Ética y transparencia de BioBioChile
VER RESUMEN
Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada
por
BioBioChile
y revisado por el autor de este artículo.
El proyecto del nuevo Instituto Nacional del Cáncer se ve obstaculizado por las exigencias del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), como la creación de hábitats para insectos y jardines japoneses, lo que expertos consideran desproporcionado. Juan José Obach, del Centro de Estudios Horizontal y Académico de la PUC, señala que estas demandas desvían el enfoque principal de construir rápidamente un hospital, apegándose a la normativa. Las 220 indicaciones detectadas por el SEA, que incluyen medidas como corredores biológicos y protección patrimonial, podrían retrasar el proyecto un año y medio. Obach critica al Consejo de Monumentos por detener proyectos sin valor arqueológico significativo, instando al Estado a asumir responsabilidades de mejora comunitaria en lugar de trasladarlas a proyectos privados.
El proyecto del nuevo Instituto Nacional del Cáncer se ha visto estancado por las exigencias del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), que incluyen la creación de hábitats para insectos, jardines japoneses y protocolos paleontológicos, lo que, según expertos, revela un uso desproporcionado de las herramientas de evaluación ambiental estatales.
En conversación con Podría ser Peor, el director ejecutivo del Centro de Estudios Horizontal y Académico de la PUC, Juan José Obach, manifestó que con estas exigencias ambientales “nos perdemos del foco principal, que es construir rápido, de manera costo-efectiva, ateniéndonos siempre a la norma, un hospital en el menor tiempo posible”.
“Nos encontramos con observaciones de este nivel. Cuando uno ve por qué el proyecto está en Evaluación Ambiental, no está en Evaluación Ambiental porque tiene un impacto significativo en la fauna. Esto está en la mitad de la ciudad, en la mitad de la independencia. Es porque está en una zona patrimonial”, manifestó.
El edificio se emplazará en la avenida San José Nº 1053, con casi 41 mil metros cuadrados, contemplando un edificio clínico, una sala cuna, oficinas, una casa de acogida, 561 estacionamientos y áreas comunes.
En este sentido, el experto dijo que esto deja en evidencia que existe “desproporcionalidad y harto descriterio”; en el caso de la construcción de un hospital, el Estado debería apurar su construcción y no demorarla.
“El mismo Estado le está pidiendo a privados que construyan, pero el mismo Estado pone las barreras”, apuntó.
El entrevistado dice que en esta primera ronda de observaciones, SEA identificó 220 indicaciones: “Entonces aquí también el Servicio de Evaluación Ambiental no está haciendo su labor de filtrar aquellas observaciones que considera que no son relevantes”.
Las demandas del SEA, como refugios para insectos, corredores biológicos, justificación del sistema de evacuación de aguas lluvias, hasta medidas de protección patrimonial. Y la recomendación de un jardín japonés.
“Esto se demorará un año y medio en tramitación ambiental”, agregó.
En cuanto a las responsabilidades, Obach dijo que “el sospechoso de siempre, no solo en este proyecto, sino que en otros como la Línea 7 del Metro o el Hospital de El Salvador”, es “el Consejo de Monumentos”.
“No todo tiene un valor arqueológico. Han encontrado tapas de Coca-Cola y han detenido el proyecto”, ejemplificó.
Obach finaliza con que el Estado no debería pedirle a proyectos privados áreas verdes y mejoramiento del sector, ya que eso debería hacerlo el Estado, asegurar esas cosas a la comunidad.
Revisa todos los detalles en la entrevista completa.