Fotografía: Archivo | Agencia UNO

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  • “Me cobran muy caras la ironías a mí”, dijo Eugenio Tironi, en medio de la entrevista con BioBioChile (BBCL), mientras respondía con la metáfora del “vaso medio lleno”, para afirmar su postura de que proyecta que el Presidente Sebastián Piñera va a concluir su mandato, pese a la crisis social y al desplome del respaldo al Gobierno y también a la clase política que mostró la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), la que fue publicada el jueves pasado.

    “Nos salvamos todos…o nos ahogamos todos. Vivimos en peligro”, resume el sociólogo y también presidente de la conocida empresa de comunicación estratégica “Tironi”, como telón de fondo de su análisis de los diversos tópicos que vive la aún convulsionada sociedad del país, tras el estallido social del 18 de octubre pasado (18-O).

    Más que los destinos personales de Piñera, a Eugenio Tironi le preocupa el futuro de la investidura presidencial y que el país pueda desviarse hacia un camino que lo acerque a un populismo o a algo fuera de los parámetros de la democracia. “Más vale desearle suerte”, dijo el consultor.

    También, quien fue director de contenidos de la Franja del “No” en 1988 y director de comunicaciones en el gobierno de la transición del fallecido expresidente Patricio Aylwin (1990-1994), analizó el escenario previo al proceso electoral constituyente del 26 de abril, en el cual aseguró que espera el triunfo del “apruebo” para una nueva Constitución.

    Bajo encuesta

    -¿Qué análisis le merece la encuesta CEP en lo relacionado con la gestión del gobierno ante actual crisis social desde el 18-O?

    -Las cosas son bastantes móviles hoy. Hay que tener claro que esta es una radiografía del paciente cuándo recién estaba saliendo de la UTI y hoy el paciente está en la sala de recuperación, entonces, es probable que la radiografía pueda tener un resultado diferente. Lo que muestra la CEP es una situación, para seguir con la metáfora, con un sistema inmunológico fallando por varios lados, y tiene que ver con un desprestigio muy fuerte de todas las instituciones: el Presidente, Congreso, Medios de Comunicación, Iglesias y Fuerzas de Orden y militares. Las personas están recluidas a su vida personal y doméstica, donde se sienten que no la pasan tan mal, sintiendo mucha hostilidad, rabia e inseguridad en lo que es la vida colectiva y con muy poca fe en las instituciones, que siempre actúan como mediadores, entre la vida pública y privada.

    -¿Cómo se explica que la personas declaran ser felices en sus hogares y muy infelices respecto de lo pasa fuera de su casa?

    -Esa dicotomía venía de antes y ahora se mantiene. Tiene que ver con el: “yo no lo estoy pasando mal, pero los otros los está pasando pésimo”. Se debe a una cierta atmósfera, que vamos creando todos, los intelectuales, los opinólogos, los medios de comunicación, pero, sobre todo, las redes sociales, que van exagerando las miserias. Esto va generando una sensación de que no solamente la vida externa es una fuente de tensión y amenaza, sino también el mundo está en vías de extinción, con tragedias por todos lados. Pesa también el ambiente que genera un fenómeno real como el cambio climático, como es la sequía, que han sido origen de grandes movilizaciones sociales, a través de la historia. Se produce una sensación de que el mundo se va a acabar y la gente se vuelca a la vida privada. Como uno está abocado a esa vida privada, trata de encontrarle el lado bueno, o si no, simplemente, tendría que pegarse un tiro en la cabeza.

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    El Presidente Piñera no tiene más opción que seguir y tratar de salir adelante. Mostrar sensibilidad, disposición y capacidad de negociación, ya ha hecho gestiones que eran inimaginables, como fue abandonar su programa de gobierno original y esta es una nave en donde va acompañado del Congreso y los partidos”.
    - Eugenio Tironi, consultor

    -Entonces, no hay alternativa más que buscar refugio en la casa y encontrar lo positivo.

    -Creo que hay un fenómeno así, que por lo demás, es universal. Lo que algunos llaman el “nativismo”, el refugio en la identidad más primaria, esto es lo que ha sido el origen del nacionalismo, de la xenofobia, el miedo a los otros.

    -Osea, más que positivo, eso es peligroso

    -Es muy peligroso. O, depositar la fe en un liderazgo mesiánico, salvador, que venga desde fuera y que pase por encima de las instituciones, que ofrezca soluciones simplistas a problemas que son complejos, que no acepte los términos medios, que no acepte la negociación, que no acepte los grises y esto es Trump, esto es Johnson, es Maduro o Bolsonaro, no nos perdamos.

