Instalan boya meteorológica en único arrecife estructural de Islas Galápagos: mayoría murió en 1983

Créditos: Inti Keith | Fundación Charles Darwin
Publicado por Emilio Lara
La información es de Agencia EFE

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Miércoles 15 junio de 2022 | Publicado a las 10:00

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El Wellington sobrevivió a los efectos de El Niño Oscilación Sur (ENSO) de 1982 y 1983, cuando 97% de los arrecifes coralinos del archipiélago murió.

Científicos de las Islas Galápagos han puesto una boya meteorológica cerca del Wellington, el único arrecife de carácter estructural del archipiélago para estudiar los cambios que sufren los ecosistemas de esta región ante las alteraciones climáticas.

En este proyecto participa la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Fundación científica Charles Darwin y la organización filantrópica Aqualink, interesados en buscar información sobre parámetros atmosféricos y oceanográficos en la zona del arrecife.

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El Wellington, según recordó el lunes la DPNG en un comunicado, sobrevivió a los efectos de los fenómenos climáticos de El Niño Oscilación Sur (ENSO) ocurridos en 1982 y 1983, en los cuales murió el 97% de los arrecifes coralinos del archipiélago.

La información emitida por la boya meteorológica, colocada en marzo, ya alertó sobre el aumento de la temperatura marina en esa zona en 1 grado Celsius respecto al límite universal para el blanqueamiento de los corales, lo que generó preocupación en la comunidad científica.

Sin embargo, la aparente presencia de aguas frías localizadas en esa región contribuyeron luego a reducir la temperatura en el arrecife, agregó la DPNG.

Preparan expedición

En abril las anomalías térmicas se volvieron a intensificar con la presencia de temperaturas altas y persistentes, por lo que los científicos han planificado una expedición a la zona del Wellington en las próximas semanas para evaluar la salud de sus corales.

“Estudios recientes sugieren que la presencia de flujos de agua fría en la zona norte del archipiélago ha ayudado a la supervivencia de los corales en extremas temperaturas, lo que resulta alentador para estas especies”, señaló el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda.

La DPNG ha “implementado otras medidas que contribuyan a la restauración de estos ecosistemas como el proyecto experimental de siembra de corales en las bahías donde existieron estas especies”, agregó Rueda.

De su lado, Inti Keith, científica principal de la Fundación Charles Darwin, aseguró que los esfuerzos de conservación e investigación para reforzar la capacidad de recuperación de los ecosistemas de los arrecifes “son prioritarios para combatir los impactos del cambio climático”.

Entre esos esfuerzos Keith mencionó a “la restauración de arrecifes, la identificación de especies tolerantes y los factores de perturbación”.

Los arrecifes desaparecidos de Islas Galápagos

En Islas Galápagos existían diecisiete arrecifes estructurales distribuidos en diferentes regiones del archipiélago, pero los efectos del fenómeno de El Niño en 1982 y en 1983 los llevaron al borde de la extinción, especialmente en la zona central del archipiélago.

La Dirección del Parque Nacional Galápagos mantiene una vigilancia constante sobre estas especies e implementa proyectos para recuperar las poblaciones de corales en el archipiélago.

Las islas Galápagos, situadas en el Océano Pacífico a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, fueron declaradas en 1978 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco gracias a su rica biodiversidad terrestre y marina, donde habitan muchas especies únicas en el mundo.

Este archipiélago, cuyo nombre se debe a las tortugas terrestres gigantes que la habitan, está formado por 13 islas grandes, seis menores y 42 islotes, y es considerado un laboratorio natural que permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.

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