El nuevo círculo de hierro de La Moneda y la "revancha" de Elizalde

Publicado por Alberto González
La información es de Radio Bío Bío y Néstor Aburto
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Elizalde no solo inclinará la balanza hacia Socialismo Democrático, sino que también podrá cobrarse "revancha" tras su salida de la vocería de Gobierno en 2015, durante la segunda administración de Michelle Bachelet.

La llegada de Álvaro Elizalde a La Moneda no solo reconfiguró el gabinete -que perdió su paridad- sino también es una “revancha” que se arrastra desde el último gobierno de Michelle Bachelet, integrándose al nuevo círculo de hierro que conforman Tohá y Marcel.

Más allá de reemplazar a una militante de su propio partido, como Ana Lya Uriarte, evidentemente el peso político de Elizalde es mayor, dada su experiencia como exministro, extimonel del PS y como senador.

Además, se sumará a la “dupla fuerte” que conforman Carolina Tohá y Mario Marcel, terminando de consolidar la “captura” de la otrora despreciada “vieja guardia” de los “30 años” de la exConcertación.

Esto, obliga al Frente Amplio y al Partido Comunista, representado en Antonia Orellana y Camila Vallejo, a quedar en un segundo plano. Y para qué decir de Giorgio Jackson, quien pese a tener mucho poder al inicio del Gobierno, hoy está prácticamente desaparecido de la primera línea de toma de decisiones.

El nuevo círculo de hierro de La Moneda

Como anécdota, Elizalde y Tohá se conocen de toda la vida, puesto que fueron compañeros de colegio y de universidad.

De ahí, que sea natural que se unan, junto con Marcel, el ministro de Justicia, Luis Cordero, y también un “externo” al Gobierno, pero cuyo vínculo es muy importante, como el fiscal nacional, Ángel Valencia, que es compadre del titular de la Segpres.

En términos coloquiales, se trata de un grupo que está a un mensaje por Whatsapp de distancia.

De todas maneras, la primera prueba de fuego no será necesariamente en La Moneda, sino en el Congreso, donde Elizalde no solo deberá enfrentar una envalentonada oposición, sino por los díscolos de Apruebo Dignidad.

Aunque, según fuentes de Radio Bío Bío, desde hace un mes el ahora ministro Segpres venía dialogando con la oposición las distintas reformas que impulsa el Gobierno, con lo que llega con parte de la tarea hecha a su primer día de clases.

Pero, lo que entienden en el Congreso es que sus gestiones no eran necesariamente por ayudar al presidente Gabriel Boric, sino que apuntaban a colaborar con la dupla Tohá-Marcel, y también con la ministra del Trabajo, Jeannette Jara.

Esta última está muy bien evaluada por su apertura al diálogo, su capacidad de escuchar e incorporar las propuestas, a diferencia de otros secretarios de Estado, como Orellana.

Algo similar se espera de Elizalde, quien mantiene una muy buena relación con parlamentarios de oposición que podrían ser votos claves en la discusión de las reformas, como Ximena Rincón, por ejemplo.

Por lo mismo, serán evidentes la diferencias con su predecesora, Ana Lya Uriarte, a quien también le “perseguía” su pasado como jefa de gabinete de la expresidenta Michelle Bachelet. A pesar de que tampoco tenía la vara muy alta, considerando que Giorgio Jackson ha sido el ministro más resistido desde el regreso a la democracia.

Sin embargo, Elizalde deberá tener mucho cuidado con el lenguaje que utilice, tal como lo hace magistralmente Carolina Tohá, que siempre atribuye las decisiones al Presidente de la República, para evitar invisibilizarlo.

La revancha de Elizalde que arrastra desde el último gobierno de Bachelet

No obstante, para ello le será muy útil su paso como vocero de Gobierno durante la segunda administración de Michelle Bachelet, desde donde salió -a juicio de muchos- de manera injusta, dado que fue el único durante la campaña que demostró haberse autofinanciado con ahorros propios.

Para ello utilizó sus APV para esos 6 meses de campaña como vocero de la entonces candidata Michelle Bachelet, a diferencia del resto que fueron “boleteros” de Giorgio Martelli y de SQM, incluida la amiga de la exmandataria.

De acuerdo a rumores de pasillo, la salida de Elizalde en 2015 de la Segegob se dio por una pasada de cuentas de algunos sectores del Partido Socialista, entre donde se contaba justamente Uriarte, colocando en su lugar a uno de sus detractores, como Marcelo Díaz, a quien trajeron desde la Embajada de Chile en Buenos Aires para asumir la vocería de palacio.

Por lo mismo, 8 años después, su arribo a la Secretaría General de la Presidencia, en reemplazo de Ana Lya, se transforma en una especie de revancha.

