Brecha de género: ¿Por qué Islandia y Ruanda son los más equitativos con las mujeres?

Créditos: Jaime Silva | BBCL

Lunes 09 marzo de 2020 | Publicado a las 13:25 · Actualizado a las 13:35

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¿Qué hablamos cuándo cuándo nos referimos a la brecha de género? desde que las mujeres ingresaron al mundo laboral, existe una distinción en el trato que reciben con sus compañeros.

Primero, los trabajos de mujeres consistían en aquellos que eran “más adecuados” para ellas, trabajos que los hombres no tomaban y que eran más delicados. Se aceptó que las mujeres pudieran trabajar para tener un sueldo, pero no así tener una carrera propiamente tal.

Es en los ’70, con el movimiento de liberación de las mujeres que comienzan a buscar con mayor fuerza la oportunidad de no sólo ser secretarias, sino también tener igualdad de derechos en todo ámbito. Incluyendo educación y mundo laboral.

Pese a esto, aún existe una gran diferencia entre el trato que recibe un hombre y una mujer.

De acuerdo al Foro Económico Mundial y su reporte en la brecha de género de 2020, la paridad de género sólo se logrará en un promedio de 99,5 años. Es decir, los que estén leyendo este artículo probablemente no lograrán ver la equidad que se busca desde más de 100 años.

El reporte señala que Chile se encuentra en el puesto 57, tras analizar cuatro aspectos: participación y oportunidades, logros educativos, salud y sobrevivencia, y empoderamiento político.

En la lista, nuestro país está por debajo de México, Costa Rica, Ecuador, Panama, Bolivia, Uruguay, Argentina y Colombia.

El top 10 de los países con menor brecha de género

1 Islandia
2 Noruega
3 Finlandia
4 Suecia
5 Nicaragua
6 Nueva Zelanda
7 Irlanda
8 España
9 Ruanda
10 Alemania

Islandia: el país de las madres solteras

En Europa, Islandia es conocido por su sistema educativo y por ser uno de los países más equitativos. Tras la huelga de 1975 donde el 90% de las mujeres paralizó el país completo, se marcó un antes y después en como los hombres veían a sus compatriotas.

En 1980 se eligió como presidenta a Vigdís Finnbogadóttir, quien fue la cuarta mandataria del país y estuvo en el cargo por 16 años tras varias reelecciones. De todas formas, su llegada al mandato es destacable por si sola.

Finnbogadóttir es madre soltera y divorciada, siendo la primera mujer que pudo adoptar en el país. Estudió francés y literatura francesa, y posteriormente obtuvo un certificado en educación. Un perfil poco común en un presidenciable en los años 80.

Ignorando el invierno eterno que rodea Islandia, existe otra peculiaridad que destaca a este gélido país. Cerca del 67% de su población están compuestas por madres solteras, algo que ven como un orgullo.

“Vivimos en un ambiente muy pequeño y seguro, y las mujeres gozan de mucha libertad. Por lo tanto, puedes simplemente elegir tu vida”, señaló a CNN Bryndis Asmundottir.

Brynhildur Heidar, defensora de los derechos de la mujer señaló a Netflix en su serie “En pocas palabras: por qué las mujeres ganan menos” que fue la huelga de 1975 el que comenzó el cambio en la sociedad de Islandia como se conocía.

En 1981, se aprobó una ley que requería que los empleadores otorgaran a las madres tres meses de licencia con paga. Esto se extendió a seis meses en 1988, una idea que fue innovadora por aquellos años.

Sin embargo, pese a lo progresivo, esto alentó a que las mujeres se quedaran en sus hogares y fueran los hombres lo que estuvieran trabajando. Por esto, se agregó otro cambio más.

En 2000 se aprobó la licencia por paternidad obligatoria, lo que significó una diferencia en la cultura masculina del país. “Los hombres de las generaciones más jóvenes esperaban tomar ese tiempo para cuidar a sus niños”, manifestó Heidar.

De esta forma, las mujeres comenzaron a verse tanto como proveedoras como cuidadoras en sus hogares.

Ruanda y la tragedia que les dio igualdad

Es 1994 y en las calles de Ruanda, un de África Central, la violencia se vive en las calles. Las mujeres no tenían permitido hablar en público, las mujeres casadas no podían abrir una cuenta bancaria sin la autorización de sus esposos, pero después del ’94, todo cambió.

Es abril y tras el asesinato del general Juvénal Habyarimana y el avance del Frente Patriótico Ruandés, se desencadena una multitud de masacres en el país contra los tutsis obligando a un desplazamiento masivo de personas hacia campos de refugiados situados en la frontera con los países vecinos.

En sólo tres meses 800 mil personas fueron asesinadas y la población del país era un 60% y 70% femenina.

Valentine Rugwabiza, embajadora de Ruanda en la ONU, señaló a Netflix que este hecho destruyó por completo el tejido social existente en el país.

La falta de hombres obligó a las mujeres a salir al campo laboral para mantener sus hogares y aceptaron trabajos que un año antes eran inauditos, como la policía o el mundo militar. A esto se sumaron cargos políticos, como alcaldesas y gobernadoras.

En consecuencia, se implementaron reformas para llevar a las mujeres a posiciones de poder. La Constitución de la República de Ruanda incluye un punto sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, estipulando que el 30% de los representantes de todos los niveles del gobierno sean mujeres.

Actualmente, el 61% de los asientos en el Parlamento están ocupado por mujeres, la más alta del mundo y cuentan con una tasa de participación laboral del 88%.

Su Constitución también estipula que los programas públicos cumplan con el objetivo del país de igualdad de género. “Una niña en Ruanda no piensa que hay algo que no puede hacer”, señaló Rugwabiza.

Si bien este nuevo país nació como un mecanismo de defensa tras el genocidio que los azotó, gracias a las acciones políticas implementadas, Ruanda prograsivamente ha ido cerrando su brecha de género.

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