Mañana comienza el denominado receso legislativo en donde el Congreso deja de trabajar y sesionar durante todo un mes, retomando así sus funciones para los primeros días de marzo.
Una medida que difiere al entorno laboral habitual ya que no está normada el Código del Trabajo, siendo los mismos parlamentarios quienes la definen al margen del reglamento de la institución.
En una nueva edición del Podría ser peor, conversamos junto al abogado y académico de la UCEN, Edgardo Riveros, quien profundiza más a detalle.
Receso hasta marzo
“Presentado el tema de esa manera produce una reacción contraria, como un privilegio, algo que no tiene mayor justificación. Yo creo que es conveniente situar el asunto en el hecho de que esto tiene fundamentos. Si uno hace un análisis comparativo de lo que ocurre en otros países esto también es así con el trabajo legislativo. En el hemisferio norte, por ejemplo, esto que se produce en febrero allá ocurre en Agosto”, sostuvo.
Y agregó: “Es mejor que Organismo que trabajan colectivamente, y en el caso del Congreso, se haga un receso que involucre a todos los que componen el cuerpo legislativo ya que tienen que ver los quórum. Si no se hiciera así, podría ocurrir que las personas tuvieran que hacer uso de sus vacaciones durante el año y provocaría un impacto en los quórum que se requieren para aprobar leyes, fiscalizar o pronunciamientos”.
“El Congreso no se rige ni por estatuto administrativo ni por el código del trabajo. Acá hay reglamentos que operan tanto para diputados y senadores. Tienen como marco la ley orgánica constitucional del Congreso que a su vez tiene la constitución como marco. Hay un factor normativo”, zanjó.
Asimismo enfatizó en el ritmo de vida que llevan los parlamentarios lo cual según su juicio es complejo debido al itinerario de actividades que desarrolla cada uno, en especial quienes representan a regiones más lejanas a Valparaíso y la Metropolitana. “Cuando son requeridos y no van, la gente lo resiente. La institución está siendo bastante castigada en la evaluación de la opinión pública. Se refleja por la actividad que queda presente de los parlamentarios, son actividades individuales que golpean la imagen del conjunto”.
Ante las críticas que provocan estas vacaciones en la ciudadanía, el abogado señaló algunas medidas que podrían implementarse: “Hacerlo más breve para que no parezca algo excesivo. Eso se hace en la perspectiva de cubrir lo que viene después del receso de febrero y la densidad de trabajo legislativo debería ser muy pareja durante todo el año”.
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