Incluso, se habla que las relaciones entre Elizalde y Bachelet quedaron a un nivel institucional.

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Elizalde no solo inclinará la balanza hacia Socialismo Democrático, sino que también podrá cobrarse "revancha" tras su salida de la vocería de Gobierno en 2015, durante la segunda administración de Michelle Bachelet.

La llegada de Álvaro Elizalde a La Moneda no solo reconfiguró el gabinete -que perdió su paridad- sino también es una “revancha” que se arrastra desde el último gobierno de Michelle Bachelet, integrándose al nuevo círculo de hierro que conforman Tohá y Marcel.

Más allá de reemplazar a una militante de su propio partido, como Ana Lya Uriarte, evidentemente el peso político de Elizalde es mayor, dada su experiencia como exministro, extimonel del PS y como senador.

Además, se sumará a la “dupla fuerte” que conforman Carolina Tohá y Mario Marcel, terminando de consolidar la “captura” de la otrora despreciada “vieja guardia” de los “30 años” de la exConcertación.

Esto, obliga al Frente Amplio y al Partido Comunista, representado en Antonia Orellana y Camila Vallejo, a quedar en un segundo plano. Y para qué decir de Giorgio Jackson, quien pese a tener mucho poder al inicio del Gobierno, hoy está prácticamente desaparecido de la primera línea de toma de decisiones.

El nuevo círculo de hierro de La Moneda

Como anécdota, Elizalde y Tohá se conocen de toda la vida, puesto que fueron compañeros de colegio y de universidad.

De ahí, que sea natural que se unan, junto con Marcel, el ministro de Justicia, Luis Cordero, y también un “externo” al Gobierno, pero cuyo vínculo es muy importante, como el fiscal nacional, Ángel Valencia, que es compadre del titular de la Segpres.

En términos coloquiales, se trata de un grupo que está a un mensaje por Whatsapp de distancia.

De todas maneras, la primera prueba de fuego no será necesariamente en La Moneda, sino en el Congreso, donde Elizalde no solo deberá enfrentar una envalentonada oposición, sino por los díscolos de Apruebo Dignidad.

Aunque, según fuentes de Radio Bío Bío, desde hace un mes el ahora ministro Segpres venía dialogando con la oposición las distintas reformas que impulsa el Gobierno, con lo que llega con parte de la tarea hecha a su primer día de clases.

Pero, lo que entienden en el Congreso es que sus gestiones no eran necesariamente por ayudar al presidente Gabriel Boric, sino que apuntaban a colaborar con la dupla Tohá-Marcel, y también con la ministra del Trabajo, Jeannette Jara.

Esta última está muy bien evaluada por su apertura al diálogo, su capacidad de escuchar e incorporar las propuestas, a diferencia de otros secretarios de Estado, como Orellana.

Algo similar se espera de Elizalde, quien mantiene una muy buena relación con parlamentarios de oposición que podrían ser votos claves en la discusión de las reformas, como Ximena Rincón, por ejemplo.

Por lo mismo, serán evidentes la diferencias con su predecesora, Ana Lya Uriarte, a quien también le “perseguía” su pasado como jefa de gabinete de la expresidenta Michelle Bachelet. A pesar de que tampoco tenía la vara muy alta, considerando que Giorgio Jackson ha sido el ministro más resistido desde el regreso a la democracia.

Sin embargo, Elizalde deberá tener mucho cuidado con el lenguaje que utilice, tal como lo hace magistralmente Carolina Tohá, que siempre atribuye las decisiones al Presidente de la República, para evitar invisibilizarlo.

La revancha de Elizalde que arrastra desde el último gobierno de Bachelet

No obstante, para ello le será muy útil su paso como vocero de Gobierno durante la segunda administración de Michelle Bachelet, desde donde salió -a juicio de muchos- de manera injusta, dado que fue el único durante la campaña que demostró haberse autofinanciado con ahorros propios.

Para ello utilizó sus APV para esos 6 meses de campaña como vocero de la entonces candidata Michelle Bachelet, a diferencia del resto que fueron “boleteros” de Giorgio Martelli y de SQM, incluida la amiga de la exmandataria.

De acuerdo a rumores de pasillo, la salida de Elizalde en 2015 de la Segegob se dio por una pasada de cuentas de algunos sectores del Partido Socialista, entre donde se contaba justamente Uriarte, colocando en su lugar a uno de sus detractores, como Marcelo Díaz, a quien trajeron desde la Embajada de Chile en Buenos Aires para asumir la vocería de palacio.

Por lo mismo, 8 años después, su arribo a la Secretaría General de la Presidencia, en reemplazo de Ana Lya, se transforma en una especie de revancha.

Incluso, se habla que las relaciones entre Elizalde y Bachelet quedaron a un nivel institucional.