    -Con ese nivel de respaldo, ¿cómo ve al Presidente, lo ve terminando su gobierno?

    -Sí, de todas maneras. Dentro de todo es una buena noticia, más bajo de ésto ya no puede caer. Entonces, en la próxima CEP se va hablar del salto que da el Mandatario, en materia de popularidad. Si uno quiere ver la parte más llena del vaso.

    -Pero, eso es ironía…

    -Me cobran muy caras las ironías a mí.

    -Más allá de la ironía, entonces…

    -Primero que nada, pasamos a un régimen de gobierno distinto, donde hay una especie de cogobierno con el Congreso. El Parlamento es muy relevante, tampoco goza de buena reputación e incluso tiene menor aprobación que el Presidente. Pero bueno es lo que hay y con ellos tenemos que navegar porque cualquier otra solución es peor. Cualquier otra solución, es la ley de la calle o de la fuerza o es la dictadura o es el populismo desatado con líderes que actúan siguiendo los termómetros de la opinión pública.

    -Y, ¿qué se debe hacer para evitar lo anterior?

    -El Presidente Piñera no tiene más opción que seguir y tratar de salir adelante. Mostrar sensibilidad, disposición y capacidad de negociación, ya ha hecho gestiones que eran inimaginables, como fue abandonar su programa de gobierno original y esta es una nave en donde va acompañado del Congreso, los partidos y nos salvamos todos se ahogan todos y con ellos nos ahogamos todos los chilenos. Más vale desearle buena suerte.

    El 8 de marzo

    -¿Qué cree y cómo proyecta lo que pueda pasar el 8 de marzo?

    -No hay que proyectar las encuestas hacia el futuro. Ninguna encuesta proyectó lo que pasó el 18 de octubre, aunque hoy todos dicen que haciendo varios clicks se veía una tendencia, falso, nadie lo visualizó. Entonces, porque alguien podría decir que ésto se va a proyectar para marzo. No puedo creer eso. Si ningún instrumento sirvió para vaticinar el 18-O, porque va a servir para vaticinar lo que va a pasar el 8 de marzo.

    -Pero, más allá de la encuesta, hay manifestaciones en las calles, ¿usted considera que las acciones de gobierno han sido suficientes para apaciguar lo que vimos hasta diciembre?

    -No sabemos. Aquí no hay bala de plata, ni que vayan a llegar los bomberos y ataquen el núcleo del incendio. El que vio Chernóbil, sabe que este tipo de explosiones hay que confinarlas, no apagarlas. Y confinarla significa encausarla, a través de algún procedimiento. En ese sentido, es muy importante el proceso constituyente, que ya juega un papel relevante y también aplicar algunas medidas correctivas importantes como son las que se discuten en tema pensiones, reforma tributaria, salud y otras del estilo, y esperar que los vientos soplen más a favor. Esperar que los chilenos y chilenas, a partir de las vacaciones o el periodo estival, recuperen un poco el optimismo, salgan un poco de la depresión, en que estamos todos.

    -La presidenta nacional de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que si hay violencia se pone en riesgo la realización del plebiscito en abril, ¿qué le parece?

    -Son declaraciones francamente irresponsables, es echarle leña al fuego. Además, que los dirigentes políticos son los encargados de proveer orden. Un mecanismo muy inteligente que ellos manufacturaron como para encausar la situación es el proceso constituyente. No nos pueden decir ahora que va a abortar porque no nos portamos bien. Es tarea de ellos, además que hablamos de una dirigenta que es de un partido de gobierno. No puede chantajearnos con la idea de que, si no respondemos a su listado, nos amenaza con quitarnos el proceso constituyente.

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    Tenemos una cosa a favor, que este estallido ha terminado siendo canalizado por las instituciones, que tienen poca credibilidad, de acuerdo, pero a través de ellas estamos actuando”.
    - Eugenio Tironi, consultor

    -¿Qué opina respecto de las críticas de un sector de la oposición que dicen que algunas normas de la recién aprobada Ley Antisaqueos criminaliza las protestas?

    -Con bastante argumentación se plantea que uno no va a terminar con los saqueos aumentando las penas, eso se sabe en el mundo del Derecho, no son las penas las que inhiben la delincuencia. Pero, creo que aquí es una importante señal política de respaldo al conjunto de instituciones que proveen de orden público. Partiendo por Carabineros o las policías, pero también fiscales y sistema judicial. Porque si hoy están inoperantes, como lo son, es porque tampoco tienen legitimidad, no hay un consenso político social que los respalde. El problema no es que falten guanacos, el problema es que falta respaldo social, político y moral y ese tipo de decisiones en el Parlamento contribuyen a generar ese respaldo.

