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En Chile, los funerales de narcotraficantes se caracterizan por disparos al aire, fuegos artificiales y drogas, generando dudas sobre si estas prácticas son importadas o locales. La escritora Ainhoa Vásquez Mejías, experta en narcocultura, destaca que la 'narcocultura' existe en todo el mundo desde la prohibición de las drogas. Cada país y grupo criminal tiene su propia 'narcocultura'. En Chile, la influencia extranjera ha cambiado los rituales locales, como los funerales, creando una mezcla de tradiciones. Narcofunerales y narcovelorios con elementos distintivos chilenos, como cantantes y disparos al aire, pero también adoptando costumbres mexicanas como fuegos artificiales y consumo de drogas en los cementerios.
Disparos al aire, fuegos artificiales, droga y mucho más. Ese es el escenario que se visualiza en múltiples funerales de narcotraficantes en Chile. En ese sentido, surge la interrogante sobre si estas prácticas fueron copiadas por la ‘narcocultura’ chilena a otros países o si tienen su origen en territorio nacional.
Frente a este escenario, en el Trasnoche de La Radio conversamos con Ainhoa Vásquez Mejías, una escritora chilena que ha vivido por 17 años en México, donde ejerce como profesora e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la U. Nacional Autónoma de México (UNAM), y que se ha dedicado a investigar al mundo narco. De hecho, su último libro publicado se titula Narcocultura.
Radiografía a la ‘narcocultura’
Para Vásquez Mejías “hay narcocultura en Chile, como hay en todas las partes del mundo, prácticamente”.
En la misma línea, planteó que “pensamos que es algo nuevo, pero en verdad la narcocultura existe desde que existe el tráfico y la prohibición a las drogas”.
De esta manera, la escritora e investigado define la ‘narcocultura’ como “el modo de habitar, de relacionarse, de comunicarse, de los narcotraficantes. Tenemos un montón de cosas dentro de ella, los ritos que ellos tienen, las formas en las que se relacionan, como hablan, que tiene que ser un lenguaje más o menos encriptado para que la gente común no se entere, la religiosidad que tienen, los ritos de iniciación, la forma en que ellos se mantienen en esta dinámica criminal”.
Asimismo, enfatizó en que “cada país tienen su propia narcocultura, cada grupo criminal tiene su propia narcocultura”. Es decir, que las formas del, por ejemplo, Cartel de Jalisco no tienen que ser las mismas que las del Tren de Aragua.
En cuanto al escenario de nuestro país, Vásquez Mejías comentó que “en Chile tenemos una narcocultura muy particular, que ha ido cambiando desde que empezaron a llegar las narcoculturas extranjeras (…) Hablaría, incluso, de una especie de transculturación de la narcocultura”.
“A esta cultura local que teníamos, con ritos muy propios chilenos como, por ejemplo, los funerales, que eran propios del hampa chileno, ahora se mezclan con las narcoculturas de otras partes del mundo”.
Narcofunerales y narcovelorios
Por su parte, al ser consultada por la interrogante sobre si los narcofunerales y narcovelorios son una imitación de situaciones extranjeras, la escritora aseguró que “es muy chileno, en general”.
“La base de los funerales del hampa son muy chilenos (…) En Chile ya existía esta costumbre de velar a los difuntos que estaban vinculados con el crimen, de alguna u otra manera, principalmente a los ladrones, en algo que se llamaban ‘los funerales de muchachos"”, agregó.
En la misma línea, detalló que “tenían esta particularidad de tener cantantes, de disparos al aire, que la gente de todo al territorio, de toda la población, le iba a rendir tributo al muerto. Luego, empezaba el cortejo fúnebre hasta el cementerio con una parada en la cárcel para que los amigos y familiares se despidieran del difunto”.
“Eso era algo muy propio, chileno”, sostuvo.
De esta manera, recordó el funeral de Mario Silva Leiva, más conocido como ‘El Cabro Carrera’, quien fue un reconocido narcotraficante de chileno que murió en 1999.
Sin embargo, Vásquez Mejías señaló que la diferencia es que “ahora lo vemos más seguido de lo que lo veíamos antes y con mayor parafernalia, y con ciertas cosas que sí se han adoptado de otras culturas”.
“Seguimos teniendo la misma idea de la música, de los disparos al aire, pero se le han agregado los fuegos artificiales; ya no duran una tarde o una mañana, sino que varios días; el paso del cortejo fúnebre por la cárcel (…) el féretro entra a la cárcel, eso no lo habíamos visto; el paso que es casi obligatorio hacia territorio enemigo a lanzar balas para amedrentar a los rivales”, explicó.
Además, agregó que “los féretros traen logos, o que la gente comienza a consumir drogas sobre el féretro. Incluso, se han hecho carnes asadas en el cementerio. Todas esas cosas son más mexicanas”.
“Pero, en México no existen los narcofunerales como tal. Existe el cortejo fúnebre de un narco cuando es asesinado, pero en el camino no se hace ningún tipo de parada, no hay peligro, en general, para la gente”, dijo.
Revisa todos los detalles en la entrevista completa.