Olas de calor empiezan a aliarse con humedad y unión puede hacer colapsar al cuerpo y matar humanos

Créditos: CONTEXTO | Mauricio Méndez | Agencia UNO
Publicado por Emilio Lara
La información es de Agence France-Presse

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Miércoles 23 junio de 2021 | Publicado a las 14:20

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Las olas de calor en el mundo serán probablemente cada vez más mortíferas al superar los límites de resistencia del organismo humano.

Eso se desprende del borrador de un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, consultado por la AFP.

No se trata tanto del calor extremo en términos de temperaturas elevadas, cada vez más frecuentes, sino de su combinación con una humedad alta.

Este fenómeno llamado “temperatura húmeda” se mide con un termómetro de bulbo húmedo y se expresa con el valor TW.

En concreto, sirve para determinar la humedad relativa ambiente y sus posibilidades de evaporación.

Puesto que el cuerpo humano no puede perder calor si la TW exterior es superior a la suya, los científicos coinciden en que el ser humano no puede sobrevivir mucho tiempo por encima de 35 ºTW.

“Hay tanta humedad en el aire que la sudoración no permite rebajar la temperatura excesiva”, explicó Colin Raymond, investigador de la NASA.

“Tras una media docena de horas, si no hay manera de refrescarse artificialmente, los órganos empezarán a fallar hasta producirse la muerte”, complementó.

Raymond es el autor principal de un estudio publicado en mayo de 2020 que identificó dos lugares en el Golfo donde ya se alcanzaron los 35 ºTW.

Hasta entonces los científicos creían que esta temperatura no se daría hasta mediados de siglo.

Panorama al rojo

Entre las regiones del mundo más expuestas figuran el sur y el sureste de Asia, el Golfo, el golfo de México y algunas regiones del continente africano.

En 2015, dos canículas de alrededor 30 ºTW dejaron más de 4 mil muertos en India y Pakistán.

En cambio, la temperatura húmeda permaneció bajo ese techo durante la gran canícula que dejó más de 50 mil muertos en Europa en 2003.

Según el estudio de Raymond, la frecuencia de estos máximos de calor húmedo se más que duplicó en el mundo desde 1979.

Y el escenario solo parece empeorar, ya que las temperaturas “superarán frecuentemente 35 ºTW” en varias partes del mundo si el calentamiento mundial alcanza o supera la barrera de los 2,5 º C.

El Acuerdo de París de 2015 fijó el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de +2 ºC, y de ser posible a +1,5 ºC, respecto a la era preindustrial.

Pero las trayectorias actuales superan ampliamente estas metas, ambiciosas, y que requieren acciones más rápidas.

300 mil muertos

El calor excesivo ya ha provocado estragos, según dos estudios recientes.

El Instituto de Datos y Evaluaciones de Salud de Estados Unidos (IHME), basado en Seattle, estimó que unas 300 mil muertes en 2019 podían atribuirse a consecuencias de las canículas, un tercio en India.

Además, 37% de estas muertes, es decir, un poco más de 110 mil, están relacionadas con el calentamiento, según investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Estos porcentajes pueden ser superiores, hasta 60%, en algunos países, como Brasil, Perú, Colombia, Filipinas, Kuwait y Guatemala.

Según informes citados por el IPCC, en un mundo a +1,5 ºC, 14% de la población estará expuesta a canículas severas al menos una vez cada cinco años, “en aumento significativo”.

A +2 ºC, “1.700 millones de personas adicionales estarán expuestas a temperaturas muy altas, 420 millones a temperaturas extremas y unos 65 millones a canículas excepcionales una vez cada lustro”.

Las poblaciones más afectadas serán los habitantes de las megalópolis tropicales de los países en desarrollo, especialmente en Asia y África.

Déficit de datos

“En estas regiones, la población urbana aumenta fuertemente a la vez que planea la amenaza de canículas mortales”, señaló Steffen Lohrey, de la Universidad de Berlín, principal autor del estudio en el que se basan las cifras del IPCC.

El África subsahariana se halla especialmente expuesta, pero la ausencia de datos impide evaluar la envergadura del problema.

La principal base de datos mundial sobre las catástrofes naturales, la Emergency Events Database (EM-DAT), solo registró dos episodios de canícula en los últimos 120 años.

“No se tiene conocimiento de las consecuencias de estas canículas, como si no hubiesen existido, pero sabemos que sí se dieron”, subrayó Luke Harrington, de la Universidad de Oxford, que estudia este déficit de informaciones.

En comparación, la EM-DAT contabiliza 83 canículas que dejaron más de 140 mil muertos en el continente europeo en los últimos 40 años.

Otras regiones amenazadas son China central y el oeste de Asia, donde “las temperaturas extremas del termómetro húmedo se acercarán y seguramente superarán los límites fisiológicos humanos”, según el IPCC.

Problemas para adaptarse

La adaptación a estos fenómenos refleja además disparidades económicas y sociales.

Con climas y niveles de riqueza comparables, Europa cuenta con un mayor número de víctimas que América del Norte.

En esta última región “todo el mundo tiene aire acondicionado y los edificios modernos están bien aislados. Es una simple cuestión de infraestructuras”, estableció Jeff Stanaway, del IHME.

En cambio, en los países en desarrollo las poblaciones sufren plenamente las consecuencias de un nivel económico bajo.

Un estudio entre la población pobre de Hanói (Vietnam) evidenció que la mortalidad durante las canículas era similar entre quienes poseían un aire acondicionado en casa y quienes no porque muchos no podían pagar la electricidad para su funcionamiento.

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