    -Hay algunos que dicen que lo prioritario es el orden público para conseguir paz social y otros que señalan que antes del orden público se debe responder con propuestas sociales para lograr la paz.

    -Las dos cosas van de la mano, uno pude caminar y comer chicle. Por eso mismo que es importante que se haya sacado con votación transversal la legislación respecto de saqueos. Eso es valioso, es el tipo de señales que se necesita y ojalá llegar un acuerdo en pensiones, cuanto antes, como se logró en la reforma tributaria y ojalá se logre en salud. Las encuestas les dicen a los políticos que busquen acuerdos y que no se enfrasquen en peleas. Tenemos una cosa a favor, que este estallido ha terminado siendo canalizado por las instituciones, que tienen poca credibilidad, de acuerdo, pero a través de ellas estamos actuando.

    -Entonces…

    -No tenemos grupos armados autónomos que ataquen o defiendan, no tenemos gente haciendo justicia por su mano, con todo, tenemos un Parlamento que funciona y llega a acuerdos. Tenemos una división de poderes, libertad de prensa, tenemos libertades personales, sí hemos tenido violaciones a los Derechos Humanos, que están siendo investigadas, y tenemos fiscales y jueces que actúan de manera independiente. Tenemos instituciones, heridas y magulladas, pero tenemos. Esto, es una excepción, muchas veces de esto se sale vulnerando el Estado de Derecho, la Constitución, o como decía antes, con sumisiones mesiánicas. De esto se sale gradualmente, paso a paso, con soluciones a veces provisionales, con soluciones un poquito de ensayo y error, aceptando además que sigue habiendo situaciones anómalas. Vamos a tener que soportarlas o aguantarlas hasta que no construyamos un orden colectivo que sea mucho más satisfactorio.

    -Pero, la ciudadanía ¿está dispuesta a seguir esperando y bajo “ensayo y error”?

    -La gente está viviendo y respetando los semáforos, paga los impuestos, está viendo cómo educa a sus hijos, vive. No estamos doblegándonos en las calles, no extrapolemos.

    -Lo que pasó los últimos tres meses fue grave….

    -Por supuesto que sí, están esperando soluciones que aún no llegan, son a veces insatisfactorias, pero no hay soluciones perfectas. Lamentablemente, esto se llama la tierra y no se llama paraíso. La gente, sobre todos los adultos, saben que la búsqueda más corta al infierno es la búsqueda absolutista del paraíso.

    Segundo Piso y más humildad

    -En su condición de asesor estratégico, ¿qué opina de la decisión del Presidente de crear una unidad especial para revertir la baja imagen presidencial ?

    -Aquí no hay soluciones mágicas. No tengo idea que está pasando en el segundo piso (La Moneda), que están planeando. En todo caso, todos sabemos que esto no es un problema comunicacional, es un tema más profundo que eso.

    -Si ud. le tuviese que dar un consejo al Presidente, ¿qué le diría?

    -No me siento competente, creo que hay muchas personas dando consejos. Aquí hay muchos actores trabajando por salir de esto, para construir una nueva normalidad, que nunca va ser como la que tuvimos. Tenemos que acostumbrarnos a vivir en un país, por mucho tiempo, con niveles de incertidumbre, de menor certeza, de como lo estamos viendo ahora. Eso exige un nuevo tipo de gobierno, uno más modesto, menos grandilocuente, con más capacidad negociadora, en que no piensen tanto en lo técnico, sino que en lo que factible y creo que en esa dirección están caminando todos los actores políticos. Eso incluye al gobierno y al Presidente. Creo que el Presidente, en general, ha dado muestra de eso. Se le ve menos, tienen más protagonismo sus ministros.

    -Menos “yoísmo”…

    -Creo que hoy ante esta explosión, hay que tomar píldoras de humildad y autocontrol por cantidades, y también de modestia, aceptar la perplejidad, aceptar la duda.

    -Entonces, ¿usted cree que el Mandatario ha tomado ese camino de la humildad?

    -Creo que tal vez, no en la dosis suficiente, pero algo de eso ha tomado. Sin ninguna duda, hoy es una figura, si uno lo observa por lo que hace y dice, muy distinta a la que conocimos antes del 18-O y también en días posteriores. Aunque la gente siempre sigue siendo lo que es, no se transforma radicalmente. Pero, no hay duda que el Presidente ha venido haciendo un ejercicio de contención, que era necesario e indispensable.

