Alice Guy: la historia de la olvidada primera mujer cineasta

Créditos: Alice Guy | Pinterest (cc)

Domingo 09 diciembre de 2018 | Publicado a las 12:52

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Cuando se piensa en los orígenes del cine, nos remontamos a Francia. Recordamos a los hermanos Lumière y su tren llegando a una estación, o a Georges Méliès con su fantasioso viaje a la luna. Sin embargo, oculta entre las páginas de la historia de la industria cinematográfica suele perderse la figura de una de sus compatriotas, la cineasta Alice Guy.

Pese a ser relegada a un papel de menor protagonismo, Alice podría considerarse la pionera en el cine de ficción. En abril de 1896 Guy dirigió La Fée aux Choux (El hada de los repollos), película de un minuto de duración que estaba basada en un popular cuento infantil francés.

En su trayectoria como cineasta, acumuló una amplia filmografía de más de mil títulos, sin embargo, su nombre no tiene el reconocimiento que merece. Aquí te damos 4 razones para recordarla:

Uniendo el sonido y la imagen

Cuando Alice Guy vio que el cinematógrafo creado por los Lumière no sólo podía tener fines científicos, sino que le acompañaba un enorme potencial artístico, decidió darle un toque especial a sus obras.

Les añadió efectos de sonido, sincronizando un gramófono para que sonara a la par con las imágenes, los que serían los primeros pasos para lo que más adelante se convirtió en el cine sonoro que todos disfrutamos.

Creando los efectos especiales

Además de implementar el color en sus películas, también añadió efectos especiales, lo que para la época era una gran novedad.

La doble exposición del negativo, técnicas de retoque, la cámara lenta y rápida, y el movimiento hacia atrás son algunas de las otras técnicas que pueden encontrar en sus trabajos.

Alice, la visionaria

En 1894 Alice entró a trabajar en la empresa Le Comptoir Général de la Photographie. En el verano de aquel año, uno de los directivos de la compañía, Léon Gaumont, creó su propio negocio fotográfico y se llevó a Guy como secretaria.

Posteriormente, Alice convenció a su jefe de involucrarse en el negocio de las películas. Sin embargo, el hombre sólo confiaba en las ganancias que podían obtener produciendo y vendiendo cinematógrafos.

En 1897 se creó una división de producción cinematográfica en la empresa y le confió la dirección a Guy, siempre que esta labor no interfiriera en su desempeño como secretaria.

Durante su trayectoria como cineasta, crearía varias productoras tanto en Francia como en Estados Unidos.

Alice, la olvidada

En 1907, se casó con Herbert Blaché y juntos se mudaron a Estados Unidos. Allí fundaron la productora Solax en 1910. Con esta empresa, Alice dirigió westerns, comedias, dramas y películas de ciencia ficción.

Lamentablemente, luego de que su marido iniciara una relación con una actriz, Alice se divorció y decidió volver a Francia.

En los libros de cine, su papel pasó a ser reducido a la “posible amante de Gaumont” y le dieron los créditos de sus películas a sus directores de fotografía porque “una mujer no podría haber hecho todo eso”.

Finalmente, Alice Guy pasó sus últimos días en un hogar de ancianos donde falleció en 1968.

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