ‘Killing Is My Business’ y en ‘Peace Sells’, la velocidad y agresividad aún estaba en los temas, pero comenzaba la búsqueda del sonido un poco menos crudo.
De la época dorada no hay mucho que hablar, todos la conocen bien, con Friedman y Menza se exploró el virtuosismo, se vio una maduración musical que tuvo su clímax en Youthanasia de 1994, y finalmente se llegó a una etapa de experimentación, que terminó un tanto accidentada con la expulsión de Nick Menza en 1998 y el posterior lanzamiento de Risk (1999), un disco en que Mustaine tuvo una pequeña cercanía con la música pop, aún más que la vista en Cryptic Writings de 1997.
De ahí en adelante, pudimos presenciar años extraños, con intentos de “retornar al hangar” y fallidas reconexiones con las raíces en ‘World Needs a Hero’ (2000), pese a que la banda tuvo entre sus filas a grandes músicos como Jimmy Degrasso y Al Pitrelli. (Nos preguntamos si alguna vez alguien entendió el sentido del coro de Moto Pyscho, la idea de hacer una canción tan melancólica como Promises o la intro de When).
Tras el susto por la disolución temporal de la banda debido al ‘accidente’ de Mustaine y su intento por retomar su proyecto MD.45, la agrupación volvió con fuerza, aunque impulsados por el contrato con EMI music y sin David Ellefson como eterno miembro formador.
Los hermanos Glen y Shawn Drover, junto al bajista James MacDonough de Iced Earth dieron vida a la gira mundial de ‘The System Has Failed’, un disco que retomaba la violencia de los viejos años, pero de una forma más madura y más técnica, aunque a veces un poco más comercial. Pero no era una mala señal, los fans volvían a reencantarse. En Chile, muchos esperaban este retorno y tuvieron una buena dosis de Megadeth durante una fría noche de octubre de 2005 en el Court Central.
Pero los cambios no pararon, James MacDonough fue reemplazado por James LoMenzo en ‘United Abominations’ y Glen Drover por Chris Broderick en ‘Endgame’. De ahí hasta este año Megadeth se desenvolvió en un área mucho más técnica del rock, pero para muchos fans carente de esencia, pues los últimos discos no lograron llegar tan a fondo como los antiguos trabajos, quizás por una mezcla entre las nuevas formas de grabación y por la frialdad de algunas composiciones vistas en ‘TH1RT3EN’ y ‘Super Collider’.
Megadeth ya no era lo mismo, había pasado de una evolución a una metamorfósis un tanto comercial, algo extraño que tiene muchos factores para explicar. Sin convertirse en una mala banda, pasó a generar sensaciones extrañas entre los que esperaban maravillas de la creatividad de Dave Mustaine.
Sin embargo ahora, con la salida de Broderick y Drover se abre una nueva puerta, con la oportunidad de explorar nuevos caminos, de mirar al pasado, mirar el presente, y dar un golpe en la cabeza de los fans, para retomar el ‘aguante’ de esta banda, que si bien no ha muerto, ha pasado por altibajos y se ha reinventado una y otra vez dentro de los parámetros del metal que emana desde las cuerdas de Dave Mustaine y compañía.
Ahora nos queda preguntarnos por el futuro y esperar a ver los resultados de lo que podría ser una nueva oportunidad para reconvertir a esta máquina de guerra musical. De hecho, depende muchísimo de quiénes sean elegidos como nuevos miembros. Si bien Mustaine es la cabeza de Megadeth, queramos o no, la banda la hacen todos, y más allá de los nuevos registros, es en el escenario donde realmente nace música.