    -¿El cambio de gabinete le hizo bien al gobierno?

    Le hizo bien, con el gabinete anterior no estaríamos hablando con la paz y tranquilidad que hablamos en este minuto.

    -Principalmente por la salida de Interior de Andrés Chadwick, ¿o no?

    -No, porque introdujo otro estilo, mucho más llano, mucho más director, mucho más humilde, que le habla a otra generación, que no tiene los traumas ni las historias de mi generación y los que vivimos bajo el peso de la dictadura. Creo que fue una apuesta arriesgada, pero quizás no sea suficiente, pero dentro de todo fue mejor a lo que tenía.

    Campaña del No a la dictadura versus el Sí para abril

    -Usted trabajó en la campaña del No, ¿cómo analiza lo que están haciendo hoy los dirigentes y partidos de oposición de cara a ganar ese plebiscito?

    -No tengo muy claro lo que están haciendo. Así como el NO ganó gracias al inscripción en los registros electorales de la inmensa mayoría de los chilenos, aquí lo fundamental es conseguir, y debería ser el centro de todos los actores políticos, es que haya una alta participación en el plebiscito, porque eso hace que el proceso constituyente parta con legitimidad. Creo que en eso habría que abocarse.

    -¿Cómo se logra eso?

    -Hay que despertar el optimismo, si es que está adormilado, hay que ponerle andamios y reforzar el proceso constituyente y no ponerle peros y cuestionarlos, menos por aquellos mismos que lo firmaron. Si ellos no le tienen fe, como le vamos a tener los ciudadanos. Hay que apoyarlo y respaldarlo y hacernos a todos creer en él, para que vayamos a votar.

    -Pero, tenemos una clase política que no está validada ante la ciudadanía, ¿hay actores políticos legitimados para lograrlo, como lo fueron Aylwin y Lagos en los ochenta?

    -No, no tenemos, pero pueden surgir nuevos dirigentes. En estos momentos son cuando nacen los Lagos o los Aylwin. Siempre se decía que las nuevas generaciones no habían tenido la oportunidad de vivir una gesta épica, que los proyectara como dirigentes del país, ahora tienen la oportunidad, porque hoy hay una gesta de ese tipo.

    -¿Gana el sí?

    -Espero que sí. Lo que uno cree es lo que ocurre. No va ser fácil, no es una carrera corrida, seguramente hay mucho rechazo oculto, como se vio en el caso del referéndum británico, aquí hay mucho rechazo oculto, pero lo importante es que, si hay poca participación, hay muchas opciones de que gane el rechazo. La campaña de No –en los ochenta- tuvo como principal tarea promover que la gente se inscribiera y fuera a votar, aquí los que están por el apruebo tienen que promover que la gente vaya a votar. Mientras más sea el universo de votantes, más opciones tiene el apruebo.

    -¿Considera que la Campaña del NO tenía un objetivo más claro, que era el fin de la dictadura, que el SÍ de hoy, en que se dice que es más abstracto, en el sentido de que no todos tienen claro para qué les podría servir una nueva Constitución?

    -Tampoco era tan claro en la época del plebiscito del 1988, claro, se suponía que un año después Pinochet iba a llamar a elecciones y quién tenía certeza de que eso iba a ocurrir, nadie. ¿Qué certeza había de que Pinochet respetara el resultado? Nadie la tenía. Todos estos procesos electorales tienen una cierta dosis de incertidumbre. Ahora, ¿quién es el encargado de reducir esa incertidumbre y entusiasmar y generar esperanza? Son los dirigentes políticos. Pero, si los dirigentes políticos están boicoteando esto y pregonando que, si no gana uno, no gana el otro, se va a producir una violencia más desatada o diciendo que no se puede realizar porque hay muchas protestas o violencia. En el fondo tácitamente están boicoteando el proceso constituyente.

    -Pero a Jacqueline Van Rysselberghe, en el fondo y pese a firmar el acuerdo, representa al sector de la derecha más dura que no quiere un cambio de Constitución, por lo que igual podría convenirle decir eso, ¿o no?

    -No sé, entonces que lo sincere, que lo diga derechamente.

    -Por otro lado, ¿considera que a la oposición le ha faltado más fuerza para posicionar el Sí?

    -Creo que sí, a la oposición le ha faltado fuerza. Deberían ser mucho más enfáticos, aferrarse a este logro, que es gigantesco. Abrir este proceso constituyente es valioso. Hay que aferrarse más a él y generar más mística.

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