Una tormenta de fuego "perfecta": las razones de los incendios que arrasan Chile

Créditos: Diego Martin | Agencia UNO
Publicado por Emilio Lara
La información es de Deutsche Welle

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Viernes 10 febrero de 2023 | Publicado a las 12:08

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Son varias las razones y los factores que explican y aumentan la gravedad de los incendios que arrasan Chile hace más de una semana. Además de la larga sequía, que lleva 14 años; y las altas temperaturas, la mira también se fija en las extensas plantaciones forestales de monocultivos, pero también en la falta de regulación entre vivienda y la actividad forestal, alqo que se ve - por ejemplo - a la hora de planificar en la eventualidad de tsunamis.

Desde 2017 que Chile no enfrentaba una emergencia así de grave por incendios.

Ese año más de 600 mil hectáreas fueron arrasadas por las llamas y diez personas murieron por ellos.

En lo que va de esta tragedia las cifras dejan sobre 330 mil hectáreas calcinadas, 24 muertos y más de mil heridos y viviendas destruidas.

El fuego se ha propagado a gran velocidad por varias regiones, con numerosos focos y una violencia inusual, dejando severos daños económicos y en el ecosistema.

Así es como cientos de familias han sido evacuadas y brigadistas forestales junto a Bomberos combaten las llamas con apoyo de equipos internacionales.

“Estos incendios son denominados catastróficos por la magnitud de la superficie que involucran”, señaló a DW Juana Palma, presidenta de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo.

“Este tipo de incendios eran raros hace unas décadas”, observó por su parte el académico del departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, Roberto Rondanelli.

El investigador del Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR)2 explicó a DW que “sus causas no son únicas, sino que interactúan y hacen que estos se hagan más fuertes, frecuentes y destructivos”.

En casi la totalidad de los siniestros está la acción humana, ya sea premeditada, por negligencia o accidente.

La numerosa cantidad de focos simultáneos y la cercanía con zonas pobladas hacen sospechar que podría tratarse de hechos intencionales. Al menos diez personas han sido detenidas e investigados por la Justicia.

En definitiva, la situación actual es la suma de varios factores que dejan como resultado una tormenta de fuego “perfecta”.

Cambio climático, sequía y altas temperaturas

Uno de los primeros factores que explican la dimensión de esta catástrofe es el cambio climático.

Las temperaturas máximas de la zona sur, donde se concentran bosques y plantaciones forestales, han aumentado en promedio 0,5 grados por década, por sobre el promedio del aumento global, indicó Rondanelli.

A esto se suma una sequía de 14 años.

“En la zona donde ha habido más incendios tenemos clima mediterráneo, con primaveras y veranos secos. A la sequedad del suelo se sumaron altas temperaturas este año, asociadas a vientos más intensos que ayudaron a propagar el fuego”, dijo a DW Héctor Jorquera, profesor de ingeniería en la Universidad Católica de Chile e investigador asociado del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus).

Otro factor clave es que ha disminuido la distancia entre zonas urbanas y bosques o terrenos forestales.

“Algunas ciudades del sur no tienen ningún resguardo porque están al lado de las plantaciones”, relató Rondanelli.

Así, esto hace que haya mayor riesgo que se inicie el fuego y a la vez que este tenga mayores impactos en la población.

Jorquera sostuvo que, así como hay ordenanzas que consideran el peligro de deslizamiento o inundación para regular las zonas edificables, en Chile se debiera tener en cuenta el riesgo de incendios.

“Terrenos muy disparejos, que combinan valle y colina, producen corrientes de aire que facilitan que se propague el fuego, en comparación con lugares planos, donde además es más fácil visualizar el incendio y huir”, señaló.

Monocultivos en el centro de las críticas ante incendios: “Prende como caja de fósforos”

Una deficiente regulación, falta de fiscalización, capacidad limitada de reacción y falta de estrategias para reducir riesgos se han evidenciado en la tragedia.

Asimismo, también han surgido cuestionamientos al monocultivo de pino y eucalipto de la industria forestal, que se concentra en las regiones más afectadas por las llamas.

Aunque cualquier vegetación es susceptible de quemarse, Palma detalló que “en la composición y estructura de la madera de pino y eucalipto hay muchas sustancias altamente inflamables. Como no hay otras especies asociadas en la plantación, esto prende como una caja de fósforos”.

Estas plantaciones son grandes superficies muy homogéneas, como un cultivo de trigo, sostiene la ingeniera forestal chilena, doctorada en la Universidad de Friburgo, en Alemania.

El investigador del (CR)2 coincide: “este paisaje modificado es muy poco resiliente a los incendios y los favorece”, así que “cuando se inicia el fuego es muy difícil de controlar”.

El bosque nativo, en cambio, tiene un paisaje de mosaico, con especies diversas y de diferentes alturas, que constituyen un cortafuego natural, observó Rondanelli.

Además, consumen menos agua que las especies introducidas, por lo que ríos y arroyos se mantienen mejor.

Junto con regular y fiscalizar que las plantaciones estén a mayor distancia de cursos de agua, quebradas y zonas pobladas, Palma afirmó que se debiera impulsar un modelo forestal que reduzca el riesgo de incendios.

“Podemos y necesitamos plantar pinos y eucaliptos para la economía, pero con un modelo de silvicultura sustentable y socialmente amigable, sin plantaciones extensivas, sino que convivan con especies locales”, sugirió.

El impacto del CO2

Un efecto menos comentado, pero igualmente grave, es que “los incendios contribuyen mucho a aumentar el dióxido de carbono en la atmósfera.

“Cuando la biomasa se quema, todo el CO2 que tenía capturado en su tejido se libera”, recordó Jorquera.

“Se calcula que las hectáreas quemadas en 2017 fueron equivalentes a todas las emisiones fósiles en Chile ese año. Y, ahora, ya en febrero, emitimos la mitad de lo que genera Chile en un año. Estamos empeorando el problema”, lamentó Rondanelli.

Y concluye: “Los bosques y plantaciones son mecanismos de mitigación del cambio climático. Somos un país especialmente vulnerable y debiéramos impulsar medidas de adaptación. Antes que se inicie el fuego, cuyo control es muy difícil, se pueden tomar medidas políticas y sociales de prevención a largo plazo y fomentar paisajes más resilientes”.

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