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Olas de calor en África y consecuencias no son estudiadas ni analizadas, no como en el mundo rico

Por Emilio Lara
La información es de Agence France-Presse

13 julio 2020 | 19:01

Las olas de calor extremo que afectan al África subsahariana no son objeto de estadísticas exhaustivas.

Aquello, según un estudio publicado el lunes en la revista Nature Climate Change dificulta su estudio y la aplicación de sistemas de alerta precoz.

Mientras los episodios de canícula (cuando el calor es más fuerte) y sus consecuencias son sistemáticamente estudiados en las zonas más ricas del mundo, “las consecuencias de esas canículas (en África) no son registradas”, subrayó el autor principal del estudio, Luke Harrington, del Instituto de Cambio del Medio aMbiente de la Universidad Oxford.

“Las observaciones de terreno así como las simulaciones climáticas muestran que África subsahariana está particularmente expuesta a las canículas”, subraya el investigador.

Solo dos episodios de los últimos 120 años en la región figuran registrados en la principal base de datos mundial sobre catástrofes naturales, la Emergency Events Database (EM-DAT).

Por el contrario, en los últimos 40 años, solo en el continente europeo se han registrado 83 episodios caniculares que causaron más de 140.000 muertes y costosos daños.

Los datos sobre otros tipos de acontecimientos en África, como sequía o inundaciones son también muy escasos.

“Es urgente superar esta contradicción,” urgió Harrington pues, según estudios, los episodios caniculares aumentarán en las próximas décadas, algunos de los cuales superarían los límites soportables para el ser humano, especialmente en las regiones tropicales.

“El principal problema no es la ausencia de datos meteorológicos sino de datos sobre las consecuencias (de esos fenómenos), como la mortalidad o los efectos para el sector energético o las infraestructuras”, subrayó Friederike Otto, directora del instituto de Oxford.

“Sin estudiar en conjunto los datos meteorológicos y de impacto no se puede elaborar un sistema de alerta precoz”, explicó la investigadora.